Día en que escribo ya no me parece perdido y si quiero alcanzar y batir mi récord anual de publicaciones no puedo seguir durmiendo en los laureles. En los laureles, qué gracia.
Reflexionaba yo sobre los diferentes tipos de problemas que hay. Yo los dividiría en dos, aunque hay más dependiendo de la perspectiva. Mi división no te perecerá ilógica. Están los que tú te buscas y los que vienen solos.Qué nervioso llegué a ponerme el día que mi hija adolescente me llamó, estando nosotros fuera de vacaciones, para decirme que el 4x4 estaba raro, que debía tener algún problema; el motor se quejaba e iba como a trompicones. Que por su parte no había hecho nada salvo llenar el depósito de gasolina. «¿De gasolina?», pregunté yo, «¿de cual?», «Yo no sabía cual ponerle, y una amiga a la que llamé me dijo que seguramente usaría sin plomo de 95»Me puse como loco y me arrepiento. Tengo pendiente controlar mis nervios justo cuando los motivos para descontrolarse justificarían cualquier reacción. Grité desesperado por el teléfono «que cómo podía ser, que si no había leído las dos pegatinas en el depósito indicando que es diesel lo que utiliza, que porqué no me había llamado a mí para hacerme esa pregunta, etc… Debo decir en su descargo que en la gasolinera ya no le llaman diesel sino gasoleo A.Pobrecilla, qué disgusto y qué dispendio, un depósito lleno para tirar. En fin, y para resumir, una vez entendido el problema llega el momento de buscarle solución. Ahora lees lo que hace la gente en internet y te confundes más; porque encuentras experiencias para todos los gustos, desde el que dice que basta con sacarle la gasolina, hasta el que afirma que ya puedes tirar el coche o la bomba de combustible, pasando por toda una inquietante casuística intermedia.Trataron de aspirarle el combustible unos amigos suyos allí donde estaba aparcado, pero no pudo ser, si fuera tan sencillo nos lo aspirarían a todas horas, al precio que está. Ya llegó papá, o sea yo, de vacaciones y se puso manos a la obra, bueno al teléfono, que con lo torpe que soy. Busca un taller en agosto, que el tuyo, el de confianza, está cerrado. Yo soy de comparar mucho antes de decidirme. Les contaba la situación y me contestaban una cosa distinta en cada taller. «Que si a ver cómo esta eso, que dependía de los kilómetros que hubiese andado con la gasolina, que un par de horas como mínimo de mano de obra…» Yo me había convencido de que era cosa de sacarle el combustible, meterle el nuevo y ya está, y que eso no debía costar mas de 60 euros tal y como me habían dicho. 90 o 100 ya me parecía demasiado.Y de repente tuve una iluminación. Por qué no lo llevas al mecánico de confianza de alguno de tus amigos. Dicho y hecho, unas palabras con el mecánico en cuestión, que resultó ser rumano, «y no te preocupes que yo te cuento…»Joder casi 600 euros, que según él podía haberme quedado sin coche, que es un vehículo caro de por sí en el que las averías nunca son baratas… Nunca le creí. Le cambió todos los filtros, le limpió los tubos (bueno, no él sino un mecánico español que tiene contratado), cambió el aceite, lo lavó, pues tiene más licencia de lavadero que de taller mecánico… eso sí, quedó de un limpio.Qué indefensión. A veces no vale con ser minucioso a la hora de buscar dónde comprar o encargar las cosas. Estamos a merced de la integridad de las personas.
No sé del todo cual es la conclusión. Que es importante no perder la calma ni antes, ni durante, ni después de sucesos como este. Que ahora valoro más a mi mecánico de toda la vida. Y que este problema es difícil que nos vuelva a suceder, que hay muchos otros que habremos evitado sin darnos cuenta y que el Altísimo nos guarde ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amén.