4 prácticos consejos para convertirte en un buen formador online

Publicado el 18 octubre 2016 por Javier Díaz Sánchez @javierdisan

La figura del formador online puede ser una pieza clave para alcanzar el éxito en un curso de e-learning dado que tiene a su alcance recursos y estrategias para incidir en la motivación de los participantes. Esto no significa que el teletutor obre milagros. Nada más lejos de la realidad. Lo que sí que puede lograr es que los participantes superen muchas de las barreras y obstáculos que son causa de abandono en esta modalidad. De hecho, ya dediqué un post en el que analizaba por qué algunos alumnos abandonan la formación e-learning y cómo podemos evitarlo.

Uno de los motivos por los que los MOOCs tienen una tasa tan elevada de abandonos es precisamente la ausencia de tutores que participen activamente en estos entornos de aprendizaje (la gratuidad de este tipo de formación tampoco podemos pasarla por alto ya que puede llevar a la desidia, como explicaba en este post). Por tanto, si eres teletutor/a ten en cuenta que tu labor influirá directamente en el índice de abandonos. Para que puedas sacar el mejor rendimiento a tu trabajo me gustaría compartir contigo estas recomendaciones:

1. Usa un lenguaje natural

Los alumnos no son máquinas ni robots. Obviamente tú tampoco así que intenta comunicarte con los participantes de la manera más cordial y personalizada posible. Usa un lenguaje natural y evita formalismos innecesarios. Esto te ayudará a crear lazos afectivos dando lugar a dinámicas de relación y colaboración muy interesantes para el aprendizaje. Esto no significa que no puedas apoyarte en procedimientos más o menos prefijados. De hecho, saber qué tipo de emails debes enviar en cada momento es positivo y te permitirá programar tu agenda de trabajo pero a la hora de ponerte a redactar conviene que recurras a tu creatividad, haciendo que tus comunicaciones adquieran un tono personal y cercano que te ayudará a diferenciarte de otros formadores. Be yourself!

2. Conoce a tus alumnos

En ciertas ocasiones podrás contar con información acerca de los alumnos. Quizá no sea más que una breve referencia a sus perfiles profesionales, formación y experiencia, pero ¿has probado a indagar en sus perfiles sociales? La información es poder y cuanto más conozcas a tus alumnos, mayor facilidad tendrás para conectar con ellos a partir de sus intereses.

3. Evita el “café para todos”

Cada persona tiene una historia vital distinta, y por tanto, sus experiencias y su modelo mental serán propios de cada individuo. Esto hace que las soluciones basadas en “café para todos” no respondan plenamente a las inquietudes particulares. En estos casos, el aprendizaje será difícilmente transferible a las “situaciones problema” a las que se enfrenta el alumno en su vida cotidiana. Por esta razón, debes procurar detectar desde el primer momento cuales son las necesidades individuales y a partir de ahí adaptar tu mensaje a cada alumno. Por mi experiencia puedo decirte que el servicio de tutorías personalizadas suele tener un impacto muy positivo en la valoración de los cursos de e-learning y pueden marcar la diferencia. Esto no es incompatible con otro tipo comunicaciones más generales orientadas a dinamizar al grupo de participantes como comunidad.

4. Alumno antes que formador online

Es importante ponerte en los “zapatos” de tus alumnos y para eso nada mejor que probar tu propia medicina. Si prevés tutorizar un curso de e-learning sería muy recomendable pasar por la experiencia de alumno. Eso te ayudará a anticiparte a las situaciones y emociones que pueden manifestar tus alumnos en determinados momentos del curso. Aunque te hayas especializado en esta modalidad de formación, lo mejor es experimentarla por ti mismo siendo alumno antes que formador online.