Autor: Catherine Ryan Hyde (novela “Pay it forward”). Que conste que este blog no pretende ser y de hecho no lo es, un espacio de cine en el que recomendar expresamente grandes películas. Por ello, alguna de aquellas a las que hago referencia seguro que no estarán entre las mejores para el concepto de los expertos en la materia. Advertidos estáis…
En "Cadena de Favores", el filme de hoy, conocemos a un niño despierto e inteligente, que impulsado por su idealista maestro de Ciencias Sociales inicia un movimiento hermoso y singular: sugiere que alguien haga un favor a tres personas y después, cada una de esas tres personas deberá ayudar a su vez a otras tres y así sucesivamente, hasta llegar a un nivel en el que el incremento geométrico de favores y de buenas intenciones logre mejorar el estado de las cosas.
No destripo completamente el argumento por si tenéis intención de ver la película, pero si he querido traer hoy hasta el blog la idea (un tanto quimérica) de que si todos fuéramos más conscientes de que con pequeños gestos solidarios tenemos la fuerza de poder cambiar el mundo (aunque sea en una pequeña proporción) o de al menos aliviar las condiciones de vida de alguien en concreto, probablemente no nos costará tanto ponernos en marcha.
El verbo ayudar tiene una fuerza vigorosa y con él se pueden establecer y conseguir metas aparentemente imposibles; y que sólo lo son, porque simplemente hay demasiada pereza, desidia o falta de iniciativa o cariño para acometerlas.
Os dejo un breve diálogo de la película para terminar…
- Creo que a algunos les da miedo... pensar que las cosas pueden ser distintas.
- El mundo no es exactamente... una mierda.
- Alguna gente está acostumbrada a las cosas como están... y aunque estén mal, no pueden cambiar.
- Y digamos que se rinden...
- Y cuando se rinden, todos pierden.
Reflexión final: ¿Por qué te pido tanto que me ayudes? Es que te estoy ayudando. (Antonio Porchia)
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