3 principios para el ahorro efectivo

Por Finproyectos @FinProyectos

Una de las acciones en las cuales hay que hacer un mayor énfasis en la gestión financiera efectiva es la del ahorro. Porque ella refleja, entre otras cosas, el nivel de control y autonomía que una persona presenta a la hora de tomar decisiones relativas a cómo se van a encausar sus recursos económicos.

Sin embargo, llevar a cabo la acción del ahorro, no siempre es sencilla. Implica tomar una serie de decisiones personales enfocadas a la determinación. Y que ellas estén basadas en la importancia de la creación de fondos que servirán como el ancla que solventará las distintas necesidades y aspiraciones que se tengan para el futuro.

En ese sentido, nos interesa compartir tres principios para tener un ahorro efectivo. Y que ellos sirvan como punto de arraigo a la hora de llevar a cabo la creación de fondos de dinero. De manera que soporten las diferentes actividades personales.

Un cuestionamiento que pudiera surgir es ¿Por qué hay que ahorrar? Y aunque esta pregunta pudiera parecer carente de sentido en la gestión financiera, existe una razón para ello. De hecho cada persona, antes de iniciar la disciplina del ahorro, debería cuestionarse a sí mismo respecto de las motivaciones que le mueven al ahorro. Ya que hacerlo sin un por qué propicia el esfuerzo a la nada.

La respuesta a la pregunta inicial es: Porque el ahorro permite solventar tanto las necesidades como las aspiraciones que tenga una persona para el presente y futuro, próximo o lejano. Es decir, representa la fuente de recursos que hará tangible aquello que se ha planteado en una planificación. Sin éste, es cuesta arriba llevar a cabo proyectos de inversión, o bien la adquisición de bienes o servicios que faciliten el desenvolvimiento operativo como aspiracional de cada individuo(a).

Por lo tanto hablar del ahorro, en términos de planificación financiera; es enmarcarse dentro de una buena gestión del dinero, ya que con él se pueden alcanzar parte importante de las metas personales sin tener que afectar, de manera negativa, el flujo de efectivo.

Para ahorrar se deben conjugar tres elementos básicos: Objetivos, disciplina y enfoque. Por lo tanto, cada principio para el ahorro efectivo deben estar conforme ellos, de manera que se pueda desarrollar una mejor gestión y creación de fondos. Y, hablar de principios, es aludir a reglas o normas que orientan la acción de un ser humano[1].

Principio No. 1: Disponibilidad

En la medida en que exista una disponibilidad se tendrá un margen de acción. Sobre esta premisa es que es erige el primer principio para tener un ahorro efectivo. En otras palabras, se debe dar un proceso de interiorización por parte de la persona acerca de lo importante que es tener acceso a un fondo de dinero que sirva como punto de apoyo ante las distintas situaciones que se pudieran presentar en la gestión financiera personal.

Si esto se pasa por alto, todo el sistema de ahorros pudiera colapsar; a razón de que no existe una consciencia de lo relevante y el valor que representa, tener disponibilidad de recursos económicos en los fondos de dinero.

Es por esta razón que el principio que marca la pauta para ahorrar, y del cual se derivan los demás, es el que tiene que ver con la creación de un disponible para asumir las diferentes obligaciones financieras personales.

Principio No. 2: Consistencia

El ahorro se resume, más allá de los métodos y formas que existan, en tomar la decisión de hacerlo, llevarlo a cabo y mantener su curso acción.

Cuando una persona no cultiva la consistencia es más probable, ante un evento adverso o bien de improvisación, desista o ceda a la tentación de utilizar el ahorro para un propósito distinto al que lo originó. Por lo que, cultivar y apropiarse del principio de la consistencia le permitirá apegarse a la razón de ser de este fondo.

Esto se logra cuando se definen los objetivos del ahorro. Etiquetando y dando un propósito específico a cada monto de dinero que se aparta con el fin de crear disponibilidad.

Principio No. 3: Multiplicación

El tercer principio que define el ahorro efectivo tiene que ver con cómo lograr hacer crecer las arcas creadas. Es decir, cómo hacer que el dinero produzca dinero.

Para esto la persona, en la medida de su posibilidad, debe buscar alternativas de inversión a una parte de los fondos disponibles. Esto quiere decir que se pondere la creación de algún tipo de actividad comercial (propia o de terceros) o bien acceder al mercado financiero (bursátil o bancario), capitalizarlo y que esto se traduzca en incrementar el monto acumulado.

Este tipo de acciones requiere de la intervención, en caso de no tener vínculo con el mundo de las inversiones, de la asesoría profesional que le pueda asistir en la búsqueda de las alternativas que más se ajustan a su perfil. Y así obtener un rendimiento que pueda satisfacer sus necesidades como inversionista.

A través del ahorro efectivo se pueden alcanzar las diferentes metas que una persona se pudiera proponer. Por lo que le invitamos a que se apropie y ponga en práctica cada uno de estos principios, de manera que pueda tener un mejor desempeño financiero personal.

Al mismo tiempo le invitamos a que profundice en el tema del ahorro efectivo obteniendo herramientas para optimizarlo. Adquiera el libro ¿Y yo, qué hago con mis ahorros?: Trucos, claves y consejos para obtener la máxima rentabilidad con el menor riesgo escrito por Víctor Alvargonzález Jorissen haciendo clic en la imagen.

[1] Definición Principio Consultado 22-12-14