No hace falta sinopsis, tan solo decir que refleja el antes y el después de la batalla de las Termópilas, es decir, las guerras médicas, entre griegos y persas, y que a su vez, es la adaptación de nuevo de la novela gráfica de Frank Miller. En esta ocasión, no son los fieros espartanos los que se dirigen a la batalla (por más que Murro recurra al recuerdo de la película de Snyder), sino que son griegos, poco entrenados, en su mayoría campesinos, y con tan solo unos pocos dentro de la élite de bravos guerreros. Quizá sea este el punto de épica que le falta a la película, aunque si es así, esta muy desaprovechado, pues debería de haber resultado más grande, más de todo, el ver a unos simples campesinos, enfrentarse al poderoso Xerxes. Y no me confundáis, la película me ha gustado lo suficiente para repetir, pero tiene por contra la comparación con la primera película.
Entre los actores, tenemos a una estupenda (en todos los sentidos) Eva Green, que protagoniza una de las escenas de sexo con más sin sentido del cine reciente. Pero que queda ahí, para el recuerdo, pues la escena es de las que más merecen la pena de la película ( y no solo por ver los bellos atributos de la protagonista, que también). Sullivan Slapeton, que aunque correcto, debería de haber sido el protagonista absoluto, y es fagotizado por completo por Eva Green. Y repiten Lena Headey y Rodrigo Santoro.