Actualidad – Gastrorredacción
¡Hola! ¿Cómo te ha ido?
Yo estoy de vuelta después de 15 días geniales en los que descansé de verdad y me he puesto negra de tanto estar al sol. Espero que el bronceado me dure un poco por lo menos.
Durante mis vacaciones desconecté, por eso las disfruté muchísimo, y te quiero contar algo que viví. Pasados unos días decidí dedicar algunos ratos a reflexionar sobre todo lo que había sido este periodo desde septiembre de 2014 que considero un ciclo; un ciclo porque al tomar vacaciones en agosto significan un cierre y porque fue en ese mes del año pasado cuando dejé de trabajar durante el día con mi chico en su restaurante para dedicar más tiempo a lo que me gusta: escribir y comunicar, en este blog y para mis clientes como redactora freelance.
Ha sido un casi año de mucho trabajo y muy intenso; tanto, que las semanas previas a estas vacaciones me sentía verdaderamente saturada mentalmente y físicamente agotada.
Por eso aproveché estos días en los que mi cabeza estaba mucho más despejada para analizar las cosas, los objetivos logrados, lo que falta, lo positivo y lo negativo; y la verdad, entre tanta meditación llegué a algunas conclusiones, unas más personales y otras que me gustaría compartir contigo aquí puesto que es probable que estés iniciando un nuevo periodo de trabajo igual que yo.
4 cosas que aprendí de las vacaciones
1. A veces hay que alejarse para ver con perspectiva.
Si, supongo que esta frase la habrás leído e incluso dicho, pero es que muchas veces nos pasa que lo que sabemos lo damos por hecho y se nos olvida aplicarlo.
Aprender a disociarte (esto lo supe en mis sesiones de coaching) a la hora de analizar las situaciones es necesario para tomar perspectiva, ser más objetivo y tener una visión más amplia; pero en la práctica no es tan sencillo: estás tan metido en el asunto que cuesta tomar distancia mentalmente, y unas vacaciones (o incluso un fin de semana fuera de casa) ayudan al estar pendientes de otras cosas en tu viaje y alejarte físicamente. Doy fe.
Alejarse para ver mejor
2. Es positivo mirar atrás y hacer un recuento de lo que hemos conseguido.
Porque solemos centrar nuestra atención en el presente y en el futuro y nos olvidamos de lo que hemos ido logrando desde que nos pusimos ese objetivo de llegar a. Cada meta implica dar algunos o muchos pasos previos para alcanzarlo. Y es bueno darnos una autopalmadita en la espalda de felicitaciones.
Reconocer nuestros logros
3. Ponernos objetivos con plazos aumenta nuestra productividad.
Eso sí, sin obsesionarnos con que hay que lograr X antes de (lo escribe una experta en ello).
La vida da muchas vueltas y algunas vicisitudes hacen que tengamos que replantear los plazos y no pasa nada siempre y cuando tengamos claro el objetivo.
Fechas como septiembre, enero o el cumpleaños son buenas para hacer planes, yo los pienso como hojas en blanco que tengo ante mí para escribir con la historia que yo quiera trabajar.
Ponernos plazos para ser más productivos
4. Tenemos la vida que elegimos.
Ojo, la frase puede sonar injusta porque hay miles de factores externos que no dependen de nosotros y que condicionan nuestras circunstancias.
Yo me refiero a lo que sí depende de nosotros: nuestra actitud frente a las situaciones y lo que decidimos -aquí sí- hacer con ella. Muchas veces nos dispersamos dejándonos llevar por las circunstancias sin ser muy conscientes de ello y pasado un tiempo lo hecho constituye una excusa para quejarnos y sentirnos desdichados (autocompadecernos). Para mí esto ha sido un aprendizaje de práctica y más práctica.
Tenemos la vida que elegimos
Mis dos objetivos de este nuevo periodo
Así que, ahora que vuelvo al trabajo me he propuesto dos grandes metas para este ciclo 2015-2016 que iré dividiendo en pasos a lo largo del año:
- Afianzar mi marca personal LaGastroredactora.
- Aumentar mi cartera de clientes.
La primera es constancia y trabajo diario, y lo que he venido haciendo hasta ahora; creo que los resultados están siendo positivos (¡tú me estás leyendo!).
La segunda también es constancia y trabajo diario, además de esfuerzo y paciencia; tener claro mi público objetivo: particulares y empresas relacionadas con la gastronomía y la restauración que quieran mi colaboración para que los textos de sus webs, blogs o presentaciones sean más atractivos a nivel de marketing y/o una gestión efectiva de sus redes sociales, aunque la lista de servicios puede ser más amplia:
Lo que puedo hacer por ti
Ahora mi tarea en los siguientes días es elaborar un plan con su estrategia y sus tácticas para lograr estos objetivos durante los próximos 11 meses.
Y tú, ¿te has propuesto algún objetivo a partir de septiembre?
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