29 de Marzo: ¡¡¡Sé la gota que rebosa el vaso!!! gota a gota, somos un océano.

Publicado el 25 marzo 2012 por Nynaeve

Estamos en 2050, Sandra tiene 14 años y tiene que hacer una redacción. Cómo no sabe de qué hablar busca inspiración en sus abuelos. Vive en una democracia participativa, dónde ganamos nuestra lucha. Por eso para ella es tan difícil entender, ciertas cosas.

- ¡Pero la huelga es un derecho natural de los trabajadores! ¿cómo dices eso?- se sorprendio Sandra.

- Eso es ahora, cariño, pero eses derecho no solo hubo que ganárselo, sino que ademas luego tuvimos que defenderlo con uñas y dientes.

- No lo entiendo…

Su abuelo se acomodó en la hamaca, se sirvió un poco de limonada y se dispuso a volver a 2012. No era la primera huelga de aquello que algunos llamaban democracia. De hecho, tampoco era la primera huelga a nivel nacional en España, en aquel periodo de crisis. De hecho era la segunda. Un número que a tenor de las agresiones que se estaban cometiendo contra los trabajadores y la ciudadania, resultaba no solo exigüo, sino tambien ridículo.

Recordó de como los medios afines al gobierno del momento, que no hacían más que decir que los sindicatos estaban acabados, y que una la huelga les daba más o menos igual, dado que ya la tenían asumida, pusieron en marcha una campaña atroz, en todos sus frentes. Periódicos, radios, televisiones e internet. Tienes que tener en cuenta que en ese momento, la sociedad había dejado paulatinamente de pensar. No era algo de lo que se hubieran dado cuenta. Pero echando la mirada atrás, resulta sorprendente a la par que inquietante. Esto lo que nos demuestra, es que se consiga lo que se consiga, el poder hay que vigilarlo siempre. Y vigilar a quien vigila el poder. Por eso una democracia participativa, es la piedra angular de nuestra sociedad de hoy.

En aquella huelga del 29 de Marzo de 2012, no sólo la campaña en los medios afines al gobierno era frenética. También estaban los parlamentarios del PSOE, por ejemplo. A Marcos, le dijo un compañero suyo de IU, que no iban a hacer huelga, que iban a trabajar para “salvar al país”, pero inmediatamente llegó otro para corregir la información. Que no era eso. Que iban a ir, media hora. Se miraron todos incrédulos.

- mmm, ¿no entiendo abuelo, por qué ir media hora? ¿cómo se come eso, esquiroles media hora, huelguistas siete y media? – Sandra no pudo por menos que reirse del “chiste”.

- No, cariño, es mucho más grave que todo eso. Iban esa media hora para cobrar el día entero. Para no perder el sueldo de la jornada de huelga.

- ¡Menudos hipócritas!

- Pues si, unos hipócritas de tomo y lomo. Ya en la anterior huelga empezó a crecer el miedo a perder el puesto de trabajo por ejercer su derecho a la huelga, sobre todo porque con la cantidad de parados que había los empresarios ya tenían claro que si necesitaban reemplazar a un empleado, ¡un empleado conflictivo, ya que pretendía defender sus derechos!, lo tenían fácil. Y además el “nuevo”, ya venía con el miedo en el cuerpo, lo que lo convertía en un remplazo perfecto. Y si la reforma laboral, las reformas, perdón. Ya fueron malas, abrieron la puerta a la primera del PP. En esa donde encima, se le daba la oportunidad al empresario de echar a quien les diera la gana, les bajaran el sueldo lo que les diera la gana, como si fuera una ganga, en rebajas.

Pero hubo algo muy bueno en aquella época. Se quitaron la careta. O por lo menos lo hicieron los de la derecha declarada. Te encontrabas con que pedían, escribían, lo soltaban por la tele, en conferencias de prensa, lo que hasta hacía poco, o no lo decían, o utilizaban subterfugios. Se daban cuenta de que no era políticamente correcto. Un día abogaban por quitar la prestación de desempleo, para obligar a que el trabajador tuviera que coger el empleo que fuera, aunque esto implicara que le supusiera más gastos que el reembolso por el sueldo. Aunque no fuera a poder comer, o pagar la hipoteca. Otro pedían hacer una ley de huelga, que en la práctica y tal y cómo iban las cosas, significaría devaluar este modo de lucha.

Y en ese marco de cosas, te encontrabas con los minitiranos, pero tan necesarios en esos momentos, para mantener el status quo del capitalismo. Jefecillos de tres al cuarto, que se encargaban de meter el miedo en el cuerpo a los trabajadores, para que no se quejaran. Unos, asumiendo que sus empleados, prácticamente todos contrados del paro, no iban a hacer huelga, dando instrucciones de como denunciar a los piquetes, por no dejarles ir a trabajar, que eso de ir a trabajar en día de huelga es un DERECHO. ¡¡¡Cómo si el hacer huelga no lo fuera!!!

O por el contrario, él que se paseaba a las ocho o nueve de la noche, por un centro de trabajo, haciendo chistes sobre “esos de los de la reconciliacion familiar, ahora están todos en la cola de paro”. Por supuesto, a las ocho o nueve, en ese centro de trabajo llevaban haciendo horas extras, dos o tres horas. Y llevaban en esa situación tres meses. Y tenían que ir a trabajar los fines de semana. Eso te vendían que era “voluntario”, pero si no ibas, luego el trabajo no salía a tiempo, “por tu culpa”… y en esos momentos… “a ver quien era el guapo que quería salir en la foto de cabrear a los mandamases”.

- Sigo sin entender nada, abuelo. ¿Cómo es posible que la gente no se defendiera?

- El sistema lo había hecho muy bien. Habia cogido a los trabajadores con el paso cambiado. La verdad era que había un porcentaje bastante pequeño que se daba cuenta de lo que les estaban haciendo, antes de la crisis y un porcentaje todavia menor, que consideraba que había que luchar. Mientras el sistema, no cejaba nunca de minar las bases.

- ¿Las bases?

- La unidad obrera o de clase, que dirían en el siglo XIX y principos XX. La unidad ciudadana, que se empezó a utilizar en el siglo XXI.

- ¿Y eso por que?

- Por lo mismo. El sistema no cejó nunca de sus labor propagandística, hasta convertir en algo peyorativo esto de “obrero” o “lucha de clases”. En pleno despertar de la sociedad, te encontrabas en reuniones, conferencias, personas que por lo menos habían llegado hasta allí, que por lo menos, tenían intenterés en entender por que estábamos así, y que iban en gran medida a preguntar, cómo se solucionaba eso. Muchas de esas personas se encontraban a disgusto con esa terminología. De hecho, tu abuela se enfadaba mucho. Sobre todo al principio. Aunque poco a poco se dio cuenta de que para poder reestablecer la conciencia de clase, lo primero era hacer que la gente no se sintiera a disgusto, por descubrir que pertenecía a una, lo quisieran o no, y que en ese momento, la suya, su clase, iba perdiendo por goleada.

- ¿Por qué llamas aquella huelga la del despertar?

- No es sólo aquella huelga. Del 2009 al 2014 los llamo los años del despertar. Aunque me parece mejor que cómo los llama tu abuela.

- ¿Cómo? – a Sandra se les escapó una risita imaginándoselo.

- Los años del ¡oooohhhh, ¿de verdad?! Y ¡Aaaaaleluyaaaa, aleluyaaa, aleluyaaa! Lo primero algo irónico y lo segundo… ¡un pasito más en el coleto!

- No entiendo nada. Pues mira. La sociedad totalmente adormecida, agilipollada, alienada, no podía entender como ser uno de los países en alza, que habían superado a Italia, que iban a por Francia, tal y como dijo Zapatero, un funesto presidente de entonces. De repente se encontraban con que su calidad de vida, su trabajo, sus aspiraciones, se iban por el retrete. Ten en cuenta que aunque nos gobernaba la derecha, no era la derecha “natural” y que ésta quería el poder a toda costa. Así que la campaña diciendo que toda la culpa la tenía ese presidente, obligó a los medios afines del gobierno de entonces a dar explicaciones de la crisis. Y de repente, un periodista muy bien considerado, te hablaba de los mercados, los mercados del capitalismo, claro y te encontrabas con un montón de personas que parecía que habían descubierto la rueda. Y entonces tu abuela exclamaba…. ¡Ooooh, ¿de verdad?! Más si era en su entorno, ten en cuenta que ella llevaba peleando con su familia y la mayoria de amigos, casi toda su vida, para hacerles entender eso que ellos ahora “descubrían”… así que el ¡Aleluya!, era por que más vale tarde que nunca.

- No entiendo lo de que gobernaba la derecha, pero no la natural.

- Eso otro día cariño, hoy empiezo a estar cansado.

- Vale abuelo, una última pregunta.

- ¿Aquella huelga fue un éxito?

- Sí. Lo fue. Yo no sé hasta que punto la manipulación informativa hizo daño. Pero también tengo claro que en ciertos ciudadanos consiguió justo lo contrario a lo que se proponía. Y es que a veces, tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Personas que no estaban seguras, al ver la presión, tuvieron claro que si no se ponían en pie, estábamos perdidos. Y aunque había mucha gente con miedo, mucha gente que su esperanza de no ir ese día al trabajo, era un piquete, aunque algunos de ellos al final sí que fueron a trabajar, lo que fue impresionante fueron las manifestaciones. Ir a la huelga, no es quedarse en casa, haciendo otra cosa. Es demostrar que estás dispuesto a luchar y si no vas a la puerta del centro de trabajo a dejar claro que no estas dentro, cuanto menos, sí se ha de participar en las manifestaciones.

- Sigo sin entender como no salieron todos juntos, la unión hace la fuerza.

- Porque la manipulación había sido muy sutil. Por lo menos al principio. Y lo que consiguieron es que no confiaras en tu compañero. Que lo vieras cómo un rival. Y tu compañero te veia a ti igual. Y sin confianza. El miedo a perder el trabajo en un momento tan complicado, conseguía encontrar un montón de razones, para no luchar. Daba igual, si era la terminología, los sindicatos de entonces, los partidos políticos o lo que fuera. Y de hecho, eso es lo que más pavor les daba de la huelga. No era las “pérdidas”. Tenían claro que con una huelga, como un verso suelto, no les obligaría a echar marcha atrás. Pero el mayor peligro, es que la gente se envalentonara. Que se dieran cuenta de su verdadero poder, cuando se unían. Porque eso, a medio plazo, era muy peligroso para todo lo que habían conseguido.

- Cómo dijimos muchas veces en muchos sitios- entro Claudia en la conversación.

- Hola abuela.

- Hola cariño…

- ¿Qué decías?

- El oceano está conformado con millones de gotas de agua, los desiertos son millones de granitos de arena. Y una de mis frases favoritas de entonces. ¡Sé la gota que rebosa el vaso!

- Y…

- No cariño, ya basta por hoy. Puedes volver mañana, pero el abuelo y yo tenemos que salir…

- Voy a ver como ordeno toda esta información… jejeje… en lugar de una redacción, voy a terminar haciendo una tesis doctoral, juaaa…

Enlaces de interés:

Ventanas del Falcón

Huelga general = Huelga de consumo —> Huelga obrera = Huelga Ciudadana

Denuncia aquí, si tu empresa te presiona para que no hagas huelga

Basseta, ha hecho una recopilación de viñetas. Huelga General.

Más se perdió en Praga: Razones para la huelga general.

Juan Gascón29M Trabajar mejor y más. Grupo Siro a sus trabajadores.  (Nota: cada día me llama más la atención eso de radiar por adelantado, si vas a hacer huelga o no… ya escribiré sobre eso).

Eowyn: Especial Huelga General.

Grândola: Yo hago huelga.

Carlitos Buenaventura: Lo que esconde la reforma laboral.

Ceronegativo:

Contraargumentario anti Huelga General I: “No hago huelga, no me lo puedo permitir”

Contraargumentario anti Huelga General II: “La huelga no soluciona nada”

Contraargumentario anti Huelga General III: “El gobierno no lleva ni 100 días”

Hugo Martinez Abarca:

Vídeo tengas y lo pagues

Será inútil, pero cómo molesta

Relatando desde el bajo Llobregat: Razones para no ser un esquirol.

JaviMoscas: #29M

Wenmusic: Me rindo

_Manolox_:

Capitalismo, un itinerario crítico – Las medidas de (des)ajuste. Entrevistas a Miren Etxezarreta

¿Obreros y estudiantes unidos y adelante?

La mirada del Mendigo: (en los post de este blog hay unos debates muy interesantes y ricos que ayudan a matizar todos los artículos).

Responsabilidades

Estrategia

Obsolescencia programada de la honestidad (nota personal, “las 30 monedas”).

Porqué fueron, somos. Porque somos, serán.

Javier Parra: Un Comité de Huelga Unitario en cada núcleo urbano; la Huelga General es solo el principio

Escaiguolquer:

Huelga

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V de Valor:

La reforma laboral o la reforma de la moral

La Huelga no es el destino, es el camino a seguir

Sindicalismo y Representación laboral

Irresponsabilidad Manifiesta, Responsabilidad Compartida y Responsabilidad Ilegítima