396. Clave oculta

Publicado el 21 noviembre 2024 por Cabronidas @CabronidasXXI

    Era noche cerrada y la pitonisa te miraba como si quisiera absorber parte de tu fuerza vital. La primera carta que apareció fue la de la calavera, y la pitonisa de cara arrugada dijo que morirías pronto. La consulta crujió y la temperatura ambiental descendió unos cuatro grados. 

    Luego quisiste saber cuándo, y en una segunda tirada te contestó que de aquí a dos semanas. Fuera el viento aulló y el bosque encolerizó. Quisiste saber la causa, y en una tercera tirada, con voz rasposa la pitonisa sentenció: muerte por colesterol. El cielo tronó y empezó a llover. 

    Tú le replicaste, como un desafío a su arte, que eso era imposible. Que no solo llevabas más analíticas en tu sangre que un porno actor en toda una vida de rodajes, sino que todas (la última un día antes de la adivinación) habían mostrado los valores respaldados por la OMS.

    Te fuiste de allí jurándote que nunca más volverías a malgastar el dinero de ese modo.

    Dos semanas después, me contabas todo eso mientras curioseábamos en una gran nave de artículos de segunda mano, cuando de repente, en la sección de imagen y música, se desplomó sobre ti una estantería de unos ocho metros de altura, repleta hasta la obscenidad de receptores de AV y radiocasetes retro.

    Quedaste enterrado y ninguno de los que estábamos allí podíamos verte. Pero oímos con estremecedora claridad, a gran volumen, la canción que a los pocos segundos del desastroso desplome, empezó a reproducirse en uno de aquellos trastos usados.