Revista Coaching

280.- "El mundo recompensa con más frecuencia las apariencias del mérito que el mérito mismo."

Por Ignacionovo
Autor: François de La Rochefoucauld. No, no parece justo, pero por otra parte, nos auto engañaríamos si pensáramos que no es posible que haya personas que por solo una apariencia de mérito pueden prosperar en la vida. Sin embargo, sucede.
Lo importante en casos en los que nos llegamos a plantear que nuestro mérito no es reconocido, es tratar de prescindir, por encima de cualquier consideración, de mirar hacia otros y establecer comparaciones.
De forma general, solemos detenernos a observar (lo que acaba minando cualquier moral), lo supuestamente fácil que les resulta a otros conseguir cosas que a nosotros nos cuestan mucho más y nos planteamos -es humano-, que el caprichoso destino regala a los demás aquello por lo que a nosotros nos cobra un alto interés.
Reflexionemos con el fin de poner las cosas en contexto. La valoración del mérito recae muchas veces sobre UNA persona concreta, que es la que nos evalúa y con toda la carga de subjetividad que ello conlleva.
Hay jefes o responsables que cuentan con un modelo definido y una forma muy específica de hacer las cosas y en vez de plantearse que hay otras maneras igualmente valiosas y estimables, se limitan a buscar perfiles que ya se acomoden a lo que piensan. No podemos separar el mérito de quien lo evalúa.
¿Y porque haya UNA persona que no nos valore en lo que creemos merecer, deberíamos frustrarnos y abandonar? En absoluto. Nadie nos dice que otros si que estén apreciando lo que hacemos y cuando uno lo hace bien y no deace en su entusiasmo, la compensación acaba por llegar. Más tarde quizá que a otros, pero a lo mejor también de forma más deslumbrante y firme. El trabajo consiste en mantener la confianza y no renunciar, porque el que renuncia, inevitablemente pierde.
Reflexión final: el mérito se define como el resultado de las buenas acciones que hacen digna de aprecio a una persona. Si lo que haces tiene mérito, lo tendrá independientemente de quien lo juzgue.

Volver a la Portada de Logo Paperblog