¿Cuál es la la diferencia entre el bien y el mal? ¿Lo que nos parece a nosotros que está bien y está mal o lo que, comúnmente, la mayoría entiende que está bien y está mal? Difícil decantarse.
Para buscar una respuesta aproximada a la realidad objetiva recurriremos al término “moral”; única manera que se me ocurre, a bote pronto, de explicar el porqué sentimos que algo es honesto, justo y ético o infame, perverso y ruin.
La moral es un sentido del comportamiento y de la conducta que distingue intenciones, decisiones y acciones, entre las que son buenas y malas. La inmoralidad sería la oposición activa a la moral, mientras que la amoralidad se definiría como el desconocimiento o la indiferencia hacia el conjunto de normas o principios morales.
Si comparamos culturas, y si acaso lo antedicho no concreta la respuesta, parece cierto que, independientemente del lugar de procedencia, hay una serie de valores universales intrínsecamente ligados al concepto de bondad y de maldad.
Los psicólogos americanos Martin Seligman y Christopher Peterson en una visión antropológica sobre el tema, buscaron en todas las culturas a través de milenios las virtudes morales. Llegaron a la conclusión de que algunas virtudes han prevalecido en todas las civilizaciones. Por ejemplo: la sabiduría, el conocimiento, el valor, la humanidad, la justicia y la templanza. Cada uno de estas virtudes incluye, a su vez, varias divisiones (la humanidad incluye el amor, la bondad y la inteligencia social)
Desde tiempo inmemorial estamos preparados, ya vemos que casi genéticamente y salvo rayas difusas y casos concretos, para discernir entre lo que está bien y lo que está mal. No son conceptos ineludibles y están presentes en lo que somos "de "fábrica" y, por tanto, estamos también plenamente capacitados para elegir entre una opción y su reverso.
Sabiduría Indígena
Un viejo cacique de una tribu estaba charlando con sus nietos acerca de la vida.
Él les dijo:-Una gran pelea está ocurriendo dentro de mi. Es entre dos lobos. Uno de los lobos es la maldad, el temor, la ira, la envidia, el dolor, el rencor, la avaricia, la arrogancia, la culpa, el resentimiento, la inferioridad, la mentira, el orgullo, el egoísmo y la superioridad. El otro lobo, es la bondad, la alegría, la paz, el amor, la esperanza, la serenidad, la humildad, la dulzura, la generosidad, la benevolencia, la amistad, la sinceridad, la sencillez, la misericordia, la verdad y la solidaridad. Esta misma pelea está ocurriendo dentro de vosotros y dentro de todos los seres de este mundo."
Los niños pensaron por unos instantes y uno de ellos preguntó a su abuelo: - “¿Y cuál de los lobos crees que ganará?"
El viejo cacique respondió simplemente... - “Al que alimentes..."
Reflexión final: todo se reduce a establecer qué es aquello que, o bien favorecemos y alentamos, o bien dejamos morir de hambre.