Al vivir en una capital, suelo usar el transporte público, en especial el subterráneo. Cada vez que subo, no puedo dejar de observar a mis compañeros de viaje y pensar que deberían estar escritas las reglas básicas para que disfrutemos del trayecto
Seguramente les debe pasar que cada vez que están esperando el subte o el colectivo están deseosas de que venga vacío. No soy de las que corre a sentarse para ganarle al otro. Al fin y al cabo, es un viaje y por ahora me aguanto un rato parada. Se me complica si hay mucha gente, ya que con mi metro cuarenta sí o sí necesito buscar alguna posición estratégica.
Ahora, cuando la cantidad de gente supera la cantidad de espacio es donde la solidaridad debería surgirnos a todos para hacer de esos minutos algo placentero. Aquí algunas reglas que me gustaría popularizar.