Ellos son puros. Ellos viven el amor. El amor sincero.
Hombre, siempre se puede dar el caso de mi sobrina pequeña que un día se casa con uno y mañana con el otro, o el de mi sobrino pequeño que está empeñado en casarse con mi hija, su prima. Y, aunque se puede, pues casi que prefiero que busque su amor en otro corazón. La consanguinidad y la diferencia de edad hace su amor un poco más complicado. ;D
Por si acaso, vuestros hijos sienten ese amor indescriptible, ese amor puro, os propongo unos cuantos regalitos para hacer a sus amados y amadas y tener ese detalle romántico que nunca podrán olvidar.
vía louisetmoi.blogspot.com.es
Yo todavía no he tenido la suerte (o la mala suerte, según se mire) de que ninguno de mis hijos se haya enamorado plenamente. Me imagino que les gustarán chicos y chicas pero sin sentir ese amor profundo que te lleva a hacerle un regalo a esa persona especial.
A lo mejor sí lo tienen pero no me lo han contado...
Tampoco han llegado a casa con ningún regalo especial de amor hacia ellos.
O a lo mejor también y tampoco me lo han contado...
Claramente, esta tarde voy a preguntar en ambos sentidos. Me encantaría que me lo contaran y vivirlo con ellos. ¡Es tan bonito ese primer amor casi siempre no correspondido! Pero me temo que me quedaré con las ganas. Sobre todo, con las ganas de que me lo cuenten mis adolescentes. El pequeño todavía lo cuenta todo pero me da que no tiene tiempo para el amor entre balón y balón. Entre pelea y pelea. El espíritu romántico todavía no le ha invadido.
Y ¿a vuestros hijos? ¿Han recibido alguna vez algún regalo por San Valentín? ¿Y lo han hecho? ¿Cómo se sintieron?