25 de noviembre: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

El 25 de noviembre volvemos a celebrar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En el artículo de hoy hablaremos de este tipo de violencia que, lamentablemente, sigue muy arraigada en nuestra sociedad.

¿De qué formas puede manifestarse?

• Física: este tipo de violencia hace referencia a cualquier conducta que pueda ocasionar en la mujer lesiones o enfermedades (golpes, patadas, puñetazos, atropellos, no dejar acudir al médico, retirada de medicamentos, etc., y, en última instancia, el asesinato).
• Psicológica: conductas que persigan infravalorar, intimidar, culpabilizar, controlar y ridiculizar a la mujer (insultos, control económico, prohibiciones y limitaciones a su libertad, culpar de las reacciones violentas sufridas…)
• Sexual: se refiere a cualquier tipo de conducta sexual que no tiene el consentimiento explícito de la mujer, ya que ha podido ser forzada a través de amenazas, chantajes o en estados de indefensión (dormida, atada, drogada…).

¿Se manifiesta siempre de la misma forma?

Por regla general, no. Normalmente la violencia evoluciona de sus versiones más sibilinas, que incluso pueden pasar desapercibidas, a un proceso de escalada donde las conductas violentas son cada vez más frecuentes e intensas. Este tipo de dinámica hace que el hombre vaya ganando poder y control frente a la mujer, que cada vez se encuentra en un estado de sumisión e indefensión más grave. 

¿Qué consecuencias produce este tipo de violencia?

La devastación que produce la violencia de género en la mujer es tan grande, que sería difícil enumerar de manera exhaustiva las consecuencias que puede llegar a acarrear. Sin embargo, intentaremos hacer referencia a algunas de ellas:

• Estado de alerta constante y respuestas de ansiedad elevadas
• Pérdida de autonomía e independencia
• Bloqueo del desarrollo y crecimiento personal
• Pérdida de autoestima y de la propia identidad
• Incapacidad para defender los derechos básicos propios
• Síntomas depresivos
• Aislamiento del entorno (familiares, amigos…) y, por tanto, dificultad para recibir ayuda externa
• Estado de indefensión (nada de lo que haga hará que pare la violencia)
• Miedo
• Re-experimentación de episodios de maltrato
• Sensación de confusión
• Culpa (la mujer siente que los episodios de maltrato son causados por ella)
• Distorsión de la imagen del maltratador (pensar que la quiere, que es la forma de demostrar su amor, que va a cambiar…)
• Dependencia de la figura del maltratador

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