De allí se derivan otros tantos de miles de servidores públicos que ocupan sillas de síndicos, regidores, asesores y un sin fin de puestos entre los que sobresale el compadre haciendo el papel de “prestanombre”, y donde la mayoría de todas estas personas tienen un solo objetivo: Enriquecerse en el puesto, son muy pocos los que verdaderamente llegan con la intención de servir y no servirse.
Al ritmo que vamos es más fácil que todos salgamos de la pobreza ocupando un puesto público o siendo compadre de uno que lo ocupe, que haciendo que dichos servidores se pongan a trabajar con ética cada 3 años.
¿Son necesarios tantos municipios? ¿Son necesarios tantos Estados en México? Desgraciadamente el número de estas entidades es completamente proporcional a la corrupción.
¡Ya Basta! ¿no?