(planos: Brijuni Arquitectos. Fotografía: Miguel de Guzmán, excepto la foto de los arquitectos, que es mía. Web del estudio)
Conozco a Paco Casas yBea Villanueva desde una sesión de gin-tonics en Malasaña, celebrada hace yabastante más de dos años, que empezó, en mi honor, bastante temprano. Bajé losgin-tonics cruzando la T-4 a toda carrera para embarcar, cinco minutos antesdel cierre de la puerta, en el avión de vuelta a Barcelona. Jamás entenderé porqué el último avión sale tan temprano. Me quedé sin cenar.
Desde entonces los hevisitado cada vez que he ido a Madrid, usando su estudio como base deconversaciones de arquitectura, cafés, comidas, presentaciones de genteinteresante y muchas risas. Este artículo se coció en una visita revestida deun cierto tono de formalidad y servirá para homenajear un espacio que ya noexiste. El estudio Brijuni arquitectos está, en estos momentos, en otro lugar.Circunstancias de la crisis. Considero que tanto la obra como (obviamente) susdeclaraciones permiten valorar un método de trabajo que no está ligado a unespacio físico.¿Dónde?
Malasaña. En unaplanta baja de la calle Don Felipe. A pocos metros de la placita donde se ubicael bar donde Jim Jarmusch rodó varias escenas de The Limits of Control. El real, pero, no tiene nada que ver con elficticio. Y Oscar Jaenada no te sirve dos expresos en dos tazas separadas. Malasañaes un barrio con mucha vida, el que dio origen a la Movida Madrileña. Donde seencuentran bares singulares, buenas librerías donde tomar unos vinos, talleres deactividades diversas a pie de calle. Donde los límites entre el espacio públicoy el privado pueden confundirse. La calle Don Felipetiene una pendiente considerable que obligó a que el estudio dispusiese de unzócalo apreciable. Esta misma pendiente la convierte más en un espacio de pasoque de estar, sobreconectada con un rosario de plazas donde se está mejor. Estecarácter social del espacio (impuesto por el uso, por la naturaleza de loslocales, por la convivencia armoniosa entre gente de muy diversa índole, noplanificado) tiñó, también, el propio estudio, totalmente integrado en elbarrio, donde viven los arquitectos, a una cierta distancia.
¿Cómo?
En un local con tresambientes, el principal, a pie de calle, con un acceso lateral a penas marcadopor un perchero, un pequeño patio y un sótano iluminado por una claraboyacubierta por un cristal pisable ubicada sobre el acceso. Brijuni arquitectostuvo una etapa de formación en Rotterdam, donde los integrantes del estudiovivieron unos seis meses. Allí trabajaron y estudiaron, envueltos en unacultura en que el espacio privado se vuelca al público de un modo completamentediverso al nuestro: el acristalamiento mínimo exigido por normativa es lacuarta parte de la huella en planta del espacio. Las cortinas se usan más porprotección solar que por voluntad de esconder nada. La intimidad es dada por lamirada del paseante, que debe de saber qué mirar y qué no. La planta abierta nonace como un concepto distributivo o espacial, sino como un concepto religiosoque ha dado toda una manera de entender la arquitectura que hemos aceptado,muchas veces, acríticamente. No es el caso de Paco Casas y Bea Villanueva,perfectamente conscientes de este hecho, hasta el punto de empezar laexplicación sobre tu estudio precisamente por aquí: la búsqueda de una plantabaja acristalada completamente abierta a la calle. En este contextoresulta fácil entender el por qué de las paredes de ladrillo visto en elambiente principal: éstas quedan asimiladas a la fachada exterior del edificio,del mismo material, de modo que el espacio se puede leer fácilmente como unabolsa, un retranqueo de la fachada simplemente cerrado con unas carpinterías decolor blanco que soportan un cristal completamente transparente. Las únicascortinas presentes en el espacio servían para cerrarlo cuando éste no se usaba.
Abrir un estudio a piede calle a modo de escaparate no es casual: habla de una vocación de servicio aclientes que, habitualmente, se ven marginados de un cierto tipo de estudios dearquitectura que consiguen sus trabajos buscándolos activamente víaadministración pública o grandes clientes. Habla de la voluntad de realizarexpedientes de ruina, legalizaciones, pequeños encargos que requieren denuestros conocimientos paralelos a la construcción: servicios que requieren elconcurso del un arquitecto. Brijuni arquitectos esun estudio transversal: de la construcción de edificios a clases en diversasuniversidades españolas y del extranjero. Concursos, escritura y expedienteslegales. Brijuni arquitectostrabaja con arquitectura formada por componentes industrializados adaptados allugar mediante transiciones controladas, realizadas en colaboración conconstructores a los que apenas se les da instrucciones generales sobre cómo sequiere que realicen su tarea. Un arquitecto crea sistemas complejos en los queintervienen muchos operarios diferentes, los coordina, les da un sentido globalque va mucho más allá de forzar el modo de trabajo de los diversos actores dela obra. Se trazan unas líneas rojas que no se deben de cruzar: diversoselementos arquitectónicos contestarán las preguntas que han formado elproyecto. Se puede renunciar a una fachada metálica perouna cubierta ajardinada es imprescindible, por ejemplo. El sentido lo da elsistema, más allá, como sucedía con el propio estudio, de una imagen inicial ala que ha de converger la obra por obligación absoluta. Los detallesconstructivos se trabajan sencillos. Se diseñan sólo los elementosimprescindibles. El resto, catálogo. Intencionadamente. Programáticamente.Arquitecturizar desde lo justo, desde una economía proyectual muy anterior a laeconomía de medios, que puede ir paralela a ella y que proyecta un discursomucho más amable, menos esclerotizado, más apropiable por parte de losparticipantes de la obra, que son dirigidos sin que tengan que perder suiniciativa, ni como clientes ni como constructores. Este método de trabajosobrevivirá al estudio como lugar, más allá de la pérdida de potencial quesupone el sacrificio de un instrumento como este. Brijuni arquitectos continua,adaptándose, como su propia obra, a las circunstancias del momento.