3 posturas de yoga para tener un día perfecto

Por Anad

¿No tienes tiempo para librarte del estrés? ¿Es impensable para ti ir a una clase de yoga antes de ir a trabajar? Bueno, puedes empezar haciendo algunas poses de yoga en tu domicilio a lo largo del día.

Puedes utilizar diferentes respiraciones durante el día para centrarte, obtener fuerza y energía. No te sientas intimidado por las posturas de yoga. Piensa que es tiempo para estar contigo mismo y tu respiración. ¡Siente el poder de la conexión!

Aquí te dejamos algunos consejos sobre tres poses simples para despertar con energía por la mañana, sentirte enérgico por la tarde y relajarte durante la noche.

Poder de la mañana: la postura del perro

Cuando despertamos, pasa un tiempo hasta que nuestro cuerpo se activa del todo. Empieza el día calentando las rodillas, las muñecas, los tobillos y los hombros. Sostén los brazos por encima de la cabeza, cierra los puños y haz círculos simples hacia fuera. Antes de ponerte de pie, calienta los tobillos, y ¡sigue tu camino!

Después del calentamiento, el yoga clásico te recomienda la postura del perro para empezar bien el día. Esta posición es muy beneficiosa para tu cuerpo.

  1. Comienza en la posición de la tabla. Esta postura es la posición que utilizamos, normalmente, para hacer una flexión apoyándonos con las manos y los pies en el suelo
  2. Mantén las manos y los pies en la misma posición y empuja la cadera hacia arriba y para atrás
  3. Permanece con la cabeza hacia abajo mientras estás colocando la cadera. Asegúrate de que el cuello está extendido
  4. Si te resulta muy difícil, dobla las rodillas y céntrate en que la espalda esté bien estirada
  5. Recuerda que hay una diferencia entre dolor bueno y malo. Si sientes dolor de lesión, para
  6. Recuerda respirar. Toma cinco respiraciones suaves y  profundas, después deshaz la postura

Algo muy importante es que no debes comparar tu posición con la de otras personas que veas en redes sociales. Deja que tu cuerpo haga lo correcto para ti.

Energía de la tarde: postura de yoga del triángulo

La postura del triángulo influye en todo tu cuerpo. Esta posición consiste en alargar y fortalecer al mismo tiempo. Al realizarla vas a tener una sensación de ligereza en tu cuerpo mientras sientes que se expande en todas las direcciones.

Se recomienda utilizar un bloque de yoga para esta posición. Si no tienes uno, puedes colocar unos libros que tengan aproximadamente unos seis centímetros de altura.

Haz una curva hacia adelante con las piernas juntas. Pon el talón del pie derecho de modo que la planta del pie haga un ángulo de 45º con el suelo.

Coloca el bloque de yoga (o los libros) al lado del pie izquierdo y, a continuación, coloca la mano izquierda en la parte superior del bloque.

Pon tu mano derecha en la parte derecha de la cadera. A continuación coloca tus brazos de manera que queden paralelas al suelo.

Mantén el equilibrio, y cuando estés estable, lleva tu mano derecha a tu pie derecho, ladeando tu cuerpo, sin moverlo de cintura para abajo.

Extiende tu brazo derecho en dirección al techo y trata de colocarlo en línea con el brazo izquierdo, que sigue inclinado hacia abajo y con la mano sobre el pie. Imagina que alguien está tirandote del brazo que tienes arriba e intentando estirarte, mientras mantienes tus pies firmemente en el suelo.

Haz cinco respiraciones lentas y profundas, sintiendo como el aire recorre todo tu cuerpo.

Vuelve a la posición original y repite la postura hacia el otro lado.

Relajación nocturna: siéntate y respira

Un buen hábito antes de comenzar a dormir, es empezar a preparar tu cuerpo para el descanso. Unos buenos ejercicios de respiración te ayudarán a relajarte y a conciliar el sueño con más rapidez.

Lo primero que tienes que hacer, si aún no lo has hecho, es… ¡apagar el móvil! Es fundamental no tener ninguna distracción para poder relajarse.

Siéntate en el suelo con las piernas cruzadas. Trata de mantener tu espalda recta. Si al principio de cuesta trabajo, puedes poner una manta doblada o el bloque de yoga debajo de tu trasero y así te será más fácil mantener tu espalda recta. Otra posibilidad es acostarte cerca de una pared y poner tus piernas sobre ella, de tal manera que tu cuerpo quede en forma de L.

Una vez que estés confortable en la postura, comienza una secuencia de tres pasos para realizar las respiraciones:

Inspira durante tres segundos.

Sostén la respiración durante tres segundos.

Expira tres segundos.

Mantén durante un momento los pulmones vacíos.

Repite toda la secuencia por lo menos cinco veces. Así sentirás que tu mente empieza a relajarse y tu cuerpo va soltando poco a poco la tensión en el pecho, piernas y hombros. A medida que vayas teniendo práctica en los ejercicios, puedes aumentar la duración de la respiración hasta los cuatro o cinco segundos, manteniendo en cada parte del ejercicio la misma duración.