300: El Origen de un Imperio (Noam Murro, 2014)

Publicado el 08 marzo 2014 por Pinguirina
Como algunos sabéis, todos los lunes hago una sección de cine en el magazine León es Así de la 8 de León. En mi sección semanal hago un repaso a las novedades en la cartelera y, desde esta semana, uno de los cines que tenemos en León, los multicines Odeón, han tenido la deferencia de ofrecerme pases semanales para que pueda ver las películas de estreno y luego comentarlas en mi sección Cámara y Acción. Los que seguís el blog desde hace tiempo sabréis que los fines de semana suelo publicar una entrada en la que repaso los estrenos de la semana pero, a partir de ahora, voy a sustituir esa entrada por otras en las que haré la reseña de las películas de estreno que vaya viendo. Creo que es más útil comentar mis impresiones sobre las películas que ya he visto que no limitarme a hacer una breve sinopsis o una ficha técnica. Eso lo hacen ya otras páginas y blogs y yo, la verdad, prefiero hacer algo distinto.Así que, tras esta explicación, paso a hablaros del estreno más destacado de la semana: 300: El Origen de un Imperio.

Seguro que, más de una vez, habéis ido a ver una película con el hype por las nubes y al final habéis salido del cine totalmente decepcionados porque os habíais creado unas expectativas que no se han visto satisfechas. Pues a mi me ha ocurrido todo lo contrario con esta película. Sinceramente, pensaba que iba a ver un auténtico bodrio y, al final, he visto una película bastante entretenida. No nos engañemos, no es nada del otro mundo, pero cuando llevas el listón tan bajo como lo llevaba yo, a veces hay sorpresas agradables.La primera vez que vi 300 me gustó mucho, era innovadora e impactaba visualmente, pero cuando te pasas los últimos seis años viendo lo mismo una y otra vez (Inmortals, Spartacus) llega un momento que te cansas y por eso no tenía muchas esperanzas con su secuela porque me esperaba más de lo mismo, es decir, patadas eternas, saltos imposibles y chorrazos de sangre por doquier. No me equivoqué pero al menos hay algo más.
En 300: El Origen de un Imperio el que toma el relevo de Leonidas es  Temistocles (Sullivan Stapleton) , un héroe ateniense que peleará hasta la muerte, si fuera necesario, para evitar que Grecia caiga en manos de los persas, cuya flota es comandada por la sanguinaria Artemisa (Eva Green). La película vuelve a basarse en una novela gráfica de Frank Miller, en este caso, Xerxes.
300: El Origen de un Imperio tiene muchos paralelismos con su antecesora del 2006 pero hay una gran diferencia entre una película y otra. La historia de Leónidas y sus 300 se sustentaba en la épica, en el valor de unos hombres que, aun sabiendo que su tarea era casi imposible y que sólo había un resultado, aceptaban su destino con gusto. Pero en la historia de Temistocles lo que prima es hacer las cosas a lo grande. No es que Temistocles no sea un héroe al uso, el problema  es que ni él ni sus hombres tienen el mismo carisma que Leonidas y los suyos y eso hace que la película sea más floja que la anterior. Supongo que los creadores de la película, conscientes de ello, optaron por seguir el camino del blockbuster más puro para suplir estas carencias con escenas aun más espectaculares y repletas de efectos especiales, pero también es cierto que el argumento de esta cinta se presta más a ello porque casi todas las batallas son marítimas y , por ello, es sencillo cumplir el ideal palomitero de que cuanto más grande y más ruidoso, mejor.
Uno de los principales aciertos de la película es la manera en que se estructura la historia, la cual se desarrolla antes, durante y después de los acontecimientos vistos en 300. En este caso, la presencia de Gorgo (Lena Headey) y el uso de imágenes de la anterior película contribuyen a darle consistencia al guión y a fusionar perfectamente una película con otra. Además de la reina Gorgo, repiten Efialtes (Andrew Tiernan), Dilios (David Wenham) y Xerxes (Rodrigo Santoro).
Otro punto positivo de la película es la presencia de la siempre imponente Eva Green. Su Artemisa y el Xerxes de Rodrigo Santoro son de lo mejorcito de la película aunque me hubiese gustado ver algo más de la subtrama de ambos personajes. A lo mejor los avispados productores ya lo tenían todo pensando para una futura tercera parte, no sería nada descabellado, la verdad, pero es una pena no haberlo aprovechado en en esta película porque ambos me parecen más interesantes que cualquiera de los que están en el bando de los atenienses.
En resumen, si dejamos de lado los ya muy sobados recursos marca de la casa (Zack Snyder no dirige pero ha colaborado en el proyecto) y nos centramos en la película en si, el resultado es una cinta adrenalítica que entretiene bastante y gustará a todos los fans de 300.