Jordan B. Peterson, profesor de psicología y doctor en investigación clínica de la Universidad de Toronto, obtuvo el reconocimiento universal tras la publicación de un interesante estudio en el que trataba de encontrar las posibles conexiones entre la locura y la genialidad. El informe pretendía establecer si la locura es la compañera secreta del genio. Posteriormente se dio a conocer una lista, llamada "Top 5 Mad Geniuses", que interpreto quiénes habrían podido ser en virtud de los resultados del estudio, los cinco mayores genios locos de toda la historia.
A pesar de que, obviamente, resulta inviable adentrarse en el pasado mental de los que ya no están, sí que es factible especular y deducir que varios de entre los mayores genios de la historia padecieron algún tipo de trastorno mental. Es más, sobre todos ellos hay documentación suficiente como para colegir que si bien la locura no tiene porque ser un rasgo inherente a la genialidad, ambas aparecen vinculadas en bastantes biografías. Es decir: existe claramente una relación, pero nadie ha podido probarla de forma inequívoca.
Me resultó curioso constatar que en el blog he recogido citas o pasajes de la vida, de cuatro de los cinco genios que establece la citada lista (John Forbes Nash, Vincent Van Gogh, Ludwig Van Beethoven, Isaac Newton), y que, sin embargo, uno de ellos aún no había aparecido en ninguna entrada. Presto a reparar tan imperdonable olvido, la frase de hoy hace honor al quinto 'loco' que falta en nuestra particular galería: Edgard Alan Poe.
Escritor, poeta y periodista, Poe es recordado, sobre todo, por sus cuentos de terror y sus historias de detectives (se le proclama universalmente como el inventor del género detectivesco). Fue también el primer escritor estadounidense que intentó hacer de la escritura su modus vivendi, lo que tuvo para él funestas consecuencias. Alcohólico empedernido y con constantes tendencias suicidas, murió a los 40 años dejando tras de sí pasajes literarios memorables, como su poema "El cuervo" o el cuento “Los asesinatos de la calle Morgue”.
Volviendo al tema principal de la entrada de hoy, Edgar Allan Poe, a pesar de todo lúcido, pudo llegar a detectar una relación entre creatividad y enfermedad mental en sí mismo. En cierta ocasión escribió: “Los hombres me han llamado loco; pero aún no está determinada la cuestión de si la locura es o no la más excelsa inteligencia, o si mucho de lo que es gloria, o si todo aquello que es profundo, no brota de la enfermedad del pensamiento, de modos de pensar exaltados respecto del intelecto general. Aquellos que sueñan de día son conocedores de muchas cosas que se les escapan a los que únicamente sueñan de noche."
Reflexión final: "Hay un cierto placer en la locura, que solo el loco conoce." (Pablo Neruda)