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Por Siempreenmedio @Siempreblog

Pues lo cierto es que ayer estaba yo con mis amigas −'mis amigas', las del instituto, se merecen el término en todo su esplendor− haciendo una acampada en Armeñime, en el sur de Tenerife. Llevábamos tiendas de campaña en una zona de costa, con sus charquitos refrescantes. También nos proveímos de comida, bebida y poco más.

Dos días antes estuve también de acampada, esta vez en El Hierro. Fuimos a la Hoya del Morcillo con tal cantidad de comida que una de las casetas la usamos de despensa. Luego, como en aquellos tiempos del trueque, cambiamos bricks de leche por latas de sardina o de atún, no recuerdo bien. La mejor forma de hacer amigos nuevos.

Apenas una semana antes bajamos a la verbena de Bajamar, por las fiestas del Gran Poder. Por esto de ser de 'la comarca' nos quedamos a dormir todas juntas en casa de una de ellas que vive allí. Toda la noche bailando y luego baño en la piscina, sin luz, allá a las 4 de la mañana, sin toallas para secarnos. Unas risas...

El mes pasado fuimos también a un concierto en Güímar, tan lista yo que al regresar comprobé que había dejado las llaves dentro del coche...

En este mismo año hicimos la Selectividad. Menos mal que somos chicas aplicadas, porque en uno de los descansos casi le saco un ojo sin querer a una de ellas. Qué trauma. Por la tarde tenía el examen de dibujo técnico y creí que iba a ver las líneas dobles. Al final se quedó todo en un susto. Aprobó, aprobamos y tan contentas.

Y así, mil historias disfrutadas. Todo fue ayer, de verdad, fue ayer. Hoy cumplo 44 y tengo tan presente lo vivido en aquellos 80-90-2000, que me aterra comprobar cómo pierdo la memoria a pasos agigantados, porque lo de ayer, lo que hice realmente ayer, no lo recuerdo ( ya me quejé una vez, veo que no ha mejorado).