2301.- Dime qué preguntas y te diré que madre eres.

Por Siona @laboresenred
El pasado miércoles por la tarde, estábamos convocados todos los padres y madres del curso de 1º de Primaria en una reunión en el colegio para hablarnos sobre la semana que nuestros hijos pasarán a principios del mes de abril en una granja-escuela cerca de Madrid. No es una actividad obligatoria pero, suelen ir casi todos los niños porque está muy promovida por el colegio por los buenos beneficios que tiene en la maduración  y crecimiento del niño.

En esta reunión, siempre cuentan todo lo que debemos conocer en cuanto al lugar donde van a estar nuestros hijos durante esa semana, con quién, qué van a hacer, qué van a aprender, qué van a comer... ¡Lo típico! Y luego, siempre dejan un ratito para las preguntas chorras de las madres: y si quiere ir al baño por la noche, y si tiene una pesadilla, y si tiene sed, y si...

vía charhada.com

Es una semana fuera de casa de niños de seis años que siempre, sobre todo, para las madres primerizas, da un poquito de canguele. Porque son pequeños y porque son cinco días sin hablar con ellos aunque el colegio sube crónicas y muchas fotos a la intranet del cole para que les veamos y nos tranquilicemos. 
Realmente, los miedos y las angustias son de las madres y los padres porque los niños van como locos de contentos y más felices que lombrices.
En mi caso, como soy mala madre, pues también les mando más feliz que una perdiz. No suelo pensar en los riesgos. Siempre pienso en lo bien que lo van a pasar con todos sus amigos y amigas donde quiera que vayan y lo a gustito que van a estar, al menos por una semana, sin los gritos de su madre.
Y nuestra experiencia, además de muy positiva, siempre ha sido así. De hecho, hoy se ha ido la niña mayor para Doñana e iba ¡como loca de contenta por el viaje y por perdernos de vista!
Volviendo a la reunión, normalmente se alargan siempre un poquito más, como ya os he contado, por las preguntas de la típica madre más cagonceta que las demás. Y siempre, suelen ser preguntas que caen por su propio peso y de las que, ellas mismas, saben la respuesta. 
Confieso que a mí, particularmente, me crispan un poco pero comprendo que ellas son buenas madres y yo, una bruja.
Sin embargo, en esta última reunión, además de estas típicas preguntas, hubo una madre especialmente impertinente. Que hizo la misma pregunta que acababan de hacer y contestar pero con mayor retintín. Que hizo varias preguntas y comentarios totalmente fuera de lugar. Que llegó a ser incluso, a mi parecer, hasta mal educada. 
El coordinador y profesor que estaba hablando, al que le alabo la paciencia, le respondió bien e insistió en que las cosas se piden por algo y no para fastidiar a los padres.
Pero ella era insistente y repito, mal educada. Y digo, mal educada porque lo que estaba haciendo no era sólo una falta de respeto hacia el profesor sino, a todos los padres que estábamos allí aguantando sus impertinencias. Probablemente, ella estaría tan contenta de no tener que preparar la cena o pelearse con los baños, pero yo tenía a tres niños solos por culpa de una persona cuya única intención en la reunión, era encontrar una razón para justificarse y no enviar a su hija, que al parecer está como loca por ir, a esta granja-escuela. Y en vez de coger el toro por los cuernos y decirle a su hija, "no vas porque no quiero", buscó mil formas de hacer quedar mal al colegio y a los profesores delante del resto de padres con preguntas tales como: "¿Y que hacéis si está sufriendo el niño?"
Pero, ¿qué pregunta es esa? A mi me dieron ganas de contestarla abruptamente y decirle "que le meten una paliza entre cinco y luego te llaman para que le recojas".  Pues, ¿qué crees que hará un profesor cuando ve a un niño de seis años sufrir? (y de sufrir nada que se lo pasan pipa) pues le cobijará y le dará cariño. ¿O qué esperas?
Salí de la reunión antes de que acabara porque no pude esperar a que terminara, tal y como me hubiera gustado, pues no podía seguir soportando la actitud de esta mujer. Y salí con un cabreo sordo que me dura hasta el día de hoy mientras escribo el post pues, verdaderamente, no entiendo ciertas actitudes de los padres.
Yo, particularmente, no tengo ganas ni intención, en la medida de lo posible, de relacionarme con esta persona. De hecho, si tuviera que hablar con ella sobre algo, le haría principalmente las siguientes preguntas (tan impertinentes como las suyas):
¿De verdad es necesario este tipo de preguntas en una reunión de padres? 
¿Qué es lo que pretendes que te respondan ante esas preguntas? 
¿Cuál es la verdadera intención de esas preguntas mal intencionadas? 
¿No te avergüenza hacer preguntas estúpidas de las que conoces de sobra la respuesta?
¿No piensas en qué lugar quedas como madre frente al resto de padres? 
¿No piensas que tu comportamiento como madre puede perjudicar a tu hijo frente al resto de compañeros?