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Publicado el 31 octubre 2013 por Norasteele @Norasteelelr
El camino se hace pesado y realmente eterno, creía por un momento que irían en su coche pero por lo visto se dedicaba a caminar por las mañanas y debido a que le ofreció su casa no pudo quejarse, tampoco tenía muchas otras opciones. De tanto en tanto gira la cabeza y lo ve, con los mismos ojos penetrantes mirando al horizonte, buscando algo que probablemente no se encuentra en el sitio que observa detenidamente, abre la boca para decir algo pero enseguida vuelve a guardar las palabras que estaban a punto de salir por su garganta y cierra la boca. Es un momento tranquilo, él parece tranquilo pero verdaderamente ella está tensa, se siente incómoda al pensar en todo aquello que había ocurrido la noche anterior. ¡Se había hecho la loca en casa de Jeff por Johanna!, suponía que él no le contaría nada sin su aprobación, o por lo menos esa es una de las cosas que recordaba de él.
Atravesaron el parque y todo seguía en silencio, solo podía escucharse el alegre cantar de un pequeño pájaro que se había posado en una de las ramas de los árboles de aquel enorme lugar. Ni siquiera se molestó en buscar de donde salía el sonido y de repente vino a su mente otro recuerdo.
Me encontraba sentada bajo uno de los árboles, allí habíamos quedado cada tarde a las seis y media desde hacía unas pocas semanas, en esos momentos era en los que más reconfortada me sentía, no obstante ese día sentía que algo iba mal y cuando lo vi aparecer lo supe, mi cuerpo lo sabía, mi mente lo sabía pero mi corazón se negaba a aceptar la pérdida. Esa sería la última tarde, habíamos hablado de planes futuristas en los que tendríamos dos hijos, la pareja, una niña y un niño pero probablemente nos habíamos adelantado. Se acercó a mí y se sentó a mi lado, acercó su mano a mi mejilla y la pasó, rozando suavemente cada poro de mi piel, eso es lo que quería a mi lado cada día tener a alguien, pero no a cualquier alguien, quería el alguien que me miraba de esa manera enternecedora a mi lado en ese justo momento. Se acercó a mí y pude apreciar en el brillo de sus ojos varias horas de llanto acumulado. Justo levanté la mano para acercarla a su cara y la cogió al vuelo encerrándola entre sus gruesas manos, gastadas de trabajar...”
Desconectó del recuerdo, no quería seguir adentrándose en esa parte que tanto le había costado olvidar, recuerdos dolorosos, recuerdos que escondió incluso a Ian. A su lado Jeff seguía caminando, no movía su vista fijada en el horizonte, tampoco le interesaba, estaba anclado en algún recuerdo del pasado, alguno que Gin no quería descifrar, acercó disimuladamente su mano a su brazo para hacerlo salir del “trance” en el que se encontraba pero fue imposible, su mente estaba vagando por otros mundos.
Su melena negra caía en mechones sobre la piel pálida de su cara pero eso la parecía hacer más hermosa, ella no se daba cuenta de la belleza que irradiaba cuando se comportaba como ella era, no como la chica que se escondía tras una careta en las clases. Entrelacé mis dedos entre los de ella, tomé aire y lo solté, llevaba horas practicando la manera adecuada de decírselo pero ninguna me parecía la mejor así que decidí dejarme llevar :
Voy a mudarme... lejos, no sé si volveré o por lo menos no por ahora, no durante unos años. Mi familia necesita ayuda y en unos días dejaré el pueblo.
Su silencio me incomodaba, no sabía como reaccionaría o mejor dicho, si lo sabía. Era fuerte, callaría, me dejaría ir y correría a un sitio segura, lejos de todo donde poder desahogarse sola.
- No sé que esperas que te diga... - sus ojos empezaban a ser enmarcados por un par de lágrimas pero su voz seguía siendo neutral, sin muestra de sentimientos, esa era ella, fuerte a la par que débil.- Tal vez un te echaré de menos...- No te hace falta, sabes que lo haré.- Pero me gustaría escucharlo, por una vez, me gustaría escuchar que sientes algo por mí.- No creo que sea el momento de entrar en discusión... Dudo que llegue un momento en el que tengamos que discutir ya.- Por favor, solo te pido eso. Que me dejes ir a sabiendas de que ahí dentro, dentro de esa estructura de hierro que creaste a tu alrededor, hay alguien que me quiere.
Gira la cabeza, nunca la había visto a punto de llorar creí que siempre lo hacía donde nadie la viese, pero esta vez no lo decidió así.
- Te amo. -Se acercó lentamente a mi y me besó, como nunca lo había hecho, con todos sus sentimientos, incluidos el odio por irme y dejarla, nunca me perdonaría.- Y yo. ¿Algún día serás capaz de perdonar mi huida? -Lo hice como un chiste pero me arrepentí enseguida al ver su rostro serio- Lo siento, solo, da igual.- Lo siento yo, sabías esto y lo has dejado pasar, ni siquiera has luchado por quedarte.- Lo sé, pero es mi familia, debes comprenderlo.- Lo comprendo... Ahora solo di adiós y desaparece de mi vida, es lo que piensas hacer.
Noto como mis ojos se llenan de lágrimas, no quiero dejarla, pero es lo que tengo que hacer. Volveré, volveré algún día y aunque sea tarde, aunque ella esté con otro conseguiré su perdon, se que hay alguien mejor dentro de la armadura del caballero oxidado y la desprenderé de ella.
- Adios...”

Jeff, ¿estás ahí? -la voz de Ginger era suave.- Sí, lo siento... solo estaba... pensando.- Cuando piensas te desconectas del mundo, ¿lo sabes? -sonríe- Sí -él le devuelve la sonrisa pero con un deje tristón en ella- ¿Puedo preguntarte algo?- Claro que sí...- ¿Recuerdas algo de lo que sucedió anoche?- Recuerdo todo, que me hiciese la amnésica en tu casa con tu hermana es porque supuse que no le habías contado nada al decirme ella lo que creía que ocurrió. Lo que sí que no recuerdo es el camino del coche a tu casa- Ah... Ginger...- ¿No me llamas Burdock? ¡Qué novedad, debería haberlo grabado!- No, simplemente, no estamos en la oficina...- Bueno, ¿qué ibas a decirme?- ¿Estás con alguien? Es decir, salir con alguien, como novio y novia.- No, ¿a qué viene esa pregunta?- Te responderé a eso con otra, ¿serás capaz de perdonarme?