Tecnologías como el RFID (identificación por radio frecuencia), el reconocimiento de voz, los sensores de todo tipo y muchas otras hacen posible que los objetos se intercambien información, es decir, que las máquinas hablen y se comuniquen entre ellas. Ello abre posibilidades de negocio nuevas, que apenas han empezado a explotarse. Hay sectores que ya lo están empezando a explotar, como la distribución, la automoción, el transporte aéreo o los seguros.