Es hora de pasar de un modelo de “educación remota de emergencia” a uno de “educación híbrida”, plantea un informe del BID. Algunas claves para ese pasaje: nuevas pedagogías, conectividad, plataformas y contenidos, y seguimiento de los estudiantes.
Cuando están por cumplirse 8 meses de la suspensión de clases presenciales en Argentina y en otros países de la región, cada vez más voces coinciden en que es hora de pasar de un modelo de “educación remota de emergencia” a uno de “educación híbrida”, que combine alguna dosis de presencialidad con la continuidad pedagógica de manera remota. Esto plantea un desafío inédito para los sistemas educativos: “Implementar modelos de educación híbrida a gran escala es algo completamente nuevo“, plantea un documento reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El informe De la educación a distancia a la híbrida: 4 elementos clave para hacerla realidad, publicado por la División de Educación del BID, analiza cuáles son los pilares de una estrategia que apunte a construir un sistema educativo “híbrido”. Los autores del documento son Miguel Brechner (fundador y Expresidente del Plan Ceibal de Uruguay) y Elena Arias Ortiz, Marcelo Pérez Alfaro y Madiery Vásquez, especialistas en Educación del BID.
“Las medidas de distanciamiento social derivadas de la crisis sanitaria harán necesario recurrir a modelos de educación híbrida, que combinen aprendizaje en la escuela y en los hogares mediado por tecnología, en función de las condiciones de cada comunidad. A medida que los países puedan ir abriendo sus escuelas, se espera una creciente adopción de la educación híbrida, que servirá como canal de transformación digital de los sistemas educativos y para impulsar una educación con mayor calidad, inclusión y flexibilidad”, describe el informe en la introducción.
Las medidas de distanciamiento social harán necesario recurrir a modelos de educación híbrida, que combinen aprendizaje en la escuela y en los hogares mediado por tecnología
El documento del BID considera que Uruguay era el único país de América Latina con nivel “alto” de preparación para la transformación digital forzada por la pandemia, mientras que Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú tenían un nivel “medio alto”, y el resto de los países tenían un nivel bajo o medio bajo en cuanto a las condiciones digitales previas a la irrupción del COVID-19.
Frente a la pandemia, “muy pocos países contaban con conectividad o con
herramientas
digitales para apoyar el proceso de enseñanza en el contexto escolar”, señala
el informe. Y advierte que la reapertura de escuelas con distancia social
implica reducir en aproximadamente un 30% el número de alumnos por aula:
“Con esto, los sistemas educativos tendrán que combinar educación presencial y
remota mediada por tecnología”.
Frente a este desafío, los autores indican que “el diseño de la
estrategia tecnológica para la
implementación del modelo híbrido debería ser definido por el ente público
responsable
de la provisión de los servicios educativos y en coordinación con las
comunidades educativas“, con el fin de evitar que distintos actores
desarrollen sus propias soluciones y plataformas sin interoperabilidad ni
coordinación. Los 4 pilares identificados por los expertos son:
1. Nuevas pedagogías, competencias y perfil docente
“El abordaje pedagógico de los modelos híbridos debería ser guiado por
los modelos de aprendizaje profundo, centrado en los estudiantes y
sus intereses”, y orientado a desarrollar habilidades para la vida, plantea el
documento. En cuanto a las competencias, el informe destaca que la pandemia
evidenció la importancia de fomentar el autoaprendizaje, estimular
la motivación intrínseca, y desarrollar habilidades en el
uso del tiempo para fomentar el aprendizaje desde el hogar.
En relación con el perfil docente, los autores subrayan la importancia de las habilidades socioemocionales: “En este nuevo modelo de educación híbrida, el rol de los docentes se amplía más allá del uso de la tecnología e incluye el desarrollo de las habilidades socioemocionales de los estudiantes, definidas como aquellas que ayudan a las personas a identificar y manejar sus propias emociones, como el compromiso, la empatía o la habilidad de trabajar en equipo“.
El abordaje pedagógico de los modelos híbridos debería ser guiado por los modelos de aprendizaje profundo, centrado en los estudiantes y sus intereses
2. Equipamiento y conectividad
En este punto, el documento explora varias alternativas, en función de la diversidad de condiciones digitales de los países y las escuelas. Una opción son los “laboratorios del hacer” (makerspace): espacios dentro de las escuelas donde hay computadoras, tabletas, placas programables, kits de robótica y sensores digitales, además de otras herramientas necesarias para construir, explorar y crear objetos.
Otra posibilidad es prestarles dispositivos a los estudiantes, los cuales “deberían tener chip de internet, con el costo de ancho de banda asumido por el sistema educativo, y podrían estar configurados para acceder solo a materiales educativos”. El documento también señala la necesidad de garantizar conectividad para las escuelas, para los docentes y para los estudiantes en su hogar, y sugiere la posibilidad de ofrecer conectividad 5G gratuita para fines educativos.
3. Plataformas y contenidos
En relación con los contenidos, la palabra clave es priorizar: “Con el cierre de las escuelas, los sistemas educativos se vieron en la necesidad de priorizar el currículum. El nuevo modelo de educación híbrida también debería hacerlo, focalizando los esfuerzos en matemática, lectura y escritura, y en las habilidades del siglo XXI, en particular de aquellas que han sido más afectadas por la crisis sanitara y económica”.
En cuanto a las plataformas, una de las cuestiones que se plantean es la necesidad de “mantener la implementación de estrategias no digitales, dadas las importantes brechas de acceso a conectividad y dispositivos por nivel socioeconómico”. Los expertos recomiendan sostener el uso de televisión, radio y material impreso, “sin descuidar los esfuerzos para reducir la brecha digital”.
El nuevo modelo de educación híbrida debería focalizar los esfuerzos en matemática, lectura y escritura, y en las habilidades del siglo XXI, en particular las más afectadas por la crisis
4. Datos y seguimiento de estudiantes
Los expertos del BID resaltan el valor de contar con Sistemas de Información y Gestión Educativa, para poder identificar a los estudiantes a través de su trayectoria por el sistema educativo. El documento prioriza dos aspectos de estos sistemas: por un lado, la gestión de los estudiantes y los aprendizajes (por ejemplo, para poder identificar de manera temprana a aquellos que están en riesgo de abandono escolar), y la gestión de los contenidos digitales, que aporta datos valiosos sobre el uso y desempeño por parte de los usuarios.
A modo de cierre, el documento de Brechner, Arias Ortiz, Pérez Alfaro y Vásquez pone el foco en la planificación, y en la prioridad de lo pedagógico por encima de lo tecnológico: “Se discute sobre cómo incorporar tecnología en las aulas (o en casa), pero poco se discute sobre cómo las tecnologías pueden ser un acelerador de pedagogías para mejorar los aprendizajes, reducir disparidades y empoderar a los docentes y estudiantes. Muchos fracasos del uso de tecnología han sido porque esta no era parte de un todo, sino que una pretendida solución mágica. Alinear la introducción de tecnología a un desafío específico y aprovechar sus ventajas comparativas es clave para mejorar los aprendizajes”.
CONSULTÁ el documento completo del BID
Por Alfredo Dillon
Fuente
https://agendaeducativa.org/4-pilares-para-hacer-realidad-la-educacion-hibrida/