Quejarse es como ir llenando el salón de tu
casa de basura, bolsa a bolsa. No solo son bultos inútiles, sino que
además ocupan el escaso espacio de que dispones. Lugar en el que cae
una bolsa, espacio que no puedes destinar a cualquiera otro utensilio
o herramientas que te permita resolver problemas o facilite la vida.
A medida que dejamos mas bolsas, se empobrece la habitación y la
inunda