Un planeta dónde hay desaparecidos, está mal gobernado, un mundo con arrestos, detenciones, secuestros, levantamientos, es un mundo donde el Estado está coludido, está infiltrado. Sucede en todos los países, intolerancia a la justicia, intolerancia a nuevas ideas, intolerancia a la igualdad o a la diversidad, intolerancia a que otros demuestren que hay otras formas de gobierno, otra forma de hacer política, otras formas de economía, otras formas de desarrollo, otras formas de evolución social, otras formas de preservar los recursos del planeta.
El logro de tener un poco de protección para todos (sí, todos) contra las desapariciones forzadas, es reciente, data de 2011, pues aunque desde 2006 existe -La Convención Internacional para la protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas- y muchos años antes también ha habido esfuerzos e iniciativas, fue hasta 2011 que la ONU declaro el 30 de agosto –Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas– para mostrar a los gobiernos de todos los países que se les está vigilando para que cumplan con sus obligaciones de procurar la seguridad, la libertad y los derechos humanos a sus ciudadanos.
Una persona testigo de una desaparición forzada, está expuesta a ser una nueva desaparición, una persona que busca a una persona desparecida está expuesta a hostigamiento, acoso, intimidación, maltrato, amenazas, o incluso una nueva desaparición, un periodista o persona que investiga está expuesta a lo mismo, la impunidad ha estado garantizada durante muchos años al interior de cada país, es hasta fechas recientes que el problema ha confluido en una alianza global y puede llegar la justicia para quienes pensaron en una impunidad eterna. 30 de agosto es hora de reflexionar que un mundo donde las personas desaparecen no es mundo normal. NO debemos acostumbrarnos a un mundo así.
-Nos faltan TODOS los que faltan-
(30agosto2019)
Por: Godofredo Oscós-Flores