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2016 actualidad // Miguel Benavent de B. // Opinión
26 JUNIO: ¿UNA OPORTUNIDAD?
Llegó la hora de reflexionar sobre las próximas elecciones del 26 de junio. La verdad es que pienso que deberíamos votar todos en blanco para castigar a una clase política que no está a la altura, ni aquí ni alla. No tienen programa ni lo cumplen. Unos y otros solo están preocupados en ocupar sus cargos para continuar olvidándose de los ciudadanos, a quienes dicen servir, pero apenas lo hacen. Dialéctica vacía, confrontación permanente, debate nulo, consenso inexistente, etc. Partidos que dicen re-fundarse, sin cambiar nada ni a nadie. Partidos que hablan del cambio, sin cambiar ellos mismos. Otros que apelan a la regeneración, estando podridos por dentro. De cualquier tendencia, himno, color o bandera! Un triste panorama! Y así cuatro años más y ya sumar demasiados años en un país que parece haberse quedado atrás, en los oscuros años en que se firmó una ya caduca Constitución, a golpe de pistola y amenaza militar que algunos defienden a capa y espada para no cambiar nada…
¿Conoces algún político o ex-político pobre o en el paro? Es verdad que habrá algún político honesto y cuyo propósito sea mejorar nuestro mundo. Conozco algún caso aislado. Pero, aunque fuera así, el Sistema es intrínsecamente caduco, discriminatorio, injusto, corrupto y, lo que es peor, impune ante todo eso. No hay ideología política ni capacidad de consensuar lo mejor para un país, solo hay intereses en prolongarse en el poder y, ya se sabe, el poder corrompe, en el Estado y en cualquier organización humana, incluida la iglesia o una casa real. Los hay que roban para sí mismos, los hay que roban para su partido político u organización, incluso los hay que no roban, pero miran hacia otro lado, lo que también les hace culpables, por omisión. Los hay que dicen defender a la clase trabajadora y quienes afirman defender los intereses de las clases medias y altas. Está claro que solo se defienden a ellos mismos, digan lo que digan… la corrupción, el dinero y el poder no tienen ideología, ni aquí ni en Suiza o Panamá!
El ego y la vanidad humana campean a sus anchas en este Sistema insano e inhumano. El gran olvidado es el ser humano, para lo cual los políticos y gobernantes se afanan en crear leyes educativas nefastas, leyes de comercio que desprotegen al ciudadano y leyes ciudadanas que recortan los derechos, aniquilan la individualidad, la buena fe y la iniciativa personal, a cambio de un supuesto bien común que no es de nadie más que de los mismos que lo imponen, a veces sutilmente. El poder es del dinero y no de los valores humanos que nos guían -o deberían- a todos y cada uno de nosotros. La justicia, la honradez, la honestidad, la armonía, la paz y la sensatez deberían tomar las riendas de nuestra vida y de cualquier país, estado, nación o pueblo, que se precie. Y eso deberíamos exigir todos y cada uno de nosotros con nuestro voto!
Siempre he sido una persona no alineada ni alienada. Supongo que se nota! Creo en la Humanidad, aunque suene algo idealista o ilusorio a algunos. Vivo de lo que trabajo, lo que no es fácil en un país donde la meritocracia no existe y donde solo prosperan las “sagradas familias”, los conectados al poder político o económico. Es el precio de la libertad y de tener valores profundos, en un mundo donde escasean e incluso se castiga por ello. Eso me permite -ya a mi edad- decir lo que pienso y siento, sin titubeos, ya soy libre. Pero tengo esperanza. Creo que las cosas pueden -y deben- cambiar y que eso solo es posible desde la democracia real, transparente, participativa y firme. Y para ello se han de cambiar esas leyes que dicen proteger unos derechos, aunque solo nos imponen los deberes como ciudadano y contribuyente… al despilfarro y a la falta de ética. Basta ya de poner radares en las carreteras diciendo aquello de que es “para nuestra seguridad”. Lamentablemente no es así, más valdría que se pusieran cámaras los mismos políticos en sus lujosos despachos para demostrar que son honestos, que trabajan y que nos sirven a nosotros los ciudadanos. Llegará el día en que nuestros políticos y hombres de estado empiecen a pensar de verdad en Catalunya, en España, en Europa, en el mundo, su manera de hacer política cambiará y sus palabras dejarán de estar vacías! Se acabarán los debates manipulados, las campañas difamatorias y las mentiras estadísticas y los sondeos falsificados…
La verdad es que visto así, a día de hoy aún no sé a quien votar. Le preguntaré a mi Consciencia, aunque me insistirá que vote en blanco, una vez más. Intentaré olvidar que casi ningún partido ni político que conozco merece estar donde está. Unos porque ya lo han demostrado, otros porque aún tienen que aprender, aunque reconozco que a mí no me va aquello de “más vale malo conocido que bueno por conocer”. Creo en los nuevos que llegan, en los jóvenes, en los que están aprendiendo, en las personas que actúan desde la Consciencia, en los que creen y viven sus valores humanos, en los que sienten que el cambio es tan posible como necesario, en los que aman la vida, incluidas las personas que habitan en ella y el medio natural que nos envuelve. En los que recuerdan que, mientras hablamos y hablamos, hay niños de corta edad que apenas comen una vez al día, aquí en Barcelona y en los campos de refugiados de Turquía. Creo en las personas de verdad, no en los cargos públicos puestos a dedo o en sus “delfines”, ni en la falsa democracia, ni en los poderes fácticos que la controlan, desde las sombra y gracias “a las puertas giratorias”. Creo en la justicia, la igualdad, la soberanía personal, el derecho a decidir por uno mismo o colectivamente, creo en la iniciativa privada, en el bien común y en la colaboración, en el consumo responsable, en la libertad y el derecho de información, en los valores, en la naturaleza, en el amor… en fin, en todo aquello que nadie me ofrece -digan lo que digan- en estas próximas elecciones del domingo 26 de junio!
Tal vez lo único que puede inspirarme es votar por el mundo que desearía que viviera mi amada hija…