Ah! Y hemos realizado una nueva ficha para que os resulte más fácil saber que recipientes escoger según las variedades que queráis cultivar.
1. Respeta los volúmenes mínimos necesarios
A veces tendemos a escatimar en el volumen de las macetas, yendo a por macetas más pequeñas y baratas. Lo cierto es que ante la duda lo mejor es siempre ir a por la de mayor volumen, pues por un lado nos aseguraremos que el desarrollo radicular de nuestro cultivo se lleve a cabo con éxito y por otro lado le daremos mayor estabilidad térmica a nuestro sustrato. Esto es debido a que los volúmenes pequeños son más sensibles a los cambios de temperatura, dejando a las raíces en una posición más delicada (mucho más afectadas por las heladas o golpes de calor). Optar por un extra de volumen además nos librará de tener que regar y fertilizar tan a menudo como en las macetas pequeñas, es preferible utilizar volúmenes grandes y plantar más de un cultivo (siempre buscando asociaciones compatibles) que tener muchas macetitas pequeñas.
Como cada cultivo tiene unas necesidades de sustrato diferentes (según la morfología de sus raíces y su exigencia en nutrientes) os hemos dejado una ficha con los volúmenes necesarios para las variedades más típicas de los huertos urbanos. La podéis descargar completamente gratis aquí
Truco!: Algunos cultivos como la Acelga, que requieren grandes volúmenes de sustrato, permiten volúmenes menores si sólo pretendemos cultivar sus brotes (se van cortando para ir añadiendo a ensaladas de modo que nunca llegan a hacerse grandes del todo). Otra idea es empezar con el volumen necesario (25 litros) pero plantar en densidad, recogiendo las acelgas jóvenes para hacer espacio al resto hasta quedarnos con únicamente una al final. Otras ideas para ahorrar espacio en las macetas las podéis encontrar en el post sobre asociaciones favorables.
2. Invertir en un buen sustrato es invertir en tiempo
¿Qué queremos decir con esto? Que comprar un buen sustrato se va a traducir en una mejor salud de nuestras plantas, con lo que será más productivas y más resistentes a ataques de plagas y por tanto, nos ahorrará tiempo en el mantenimiento del huerto. Los sustratos que a veces encontramos en los todo a cien contienen lodos de depuradora (a veces con elevado contenido en metales pesados) o no tienen un equilibrio de nutrientes adecuado.
Para los huertos caseros la mejor opción son sustratos ecológicos de buena calidad, ricos en nutrientes, ligeros y con buena aireación y retención de agua. Dos ejemplos pueden ser:
- Sustrato Universal Bonora para la agricultura ecológica
- Mezcla de humus de lombriz (material compostado por la lombriz roja de california, elevado en nutrientes) y fibra de coco (sustrato completamente orgánico que aporta ligereza, retiene el agua y garantiza la aireación del sustrato). La mejor proporción es (60% fibra de coco- 40% humus de lombriz)
3. Controla el riego y las necesidades de nutrientes
Como hemos comentado antes, cultivar en macetas requiere unos cuidados distintos al cultivo tradicional. Cierto es que nos ahorramos desherbar y que los problemas de plagas son menores, pero por otro lado debemos estar más pendientes del riego y del fertilizante y más cuanto menor sea la maceta, pues los nutrientes se agotan y el agua se evapora de manera más rápida.
Riego: Depende del tamaño del huerto, para unas 3-4 macetas podemos utilizar una regadora pero para huertos más grandes conviene utilizar un sistema de riego más elaborado, por goteo, que garantice un riego constante y apropiado.
Programador de riego y regadera de 1 litro Tratamientos fertilizantes: En el caso de los huertos urbanos, nosotros recomendamos siempre los abonos o fertilizantes ecológicos, que son generalmente más equilibrados y de asimilación más lenta, de modo que permanecen más tiempo en el suelo y son utilizados poco a poco por la planta. Incorporar un fertilizante líquido diluido en agua con una regadora resulta muy sencillo. Con el cambio de temporada en los cultivos, recomendamos echar una capa de humus de lombriz sólido y remover para descompactar y renovar los nutrientes del sustrato.