Actualmente hay dos estándar en cuanto al ancho de las cubiertas que se utilizan en una bicicleta de carretera, 23 o 25 mm. No obstante hasta hace no mucho tiempo las bicicletas de carretera llevaban neumáticos con anchos inferiores, de 21 o incluso de 19 mm. Vamos a ver las razones de este cambio.
Aerodinámica
En el ciclismo de carretera, sobre todo en competición, la aerodinámica juega un papel crucial. Por este motivo, cuanto más estrecho sea un neumático menos resistencia hará contra el aire y la aerodinámica será mejor.
Lo ideal es si tenemos una llanta de 23 colocar cubiertas de 23 y si la llanta es de 25 colocar una cubierta de 25.
Confort
Uno de los aspectos más importantes por los cuales actualmente las cubiertas son algo más anchas que antiguamente es por el confort en la marcha. Cuanto más balón tenga una cubierta más cómodo será ir encima de la bicicleta.
Cuanto más ancho sea el neumático mejor absorberá las imperfecciones de la carretera, ya que se pueden llevar con algo menos de presión.
Por este motivo en carreras como la París-Roubeaux prácticamente todos los ciclistas profesionales montan llantas y cubiertas de 25 mm. Así pasarán sobre los tramos de adoquines con mucha más eficacia que si llevaran cubiertas más estrechas.
Resistencia a la rodadura
Este factor nos va a indicar la energía que se desperdicia con el contacto del neumático en el suelo. Cuanto mayor sea la superficie de contacto con el suelo de la cubierta habrá más resistencia a la rodadura.
A priori podría pensarse que una cubierta de 23 mm al ser más estrecha que una de 25 tendrá menos superificie de contacto con el asfalto. Pues bien, esto no es así. Una cubierta de 23 mm tiene una superficie de contacto con el suelo más larga y más fina que una de 25 mm.
En conclusión, hay mayor resistencia a la rodadura con una cubierta de 23 mm que con una de 25 mm.
La decisión final la tendrá que tomar el ciclista en función de cómo valora estos aspectos, aerodinámica, comodidad y resistencia.