Revista Salud y Bienestar

3 cosas que tienes que saber sobre el placer si quieres adelgazar y/o dejar de comer compulsivamente

Por Robertosancheze

Ahí van:

1. Seguramente confundes placer con felicidad. Eres infeliz y utilizas el placer de comer para enmascararlo, pero la felicidad no reside fuera, en el “mundo material”, sino en tu cabeza. El placer acalla por unos momentos tu mente, la fuente de tu infelicidad. Eso es todo. Si no eres feliz, primero toma la decisión de serlo, y después trabaja desde “dentro”, no desde fuera. Entonces, el cambio en tu relación y tu comportamiento con la comida será una consecuencia, y no algo que buscar, conseguir o alcanzar.

2. El placer es una necesidad biológica, evolutiva. No tiene nada de malo; de la sensación de placer ha dependido durante miles de años nuestra supervivencia. Los problemas empiezan cuando te entregas a un solo placer. Comer es un placer, pero no el único. Diversifica tus placeres y no correrás el riesgo de pagar el precio del exceso, como tampoco del defecto. Otros placeres naturales, biológicos, evolutivos son: moverte, relacionarte con los demás, crear, respirar, beber, practicar sexo. Disfruta de todos ellos.

3. El placer es adictivo. El placer pertenece al “mundo material”, dual, funciona por contraste. Para experimentar placer, o bien vienes del no-placer o bien cambias de placer o bien incrementas la dosis o intensidad del mismo placer. Como te centras sólo en la comida, para percibir el placer de comer, cada vez necesitas comer más cantidad y cosas de mayor palatabilidad –sabor, olor, textura…; es decir, por lo general alimentos procesados y ricos en azúcar. Todas las adicciones repiten este mismo patrón. ¡Y cuidado! Al pensar en ello generalmente nos vienen a la cabeza alcohólicos, ludópatas y cocainómanos, pero todo placer es adictivo, incluso el que se ha etiquetado como más “saludable”. Jugar al despiste centrándote en otros placeres como hacer ejercicio o relacionarte con los demás puede servirte durante un tiempo, pero volviendo al punto 1, si no cambias desde “dentro”, seguirás con el mismo problema, tratando de parchear tu sufrimiento e infelicidad a base de placer. Y volviendo al punto 2, si te centras en otro único placer, seguirás con el mismo problema, ahora en forma, por ejemplo, de deportista compulsivo o fiestero compulsivo.

En fin… ¿Quieres dejar de comer compulsivamente y/o adelgazar? Revisa cómo te relacionas con el placer de comer y comprende, de una vez por todas, que felicidad y placer no son lo mismo.


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