Aquí estoy, en Bamako, en Mali, en la gran bonanza de las Antillas en Sahel
En el sur, el presidente y el primer ministro juegan al gato y al ratón. Uno (el presidente Traoré) legitimado por ser presidente de la Asamblea Nacional y el otro, el primer ministro, apoyado por la gente que está encantada con un político que ha vivido muchos años fuera y que se ha rodeado de malienses que no son políticos. Un golpista, el capitán Sanogo que se auto declara fuera de la situación y que dice que ha renunciado al poder a pesar que el presidente le ha querido nombrar vicepresidente militar para conquistar el Norte.
Todos, en el Norte y en el Sur, viven su propia gran bonanza de las Antillas, se observan, se estudian y nada pasa. Pero hay una gran diferencia con respeto al relato de Italo Calvino: las naves tienen vías de agua, la población sufre, la comida se acaba y dentro de poco quizá los barcos sigan ahí pero la tripulación seguirá pasando un calvario inhumano.