25 anècdotas curiosas de los Juegos Olìmpicos modernos

Publicado el 12 julio 2016 por Hugo Rep @HugoRep

Tal como ha sucedido en estos Trigésimos Juegos Olímpicos de Londres, en cada Olimpiada hay historias curiosas, por llamarles de alguna manera. Ya haré mi resumen de estos Juegos Olímpicos, pero mientras, te comparto éstas 25 anécdotas de juegos pasados que me parecieron interesantes, o curiosas.

Los primeros Juegos Olímpicos de la Antigüedad de los que tenemos noticias se celebraron el 776 a.C., año en que por primera vez se fijaron por escrito los nombres de los vencedores. Al menos desde esa fecha y hasta que el emperador Teodosio los prohibió en el 394 d.C. no dejaron de celebrarse cada cuatro años, convirtiéndose en el eje cronológico de los griegos.


1. El Equipo de Pentatlón de Túnez - Roma 1960

Quizá la peor presentación en Juegos Olímpicos de la historia haya sido la del equipo de Pentatlón de Túnez en 1960. Los tres participantes estaban tan gueyes, que los tres se cayeron de sus caballos, fueron descalificados de la competencia de tiro por disparar muy cerca de los jueces, uno de ellos casi se ahogó durante la competencia de natación, y como solo uno de ellos sabía de esgrima, se puso la careta y se hizo pasar por sus compañeros. Fue descubierto, y el equipo fue descalificado.

7. "¿Alguien trae cerillos?" - Montreal 1976
La tradición de la antorcha olímpica dice que es el mismo fuego que ha ardido durante siglos. En todos los Juegos Olímpicos hay "respaldos" de este fuego, por si algo llega a suceder con la antorcha original, que fue justo lo que pasó un buen día durante las Olimpiadas de Montreal. Se avecinó una tormenta, y la lluvia extinguió la antorcha. Como no habían eventos en el estadio olímpico ese día, no había nadie que pudiera volver a encenderla - hasta que alguien sacó de su bolsillo un encendedor y volvió a encender el fuego.
Cuando las autoridades se percataron, apagaron el fuego "pirata" y volvieron a encender su antorcha con una de las de respaldo.

8. Trollface (con bigote) - Munich 1972
Según cuenta la historia, Mark Spitz tenía pensado afeitarse el bigote antes de empezar sus competencias de natación, durante las cuales ganaría 7 medallas de oro. Pero en un momento de bromas, le comentó a sus rivales rusos "Me dejo el bigote porque me hace nadar más rápido, al alejar el agua de mi boca".
Días despúes, todos los nadadores rusos portaban sus mostachitos.

11. Rivalidad de verdad - Melbourne 1956
La próxima vez que pienses en América-Chivas, Yankees-Red Sox o Giants-Cowboys, recuerda esta historia.

Los tanques de la Unión Soviética invadían Budapest, la capital de Hungría, justo cuando estos dos países se enfrentaban en un partido de water polo. Naturalmente, las emociones corrían fuertes, y no tardaron en escalar hasta la violencia. El momento más fuerte fue cuando la policía tuvo que intervenir cuando el público se empezó a aventar a escupir al equipo ruso, después de que uno de sus jugadores, Valentin Prokopov, golpeó al húngaro Ervin Zador, causándole una hemorrágea en el ojo derecho.
Hungría ganó 4-0.

14. El honor ante todo - Estocolmo 1912
La maratón de Estocolmo estuvo llena de contratiempos - 34 de los competidores no llegaron a la meta, uno de ellos murió, y uno desapareció.

El que desapareció fue un japonés de nombre Shizo Kanaguri, quien exhausto, tomó una ruta equivocada y terminó en un jardín donde una familia se encontraba de picnic. La familia le dio jugo y lo acostaron en una cama.

Avergonzado por su participación, abandonó Suecia en un barco de regreso a Japón, sin avisarle a nadie.
Nadie sabe si cometió seppukku - ed.

17. Cómo romper un record mundial y llevarse la medalla de cobre - Paris 1924
Con su salto de 7.77 metros, el norteamericano Robert LeGendre rompió el récord mundial de salto de longitud. Para su desgracia, ese salto sólo formaba parte del pentatlón, en el cual quedó en tercer lugar.

El oro en salto de longitud se lo llevó alguien más, que saltó solo 7.44 metros.

21. Precursor de Roberto Madrazo - San Luis 1904
En 1904, organizar una maratón no era tarea sencilla, por lo que se trazó una ruta sin tomar en cuenta el tránsito, la nivelación del terreno, u otros "pequeños" detalles. Uno de los tramos de la ruta era a lo largo de una carretera, donde el estadounidense Greg Lorz aprovechó la falta de vigilancia para subirse a bordo de un vehículo, del cual se bajó 6 kilómetros antes de la meta.
Después declaró que todo lo hizo como una broma.

24. ¡De Palomazo!
Nadie esperaba que Josy Barthel, de Luxemburgo, tuviera posibilidad alguna de ganar la competencia de 1500 metros. Tan es así, que cuando se llevó la medalla de oro, no existía pista alguna con el himno de su país.
La banda tuvo que improvisar, y lo hizo de una manera tan horrenda, que Barthel puso su cabeza entre sus manos y se puso a llorar.