Hablaba ayer, en este mismo blog, de la pronta renuncia de PPatxi a sus promesas de diálogo, pluralidad y transversalidad, que apenas duraron lo que dura una campaña electoral, y pocas horas después escucho en la radio que el Parlamento vasco, con el respaldo favorable de PPSOE y UPyD, ha declarado el 25 de Octubre como “Día del País Vasco”. La Cámara de Gasteiz, una vez más, ha votado dividida en una decisión que, a mi juicio, carece de la legitimidad necesaria porque una propuesta como esta requiere para su aprobación un consenso amplio, que implique a todas las sensibilidades e ideologías que convivimos en Euskadi.
Además, no deja de ser curioso que sean precisamente las dos formaciones políticas directamente responsables del incumplimiento del Estatuto de Gernika las que reivindiquen e impongan su conmemoración. No es la primera vez que lo hacen, pero en esta ocasión, por fin, se han salido con la suya. Lamentablemente, victorias como ésta no merecen ser celebradas porque tiene su origen en la intolerancia y la confrontación. El PPSOE sabe que la ciudadanía vasca no les sigue en este camino y con iniciativas como ésta jamás lograrán recuperar la credibilidad que todas las encuestas, incluso las propias, les niegan.
Está a punto de cumplirse un año desde la constitución del Gobierno PPSOE y hasta la fecha no hay ninguna competencia transferida. Lo he declarado una y mil veces, y hoy lo repito en este post. El mejor homenaje que se puede brindar al Estatuto de Autonomía es llenarlo de contenido y explorar todas las potencialidades que recoge, que son muchas, para profundizar en el autogobierno y la participación ciudadana, tantas veces exigida y tantas veces rechazada por miedo a escuchar y respetar la voluntad popular. Por mi parte, sólo diré a PPSOE que no cuenten conmigo el próximo 25 de Octubre y que sólo celebraré esta fecha cuando el Estatuto de Gernika sea una realidad y no un fraude.