3 alimentos de los 80 y 90 que desaparecieron sin dejar rastro

Por Juan Carlos Fernández

A todos nos vienen a la mente montones de alimentos y bebidas que solíamos comer y beber cuando éramos niños o adolescentes y que, sin darnos cuenta, acabaron desapareciendo de los lineales de los supermercados.

La desaparición de muchos de estos alimentos no tienen explicación lógica. Eran sabrosos, se vendían a todas horas, eran populares y sin embargo los liquidaron casi de manera fulminante.

Por ello, hemos decidido hacer un breve ranking de tres alimentos y bebidas que todos consumimos en los 80 y 90 que, al menos, nos gustaría volver a probar.

Fuitopia

Corría el año 1994 cuando Coca-Cola lanzó una nueva bebida sin gas a base de frutas  para competir con Radical Fruit, de Pepsi. El concepto era bastante innovador para aquellos años, aunque no muy alejado de lo que ya venía haciendo Pepsi con su Radical.

La idea de Coca-Cola consistía en comercializar una bebida (refresco) de frutas sin gas, de originales sabores y muy enfocada en el público joven. En un principio ofrecía una imagen más conservadora (muy en línea con la casa comercializadora), aunque según fue pasando el tiempo se acercó mucho más al estilo desenfadado y psicodélico de Radical, en un intento desesperado por robar cuota de mercado a ésta. Sacaron un montón de sabores y todos ellos con sugerentes nombres como Mangozada a la mandarina o Pasión al melocotón. A decir verdad los sabores de Fruitopia estaban muy bien conseguidos y además eran percibidos como mucho más naturales que los de Radical.

Coca-Cola invirtió una ingente cantidad de dinero y recursos en promocionar Fruitopia en el mundo, llegando a los 30 millones de Dólares sólo en 1994. Incluso la revista Time nombró a esta bebida como uno de los 10 mejores productos de dicho año. Asimismo, llegó a un acuerdo con McDonald’s para que se incluyese a ese refresco como opción para sus menús.

Sin embargo, Fruitopia llegó demasiado tarde a un mercado colonizado por Radical Fruit y su cuota de mercado fue siempre bastante pequeña (en un mercado que de por sí no era muy grande). Por ello, a pesar de los esfuerzos en marketing, Coca-Cola decidió dejar de comercializar la bebida en varios países a finales de los 90, entre ellos España para apostar por su nueva línea de zumos, Minute Maid.

Yogures Yoplait

Lo primero que se debe precisar de Yoplait es que esta marca sigue existiendo fuera de España, fundamentalmente en Estados Unidos, México, Canadá, Francia o Reino Unido entre otros países, por lo que no estamos ante una completa desaparecida.

Yoplait fue una de las marcas de yogures más consumidas en España en los años 80 y 90, aunque es cierto que a finales de los 90 su consumo comenzó a caer de forma considerable, lastrada por la omnipresente Danone, que siempre fue su principal competidora.

Los sabores de estos yogures eran muy variados, coco, naranja, fresa, macedonia, natural y mi preferido, vainilla. Recuerdo especialmente este sabor como el mejor de todos los que se vendían y, por alguna razón, fue el primero en desaparecer.

Pero con independencia de sus sabores, Yoplait se hizo famosa por el gran número de regalos promocionales que sacó durante los años que estuvo a la venta. Vajillas, cristalerías, cubiertos, toallas, juegos y muchos otros productos que llenaron las casas españoles en las décadas de los 80 y 90.

Por desgracia, Yoplait decidió cesar su negocio en España en el año 2001 por la baja demanda de sus productos y al no haber podido conseguir comprador para su negocio.

Los Fistros de Matutano

Estos son unos grandes olvidados, pero basta con ver el dibujo de las bolsas para recordarlos inmediatamente. Los Fistros eran un snack muy parecido a los Bocabits (en realidad eran lo mismo) que salieron al mercado en el año 1994 y se vendían por 25 Pesetas.

El producto como tal no sorprendía, ya que no dejaban de ser Bocabits de toda la vida en una bolsa con la cara de Chiquito, pero hay que reconocer que nos hacían mucha gracia los dibujos de Chiquito y sobre todos sus tazos, que también venían personalizados con el popular personaje.

En definitiva, Matutano quiso aprovechar el tirón de Chiquito de la Calzada sacando un producto que ya existía pero utilizando hasta la extenuación la imagen del bueno de Chiquito.

Como era de esperar, el experimento no duró mucho, ya que se dejó de comercializar en ese mismo año 1994.