El pasado 16 de Noviembre estuvimos en la Gran Carrera 10k - Maratón de Valencia, una de las carreras más multitudinarias y con mejor ambiente de los últimos tiempos. Mucho nos habían hablado de ella, pero queriamos vivirlo en nuestra propia piel.
7 Fuimos las guerreras que vivimos esta mágnifica experiencia en Valencia.
Crónica 3:
10 K VALENCIA 16 Noviembre de 2014
Guerrera: Patricia Castillo
Todo comenzó unos días de locura de amigas, a principios de año. Queríamos correr y acabar una carrera para pisar la meta juntas. A lo largo que pasaban los días, no teníamos claro qué carrera hacer, entre circunstancias, presupuestos, días… no podíamos ponernos de acuerdo. Hasta que un día una le comentó a la otra: ¿Y si nos vamos a Valencia? Estamos a tiempo, podemos entrenarnos y disfrutar el día de la carrera.
Bueno, como ya sabréis Valencia, una cuidad gran, importante, ya podréis imaginar qué tipo de carreras se celebran ahí. Todo se puso en marcha, ya que no daba tiempo a pensárselo porque las inscripciones volaban cada segundo. A principios de verano ya teníamos todo planeado, nuestra inscripción hecha, el hotel elegido; en fin, todo preparado para que fuera un viaje increíble. Pero no íbamos solas, nos acompañaban también otras chicas que se sumaban a nuestra locura, a vivir una experiencia única.
Ya hablo sobre una amistad que es lo que me llevó a correr esa carrera, y es que desde que me inscribí supe que iba a ser especial. Se celebraba unos tres días antes que el cumpleaños de mi mejor amiga, iba con ella de viaje, Valencia, correr, gente, multitud de gente… ¡qué más podía pedir!
Pues estaba claro que iba a ser un viaje especial, y lo hacía por ella, por cumplir nuestro sueño: correr juntas; tenía que hacer algo para ella, para que viera que, (sí soy deportista, me encanta hacer deporte y pienso que siempre hay que hacer algo porque nos alegra los días, pero una carrera y de esa distancia nunca la había hecho), por ella podía hacerlo, porque yo sé que más que nuestra ilusión era su ilusión, algo que a ella le gusta verme a mí, en su deporte, disfrutando, la iba a hacer grande.
Tras los pasos de los días, tenía claro qué iba hacer, pero no sabía cómo empezar, se lo comenté. Ella mejor que nadie sabía que lo hacía por ella y le dije que se lo iba a dedicar, iba a ir con una camiseta para cuando cruce y la lleve sudada se la ponga, y me contestó que le daba igual que fuera sudada, ella también iba a estarlo y qué mejor que ponerse una camiseta sudada de una gran victoria. Esto… me llegó. Ahí me alegro cada día que pasa la gran amiga que tengo. Y si antes lo tenía claro, ahora lo iba a realizar con más emoción.
Fueron muchos calentamientos de cabeza, porque no sabía qué ponerle, cómo dedicárselo, muchos días de pensar: frases, palabras, felicitaciones, viendo cómo iba a quedar mejor. Hasta que un día lo tuve claro, esa carrera era por ella, pues qué mejor que un corazón en el pecho dedicándole “Por ti” además que así se llama el título de la canción que era “nuestra canción”. Y por detrás había que poner algo, y ya que también íbamos en celebración de su cumple, un viaje “solas” qué mejor que ponerle un 20 (que son los años cumplido) y en nombre de Marioneta. Sí. Esto no lo entenderá mucha gente, pero hago un mini resumen que significa lo que llevo impregnado en mi cuerpo junto con ella, simbolizando nuestra amistad desde bien chiquitinas, y somos unas marionetas que nos ha guiado el destino para nunca separarnos.
Se pasa el verano tras varios entrenamientos y cada vez se acerca más la hora de la verdad. Íbamos con un grupo de chicas, increíblemente geniales.
Esta gente, son este tipo que aunque no los conozcas de nada, cuando los vez te transmiten taaaanto, sobre todo alegría, que parece que los conoces de toda la vida.
Los nervios florecían cada vez que, los entrenamientos por circunstancias se pararon. Se acercaba la hora, pero lo mejor de todo es que no tuve ningún pensamiento negativo. Sabía que iba hacer la carrera, pero no sé cómo; la iba a terminar y no me iba a parar.
Sin un buen entrenamiento, no es fácil ponerse esa meta. Pero con un buen pensamiento y una buena compañía, SE LOGRA TODO.
Todo es proponérselo, cada vez lo tengo más claro, y tras esta experiencia más todavía
Llegó el día esperado, los nervios por dentro, era un sábado no cualquiera
Era temprano, y fui al sitio de quedada. Al primero que vi, fue a nuestro fotógrafo, estaba feliz porque iba a ser un viaje increíble, pero pasé vergüenza porque al no conocerlo yo lo miraba y él me reconocía, me acerqué y me presenté. Nos reímos un poco y a esperar a las demás. Fueron llegando seguidamente poco a poco: Sonia, nuestra conductora especial con su papa-movil y ese maletero taaaaan grande; mi vecinica que hasta ese día no supe que éramos vecinas, con sus despedidas a su Julieta tan cariñosas (su perra); y por último faltaba por llegar la capi. Esa personita que desde que me dijo “estoy deseando conocerte” supe que iba a ser una grandísimas persona y me iba a caer genial; cuando llegó he de decir que me sorprendió porque no me la imaginaba así, con esa alegría, esa risa que contagiaba, así cómo iba a salir mal un viaje…Yo ya estaba en las nubes. Todo estaba comenzando, un sueño hecho realidad, un reto por cumplir, íbamos a ello.
Pusimos rumbo a por otra guerrera, la más tímida, la que nunca hablaba, MI MEJOR AMIGA. Gracias a ello se nos hizo el viaje más ameno
AHORA sí que era todo realidad, ese sueño. ¡Estábamos en Valencia!
En el hotel nos montamos una cena que… teníamos dos habitaciones para siete, pero nosotros preferimos montarnos la fiesta en una habitación los siete, claro que sí. En la cena, lo más importante y que voy a recalcar mucho fue sobre lo que hablamos. Nuestra estrategia de carrera. Lo que decidieron hacer estas guerrerillas, fue algo magnífico. El mejor momento de tantas risas juntas. Eso fue un sentimiento de ellas hacia las demás, algo muy emocionante. El ver que decidieran rebajar su velocidad para acompañar a otras que van más lentas para ir todas juntas… fue algo sin palabra. No me podía creer lo que escuchaba, pero así era. Así son estas guerreras, la unión ante todo, compañerismo. En cuanto una dijo la idea se unieron todas una a una porque fue la mejor estrategia que podíamos a ver tenido para esa carrera.
Llegó el gran día. 8:00 am VALENCIA 10K
El desayuno. Un desayuno requerido para una buena carrera, desayunar lo justo para no echarlo después.
Buen rollo, alegría, suerte, es lo que te transmitía todo el mundo.
Llegó el día de competir con 23.000 personas. Dos modalidades, el maratón de Valencia y el 10 k.
10 k. Unos 14000 personas aproximadamente corriendo junto a ti. IMPRESIONANTE.
En ningún momento te quedas sola, siempre tienes gente tonto delante como detrás. Pero lo mejor: EN COMPAÑÍA DE ESTAS GUERRERAS.
Tras el cruce de meta, no pude evitar emocionarme. Tanto yo como cualquiera de ellas yo creo, fue un esfuerzo mutuo que lo vivimos todas intensamente. Al igual que tampoco pude evitar abrazarme a esa persona por la que se lo debo todo, esa persona que es mucho para mí, y por eso quise dedicarle esa carrera. Ya habíamos cumplido el sueño, un reto superado. Una anécdota y experiencia más en mi vida La emoción que llevábamos todas era de alegría absoluta.
Ya se había acabado todo. Algo magnífico, que volvería a repetir sin duda mil veces. Estas guerras son muy grandes.
Pero aún no nos habíamos ido de Valencia, nos quedaba el resto de día por delante. Teníamos que despedirnos del hotel a lo grande. Y eso hicimos, o al menos lo intentamos.
El camino a Murcia se hizo un poco más largo y más triste al saber que ya todo había acabado, pero me quedo con una buena buenísima satisfacción y honra por lograr lo que he hecho y más estando al lado y en compañía de esta gente. ¡Sois magníficas chicas, GRACIAS POR TODO!
Patricia y Ainhoa una amistad de kilómetros