Este artículo está escrito en memoria de las víctimas y damnificados por el desastre de Chernobyl. Pero sobre todo está escrito en recuerdo de los liquidadores, esas personas anónimas que aún sabiendo que iban a morir, evitaron que se produjera una segunda explosión en la Central y la contaminación nuclear llegara aún más lejos.
El 26 de Abril de 1986 se produjo en Ucrania el accidente nuclear de Chernobyl. Es el accidente nuclear más grave de la historia junto con el de la actual central de Fukushima en Japón.
Hasta la noche del lunes 28 de abril,la URSS no dijo nada de lo ocurrido, y lo único que se limitaron a decir fue lo siguiente:
"Ha ocurrido un accidente en la central de energía de Chernobyl y uno de los reactores resultó dañado. Están tomándose medidas para eliminar las consecuencias del accidente. Se está asistiendo a las personas afectadas. Se ha designado una Comisión de investigación del Gobierno."
Por ello los afectados tardaron más de un día en ser evacuados, habiendo caído ya sobre los habitantes de la ciudad de Pryptia la temida lluvia radioactiva.
Por aquellos entonces la Central Nuclear de Chernobyl era administrada por el gobierno de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.). En medio de una prueba en la cual se simulaba un corte eléctrico, el reactor 4 de la Central aumentó de forma imprevista su potencia, lo que produjo un sobrecalentamiento de su núcleo que hizo explotar el hidrógeno acumulado en su interior.Pero, ¿Por qué este accidente nuclear quedó en la historia? Sin dudas, por su inmensa magnitud. El material radiactivo liberado fue unas 500 veces superior al que liberó la bomba atómica que Estados Unidos arrojó sobre Hyroshima en 1945. Otra muestra de la relevancia de la tragedia de Chernobyl es que se trata de uno de los dos únicos accidentes que han alcanzado la categoría más alta (nivel 7) en la escala INES, el otro es el de Fukushima, en Japón.
La explosión causó la muerte directa de 31 personas y obligó a que el gobierno de la U.R.S.S. ordenara la evacuación de 135.000 personas. La radiactividad emanada por el accidente llegó a diversos países europeos.
Pese a la catástrofe, el cierre definitivo de la Central se produjo recién en diciembre de 2000. Hoy, Pryptia es una ciudad casi abandonada, sólo habitada por científicos y trabajadores de la central, que tratan que esa contaminación no emane hacia el exterior.
La contaminación del accidente de 1986 se extendió por todas las regiones cercanas a la planta nuclear, siendo Bielorrusia la nación más afectada. Todavía hoy la contaminación de Chernobyl se encuentra en el suelo, con estroncio-90 y cesio-137 que son absorbidos por las plantas y los hongos, ingresando, de esta forma, en la cadena alimenticia.
Las consecuencias del accidente de Chernobyl, por supuesto, también llegaron a los seres humanos y a la flora. Los casos de cáncer de tiroides, malformaciones...se expandieron por Ucrania, Rusia y Bielorrusia.Por otra parte, tras la explosión, los pinos que se encontraban alrededor de la Central adquirieron un extraño color marrón y murieron. La zona pasó a conocerse como el Bosque Rojo.
Más allá de las deficientes condiciones de seguridad que pudieran existir en la planta ucraniana y los avances de la tecnología en el siglo XXI, está claro que la energía nuclear siempre implica un riesgo. Un guerra nuclear, por ejemplo, liberaría unos 700 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, una cifra equivalente a la que emite Gran Bretaña en un año.
Es importante tener en cuenta que los accidentes nucleares siguen existiendo. El año pasado, en España, se detectaron 66 incidentes, algunos de ellos de gravedad.
Las centrales nucleares estadounidenses, por otra parte, siguen matando millones de peces al año, según ha comprobado un estudio científico. El peligro nuclear aún está vigente en todo el mundo, como acabamos de comprobar en Japón.