Revista Coaching

357.- "Existe algo más atrevido que la soberbia y la ignorancia: la arrogancia."

Por Ignacionovo
357.- Autor: Luis Gabriel Carrillo Navas. La arrogancia (del latín arrogāre: ad- + rogāre) es una cualidad que se refiere al excesivo orgullo de una persona en relación consigo misma y que, básicamente, la lleva a creerse con más derechos y a exigir más privilegios de aquellos que en justicia la corresponden.
La arrogancia, aunque no de la impresión, tiene una parte positiva: la confianza en uno mismo y la consideración, sin fisuras, hacia las talentos propios, pero estas virtudes se diluyen y pierden todo el sentido, desde el mismo momento en el que se convierten en un simple ejercicio de menosprecio a los demás.
Es curioso que casi ningún arrogante se tenga por tal; está seguro de que lo es y lo disfruta. Suele ser gente agresiva y desconsiderada, capaz de atropellar en la persecución de sus intereses.
Una buena forma de conocer a alguien, es viendo cómo se comporta con los demás y sobre todo con los inferiores u objetivamente más humildes. Todos tenemos derecho a ser ‘vistos’ y respetados y todos buscamos respeto y reconocimiento, independientemente del lugar de la jerarquía que se ocupe, por eso nos parece despreciable que haya gente capaz de negar el saludo e incluso la mirada, a quienes considera por debajo de su escalafón y que, por contra, se deshacen en parabienes, halagos y atenciones a quienes tiene por encima.
Afortunadamente hay cura para la arrogancia: la humildad. Resulta conmovedor comprobar cómo cuando la vida coloca al arrogante por debajo del lugar que ocupaba, de repente le llega toda la lucidez de golpe.
Y para terminar, una historia ilustrativa. La juventud es arrogante y a pesar de lo que se cuenta a partir de este  punto, creo que debe ser así y es una parte más del aprendizaje vital. Pecado de juventud que se curará o no con el tiempo, aunque la edad no importa para recibir ciertas lecciones de humildad…
Un presumido estudiante que se encontraba en un autobús repleto de viajeros, se tomó la ‘molestia’ de explicarle a un señor mayor sentado a su lado, porqué le resultaría imposible a la vieja generación comprender a la suya.
"Usted creció en un mundo diferente, realmente casi un mundo primitivo", dijo en voz lo suficientemente alta para que lo escucharan alrededor. "Los jóvenes de hoy en día, crecimos con televisión, internet, aviones a reacción, satélites de comunicación, estaciones espaciales... Nuestras sondas han visitado Marte, propulsamos naves con energía nuclear y disponemos de coches eléctricos y de hidrógeno. Nuestras computadoras procesan a la velocidad de la luz... y así podría seguir un buen rato"
Después de un breve silencio el señor mayor le respondió:
“Tienes razón, hijo mío. Nosotros no tuvimos todas esas cosas cuando éramos jóvenes... así que las inventamos. Ahora, ¡¡¡arrogante estúpido!!!, ¿qué estás haciendo TÚ para la próxima generación?"
Cuentan que el aplauso en aquel autobús fue atronador.
Reflexión final: Dedicado con inmenso cariño a los jóvenes que creen saberlo todo y que, si se esfuerzan, algún día verdaderamente lo sabrán.
357.-

Volver a la Portada de Logo Paperblog