“Te dije que me era fácil no pensar en ti y está claro que mentía; pero estás tan guapo cuando crees que no me importas... Y no me importas, o eso trato de hacernos creer a los dos. ¡Vaya! Ni 10 segundos tardé en rendirme... ¡Sigue cronometrando ehh! ¡No hagas trampas!
Trato de fingir que todo me es indiferente pero mi lengua tiene vida propia y me delata... mi lengua, la paso por mis labios, bajo la mirada y ahora los muerdo... no hace falta que lo digas, se que te encanta. Ya me he colado en tu cabeza.
Me pregunto qué habrá allí dentro... entre el fútbol, el trabajo, la última película que viste, la cerveza, las mujeres... y yo, revolviéndolo todo, confundiéndote, siendo tan incomprensible y a la vez tan encantadora... y lo sabes, y no lo ocultas y eso me exaspera... pero luego te miro, me besas, te abrazo, me pierdo... y empieza hacer calor. Ya me echas de menos y se acaba el tiempo“
Tiempo. Eso pides siempre... y yo cronometro... 40 segundos y tengo ganas de ti... y tu de mi, pero desde que iniciamos el juego.