Que los videoclips vivieron hace tiempo su época dorada no hay duda. Y que fueron verdaderas obras de arte tampoco. Con el tiempo, el arte de sincronizar imagen y música y dotarlo de significado y relevancia se ha ido diluyendo casi del todo. Los videoclips siguen estando al pie del cañón (para lo bueno y para lo malo) cuando se trata de bombardear sobre el último hit de cualquier artista. ¿Os imagináis la vida sin videoclips? Nuestro post no va sobre esto sino ejemplos de este arte en los que el humor o una ida de olla general es la columna vertebral de los más o menos tres minutos de duración. Y como se dice siempre: no están todos los que son, pero sí son todos los que están.
Empezamos nuestro periplo por las idas de olla por una portentosa de Los Punsetes. Y sí, aunque en su último disco ‘Una montaña es una montaña’ también hablan de los amigos, no hay que confundir su reciente creación Mis amigos con esta otra, Tus amigos, merecedora por su fuerza de semejante videoclip dirigido por Luis Cerveró. Como plus, Youtube le otorga el apto para mayores de edad.
El siguiente videoclip es de unos tipos a los que les gusta hacer las cosas diferentes a las del resto del mundo. Guadalupe Plata, procedentes de Jaén, clavan en este video de su canción Serpiente negra (que podría considerarse videoclip) su esencia y buen arte. Nada que envidiar a videoclips con grandes presupuestos que no dicen nada. Estupendos los extras, genial la puesta en escena y la capacidad para adaptar su particular música a cualquier entorno y que cualquiera pueda disfrutar con ella.
Cambiamos completamente de registro y nos metemos en las profundidades del hip-hop español con un grupo que rompe los moldes clásicos e impone los suyos propios: La Excepción. Lo mejor del videoclip el señor del kiosko ambulante y el sentido del humor de El Langui, capaz de sacar lo mejor de cualquier situación.
Retrocedemos en el tiempo para recordar varios videos un poco ridiculines. El primero, de Miguel Bosé con Timbiriches. Imprescindible tener la imagen del Bosé vestido de diablo en el cerebro. La coreografía, apta para principiantes.
¿Y quién no ha oído a La Trinca? El vídeo no pasa de cutre pero corría el año 1988 y hacer la canción titulada Por vez primera con esa magnífica metáfora ya dice mucho de ingenio y de ida de olla.
Y unos años antes del video anterior, los afamados Mecano cometieron una ida de olla brutal que se plasmó primero en la canción Hawai-Bombay y luego, en su pertinente videoclip. Aunque hay que decir que por lo menos la canción y el videoclip estuvieron bastante acordes y ninguno despuntó. Este video es una de las pruebas del daño que hicieron los 80 en algunos casos. En fin, sólo queda preguntarse por qué Ana Torroja no se decantó por unos coquitos y una falda hawaiana…
Hay maneras de hacer videoclips que no pasan desapercibidas. Una prueba de esto es la puesta en escena de El último de la fila en Cuando el mar te tenga. Eso es hacer un videoclip con clase, distinto, arriesgado y que luego te tomen por loco. Todos contentos. Eso sí, el tutú con pollos de plástico no triunfó. Una pena. Hubiera quedado bien en los noventa.
Y volvemos a avanzar en el tiempo y nos topamos con un grupo que merece un post entero comentando sus videoclips. Hemos seleccionado dos joyitas de Mojinos Escozíos. En el primero el grupo cuenta con un público estrella para un ensayo y en el segundo se atreven con la gomina y las chupas de cuero de Grease.
Y si hay algo que puede decir que hay grandes idas de olla en los videoclips es el siguiente. ¿Quién es tan friki para meter ‘Age of Empires’ dentro de un video? Curioso desde luego el trabajo de Ed Wood Lovers en la canción Ciencias exactas acompañados por La Bien Querida y dirigido por Venga Monjas.
Y terminamos con la pareja hojalata de Love of Lesbian en la canción Los colores de una sombra. Mágica ida de olla momento cable-enchufe.
Y para ti, ¿cuál es el videoclip más extravagante que has visto?
María José Gata
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