Seth Godin dice que todo emprendedor debe aprender a superar sus temores, pensar como artista y generar conexiones con su público.
Si eres un emprendedor debes moverte de prisa. No trabajas a horas normales, todos los días los inviertes en el negocio y haces todo lo posible para que tu proyecto funcione. Debes saber cómo trabajar duro, pero también hay otras habilidades que los grandes emprendedores necesitan tener. En su libro “The Icarus Deception”, el gurú del marketing Seth Godin comparte tres habilidades esenciales para los dueños de negocios:
1. Silencia tu Cerebro de lagartija
Lo sepas o no, todos tenemos lo que Godin llama Cerebro lagartija. Él dice: “La lagartija es la parte física de tu cerebro, la masa prehistórica llamada amígdala cercana al tallo cerebral que es responsable del miedo, la ira y el impulso reproductivo”.
Godin ha escrito mucho sobre esto en sus libros y cita al autor Steven Pressfield para entregar una mejor descripción: “Como Pressfield lo describe, el cerebro de lagartija es la resistencia. La resistencia es la voz detrás de nuestra cabeza que nos dice que retrocedamos, seamos cuidadosos y lentos. La resistencia crece conforme nos acercamos al lanzamiento, a una perspectiva o a la verdad de lo que realmente queremos. Eso es porque la lagartija odia el cambio, los logros y el riesgo”, dice Godin en The Icarus Deception. Silenciar al cerebro de lagartija es una batalla constante para los emprendedores y es una habilidad que necesita ser desarrollada. Conforme más escuchamos la frecuencia de lo que se siente correcto y más silenciamos al cerebro de lagartija, más podremos probar nuestros planes de negocios e hipótesis.
2. Piensa como un artista
La mayoría de nosotros nos ponemos en una de estas tres categorías: ser el chef, el cocinero o el lavaloza. Los chefs dirigen el show, contratan y despiden, hacen grandes planes y toman decisiones; tienen el poder. Los cocineros son los ejecutantes; hacen el trabajo. Y los lavalozas con quienes están tras las trincheras haciendo el trabajo sucio. Y eres una de estas figuras en cada momento del día. Pero Godin rompe esta idea.
En The Icarus Deception, Godin nos reta a pensar más allá de la regla y a convertirnos en artistas. “No es arte a menos de que el mundo (o al menos una pequeña porción de él) se transforme de alguna forma. Y no es arte si no es generoso. Y sobre todo, no es arte si no hay riesgo. El riesgo no es el riesgo de la ruina financiera -aunque sea parte de ello. No, el riesgo es el riesgo de ser rechazados. El arte requiere que al artista le importe lo suficiente como para hacerlo cuando sabe que podría no funcionar”.
Pensar como un artista en lugar de como chefs, cocineros o lavalozas abre un mundo entero de posibilidades de cambio, progreso y éxito.
3. Conecta lo desconectado
Conectar gente podría sonar como los eventos de networking tradicionales donde todos intercambian tarjetas de presentación. Godin escribe sobre “la Economía Conectada” y explica que la época en la que nos preocupábamos por dirigirnos a las masas ha pasado. Se trata de conectar a las personas que están desconectadas –así, la conexión se convierte en una función del arte. La oportunidad en la Economía Conectada está en encontrar el problema (donde las personas están desconectadas).
Ésta es una habilidad esencial que podría requerir un esfuerzo significativo. Dice: “¿Cuánta conexión generaste? Ésa es una forma de medir si tu trabajo hizo o no una diferencia. Es cuando haces un comentario atrevido en una reunión, cuando produces un video o una idea que se esparce, cuando más personas visitan tu stand porque no se cansan de ti… Aburrido y seguro pocas veces llevan a la conexión. La conexión ocurre cuando la humildad se reafirma a sí misma”.