Revista Espiritualidad

248.- “No recuerdo todo lo que siento pero si siento todo lo que recuerdo.”

Por Ignacionovo
Autor: Alejandro Sanz. De ese tipo de pensamientos que se instalan en tu mente sin saber qué llave utilizan para entrar. Que te dejan un buen rato suspendido entre recuerdos, que inevitablemente te impulsan hacia atrás a navegar hasta el puerto de un instante de tu vida concreto.
El otro día me surgió una pregunta de difícil respuesta y que os traslado también desde el blog, para que os haga pensar y así mantenéis la mente ocupada -como yo- un buen rato.
Acaso os haga pensar… o tal vez no. Y es que la respuesta puede que para muchos sea tan obvia que no necesiten ni siquiera procesar la reflexión o por contra os pueda resultar imposible dar con una simple solución.
Si te dieran la oportunidad de volver a vivir tal y como sucedió un solo día de tu vida, ¿Cuál elegirías?
Sólo uno. No se contemplan unas vacaciones completas, ni se admite siquiera un fin de semana con su dos días. Una sola jornada y en la que además, no pudieras cambiar nada de lo que pasó y todo ocurriera exactamente igual a como sucedió.
No sería por tanto, para volver atrás y arreglar un desaguisado o decir aquello que te hubiera gustado decir y que no dijiste o para enmendar tal o cual error fatal. Simplemente volver a vivir lo que ocurrió ese día de la misma manera.
Probablemente muchos tengan ya la fecha en la cabeza y con la fecha su porqué. ¿Una boda, un nacimiento, una celebración?, ¿El día en que conociste a alguien, en el que alguien se te declaró, el día tal vez no del primer beso, pero si del más importante?, ¿Cuándo recibiste un premio, cuándo lograste la posición que buscabas con afán y mucho esfuerzo durante tanto tiempo, cuándo celebraste un triunfo de cualquier tipo? ¿Cuándo te encontrabas junto a alguien a quien amabas y que ahora extrañas o cuando vivías junto a alguien que se fue ya para siempre…?
Si has estipulado claramente ese día, yo te propondría que en algún momento de hoy o de mañana o de cuando consideres, cerrases los ojos y trataras de revivir cada uno de sus minutos y de las sensaciones que pudiste experimentar.
Que tratases de apresar de nuevo cada sentimiento, cada impresión, cada huella, cada imagen, cada efecto, cada estimulo y cada emoción y que no te pusieras en ningún caso triste porque ese día ya pasó y pensando que ya no volverás a vivir otro igual. Lo más importante es saber que aquel día y todo cuanto ocurrió en él, aún sigue viviendo en ti y ya lo hará para siempre.
Reflexión final: Y que no se te olvide volver…

Volver a la Portada de Logo Paperblog