3 hábitos que promueven la mala gestión financiera

Por Finproyectos @FinProyectos

La mala gestión financiera viene como resultado de los malos hábitos. Aquellas prácticas que hemos acuñado en la toma de decisiones de dinero que nos han llevado a ciertos fracasos en el tema financiero.

Son varias las personas que se ven envueltas en situaciones difíciles por llevar a cabo acciones que no les favorecen en la manera en que maneja sus recursos económicos.

Es por esta razón que nos interesa abordar tres hábitos puntuales que por lo general promueven la mala gestión financiera, con el fin de traerlos a la luz y si estas llevándolos a cabo tengas pendiente que su fin no es nada bueno, y que esto te pueda causar varios niveles de dificultad en el tema de la administración del dinero.

No es común que las personas se detengan a ver las consecuencias de tener una mala gestión financiera. Por lo general, cuando tomamos decisiones de dinero, la intención inicial es crear valor. Si fuera distinto a esto, entonces dicha persona definitivamente necesitaría de la asistencia psicológica o psiquiátrica.

No obstante, existen una serie de consecuencias que vienen como resultado de la mala gestión financiera, y dichas consecuencias no miran si la intención inicial era crear valor, sino que irrumpen en todo tu sistema financiero y logran el resultado contrario al esperado.

En ese sentido, las consecuencias de la mala gestión financiera se resumen en tres aspectos básicos:

  • Falta de liquidez
  • Incremento de las deudas
  • Insatisfacción de necesidades primarias.

Cuando no logramos tener un buen desempeño en el área de las finanzas usualmente caemos en un estado de déficit financiero, el cual tiene repercusiones en el corto, mediano y largo plazo. A razón de que para cubrir dichas faltas se requieren de esfuerzos mayores, adjunto de los que generalmente están envueltos en la dinámica cotidiana de la gestión del dinero.

Teniendo como consecuencia primaria la creación de un círculo vicioso en donde la persona cae en un estado de insolvencia recurrente que le impide lograr satisfacer las diferentes necesidades que tiene que enfrentar.

De manera que las consecuencias de tener una mala gestión se evidencia, básicamente, en la incapacidad de solventar los compromisos, teniendo que recurrir a fuentes de financiamiento que a la larga agravan más la situación, creando un estado de insolvencia continua y que debe ser direccionada a través de la asistencia profesional.

No obstante a la realidad de las consecuencias que se generan por la mala gestión financiera, existen tres hábitos que son comunes a las personas que tienden a presentar este tipo de realidades financieras, los cuales vamos a exponer para que tengas un punto de referencia para que los evites, en caso de no haberlos adquirido, y si ya los tienes trabajes para modificarlos y mejores tu desempeño financiero personal.

Hábito No. 1: Dejar todo a la memoria

Una vez escuchen a alguien decir que es mejor tener un lápiz corto a una memoria larga; haciendo alusión a que lo que está escrito permanece y lo que se deja a la memoria está sujeto a la circunstancia. Y en finanzas lo más importante es estar en control de lo que sucede con tu dinero. Siendo la manera idónea para no perder el control registrar todas tus transacciones financieras.

Es cierto que es toda una labor la de llevar los registros financieros, y que implica mucha disciplina y enfoque; sin embargo, el resultado será el buen desempeño financiero. Cuando logras estar en control de tu dinero es porque sabes, exactamente qué entra y qué sale, pero más aún, estas consciente de que cada movimiento responde a un propósito porque existe un presupuesto que te sirve como guía. Por lo que registrar tus movimientos económicos es sinónimo de saber manejar tu dinero.

Es por esta razón que dejar todo a la memoria, no solo en temas financieros, sino en otros relativos a la vida, es un hábito que promueve la mala gestión financiera.

Hábito No. 2: Pensar que se más adelante se resolverá

En mi experiencia como consultor financiero, a través de los diferentes casos que he manejado me he dado cuenta, principalmente en los hombres, que la gente piensa que las cosas se van a resolver solas.

Es posible que una que otra vez, de manera fortuita, las cosas se hayan resuelto de manera "milagrosa" pero eso no significa que sea una regla de vida. De hecho, la única manera de encontrar la solución a un problema es resolviéndolo.

Es por esta razón que cada vez que se presenta una dificultad financiera que tienen que ver con la incapacidad de solventar los compromisos, pensar que las cosas se resolverán solas es un acto de irresponsabilidad y falta de carácter. Porque en el mundo real eso no sucede. Las situaciones se enfrentan; procrastinarlas solo tiene un resultado: Dilatar un problema evidente.

De manera que tener este hábito, partiendo de eventos irreales que no tienen sustento, forma parte de las prácticas que debes evitar para tener un buen desempeño financiero. Enfocándote en la solución y trabajando para ella.

Hábito No. 3: Tomar prestado sin razón

El tercer hábito es uno de los más comunes y que tiene peores consecuencias en la gestión financiera, porque crea la ilusión de que se está cubriendo una falta puntual, pero en realidad lo que se está haciendo es agravando la situación.

De hecho, esta práctica se ve por lo general en el uso de tarjetas de crédito. En donde algunas personas pagan una tarjeta con otra o bien se dicen a sí mismos(as) "en el próximo corte resuelvo". Hacer esto no es solo un error, sino que cavar su propia tumba financiera.

Porque la problemática financiera no se resuelve con más dinero, sino estableciendo estrategias que vayan en pro de la estabilidad financiera. Y, aunque en algunos casos endeudarse puede ser una respuesta, debo reconocer que son muy particulares y que requieren de la asistencia de un profesional de las finanzas.

La gestión financiera efectiva no viene como resultado del azar, es una respuesta a medidas que debes tomar para tener el éxito en la administración de tu dinero. Esto implica hacer un cambio de conducta, que se traduce en cambiar hábitos que no aporta a tu estructura financiera como utilizar la memoria como una herramienta infalible, pensar que las cosas se resolverán solas y tomar prestado sin razón.

Es por esto que la invitación es a que te manejes con buenos hábitos. Aquellos que te aporten y hagan de tu vida financiera un espacio de valor, tomando en cuenta los tres niveles de la gestión financiera efectiva: Sostenibilidad, estabilidad y riqueza.

En ese sentido, si esta entrada te ha sido de utilidad te invitamos a que comentes y compartas. Tus opiniones y aportes son de gran importancia para esta comunidad y enriquecen el debate. Y si te interesa profundizar en el tema de los buenos hábitos, te sugerimos adquirir el libro Los 7 habitos de la gente altamente efectiva escrito por Stephen Covey que aunque no habla directamente de la gestión financiera, hace alusión a cómo generar hábitos que aporte valor a tu vida y puedes aplicarlos a la administración de tus recursos económicos haciendo clic en la imagen más abajo.