4 lugares donde comer en Lisboa

Por Glo @GloRibas

Pastéis de Belém - Glo Ribas - Lisboa 2015


Lisboa es una ciudad que impacta una vez la visitas. Tiene un aire decadente mezclado con un ambiente vintage que te atrapa y hace que caigas rendido a sus pies. 
No sólo por el ámbito cultural Lisboa enamora, sino que también desde el punto de vista gastronómico ya que es un lugar donde se come de maravilla y a unos precios muy económicos. Por este motivo os queremos llevar a cuatro lugares donde disfrutamos de lo lindo degustando manjares portugueses.
Faca & Garfo (Rua da Condessa, 2)
Este pequeño restaurante, regentado por su pareja de propietarios, se convirtió en el lugar de cabecera durante nuestro viaje a la capital portuguesa. Los platos son sencillos pero contundentes por la cual cosa saldréis del establecimiento con ganas de dar un buen paseo para hacer bajar lo que habéis comido. Bacalao, Sardinas, Alheira, Bife à Casa... son algunos de los fantásticos platos a degustar. Nosotros, casi por casualidad, entramos la primera noche y el lugar y su ambiente nos cautivo de tal manera que casi todas las noches de nuestro viaje terminábamos allí cenando. Como aperitivo sirven queso cremoso caliente y un poco de pan, está muy bueno pero tenéis que tener en cuenta que no es gentileza de la casa sino que lo veras reflejado en la cuenta si lo comes, si lo dejas intacto te lo retiran y no te lo hacen pagar (esta practica es frecuente en los restaurante).Los precios van de 7 a 12 euros los platos principales, con uno de ellos tendréis bastante a no ser que tengáis muchísima hambre.

Via TripAdvisor

Bacalao a la parrilla


Rey d'Frago (Calçada do Duque, 5)
Que las apariencias no os tiren para atrás al ver este bar-restaurante. Es cutre a matar y las colas de gente que quiere comer en él suelen salir por la puerta, pero no lo dudéis... preguntar quien es el último y hacer cola. La comida de Luciana y Carla es simplemente excelente y abundante por no hablar de los precios... ¡son irrisorios! Recuerdo que la noche que cenamos allí pedí un plato de sardinas y me trajeron: 5 de sardinas acompañadas de arroz, ensalada y patatas fritas y todo ello por unos 7 euros. Evidentemente no tomé nada más porque ya no cabía en mi estómago. Si vais tenéis que tener en cuenta que no todos los días está abierto y hacen un horario un poco extraño (al menos eso vimos cuando quisimos repetir al día siguiente y nos quedamos con las ganas al estar cerrado)

Vía Yelp

Plato de sardinhas


Antiga Confeiteria de Belém (Rua Vieira Portuense, 72)
Si por algo es conocida la capital lusa es por los pastelitos de hojaldre y crema bautizados como Pastéis de nata o Pastéis de Belém. Encontraréis estos pastéis por toda la ciudad pero no hay nada más típico que comerlos aquí.Esta pastelería se encuentra justo en el centro del barrio de Belém y las colas para comprar sus delicias salen por la puerta. Si queréis evitar dichas filas a mano izquierda de la puerta principal hay otra entrada que da a los salones de te. En un primer momento parece que no haya un lugar para poder sentarte pero sigues andado por sus pasillos y.... ¡voilá! entras en un inmenso salón donde un amable camarero te acompaña a una mesa para poder degustar los dulces. Tras pedirlos te los sirven en la mesa y si deseas comprar pasteles para llevarte a casa no hay problema, los puedes pedir al mismo camarero y el te los trae en una caja y en una bolsita de cartón para que sea más fácil llevarlos. Los pastéis los podéis tomar con un poco de azúcar glas, canela o simplemente sin nada... de cualquier forma están deliciosos pero personalmente los prefiero con un poco de canela espolvoreada por encima. Por lo que hace a precios, si no recuerdo mal, pedimos, entre David y yo, 4 pastéis y dos cafés y nos salió todo por unos 5 euros.

Exterior de la pastelería

Salón de te

Pastéis de Belém


A Brasileira (Rua Garrett, 120-122)
Lisboa es una ciudad con un cultura del café bastante arraigada. Hoy en día encuentras en casi cada esquina un sitio donde sentarte y tomar una bebida caliente rodeado de un ambiente bohemio y encantador. Aún y así, un lugar al que se debe ir y tomar un café, acompañado o no por un pastéis, es el Café A Brasileira fechado en el 1905. Su interior, de madera y su decoración art déco, invitan a descansar un rato y saborear un café.Por lo que hace a precios, aún y ser un lugar mítico de la ciudad, no es nada caro ya que cada café nos costo 0,50 euros.

Exterior

Interior del local

Café expresso