5 características más comunes sobre la raza de perros Pequinés

Por Evolucion2015

La raza de perros Pequinés o también escrita Pekinés es una antigua raza canina de compañía, originaria de China. Este adorable animal pertenece a una de las razas más antiguas del mundo. Se trata de una raza con tradición en la corte imperial de Pekin, donde sus miembros se caracterizaban por llevar ejemplares de la pequeña raza dentro de las mangas de sus vestidos. Estos pequeños perros de nariz achatada y apariencia leonina fueron, en algún tiempo, animales sagrados y parte de la realeza asiática. Y su carácter reservado, independiente y algo arrogante, hace pensar que se sienten así. Además, es un típico perro faldero, tanto por su tamaño como por la constante demanda de afecto a su dueño. Por esta razón suele despertar el interés de muchas personas que desean adoptar un cachorro como compañero de vida. Sin embargo, si bien es cierto que el perro de raza pequinés es sumamente afectuoso, no es menos cierto que es muy dominante con su dueño. En cuanto al aprendizaje, resulta muy difícil obtener buenos resultados en lo que a su obediencia se refiere.

El pequinés es un gran animal de compañía, sensible y cariñoso con sus amos. Sin embargo, este perro no siempre es un buen amigo de los niños, debido a que es muy apegado a su amo y puede tener celos de los más pequeños. Además, también es una raza muy valerosa y combativa, cuando la situación lo requiere, ya que son muy desconfiados con los extraños y sirven para avisar de la presencia de éstos en el hogar mediante su potente ladrido.

Si se pretende que el perro esté correctamente educado se debe llevar a cabo un adiestramiento firme pero con calma y mucha paciencia, debido a que esta raza necesita del afecto y cariño de su amo. Además, conviene educarle a tiempo, con el objetivo de reducir el mal humor que le caracteriza. Hay inclusive quién lo compara con un gato, por su carácter, ya que es muy orgulloso y tozudo. Además, es una raza lo cual está acostumbrado a la vida cómoda debido a que en sus orígenes fue un perro de lujo.

Aparte del aspecto atractivo de la raza, el Pequinés es un perro pequeño y muy encantador que posee dignidad y calidad junto con un temperamento leal y valiente. En inglés se les conoce popularmente como “Pekes” y mucha gente les adora, inclusive aunque no tengan uno, y es fácil entender por qué.

Su pelaje es muy atractivo, pero mantenerlo con un buen aspecto requiero un poco de esfuerzo, así que es esencial tener esto presente antes de decidir si es la raza adecuada para usted.

¿Cuáles son las particularidades de la raza de perros pequinés?

1. Historia
Esta pequeña raza de perros es una desviación de los míticos canes lanudos del Tibet. Derivación tras derivación, se conocen las primeras documentaciones oficiales en grabados de hace 4000 años, y otros del siglo VIII inmersos en la corte imperial de China en plena disnatía H’ang.

El pequinés era un perro reverenciado por los monjes budistas en China, debido a que tiene cierta similitud con el mítico león guardián chino, símbolo importante en el budismo. Por el mismo motivo, los perros de esta raza eran cuidados por la realeza china, al grado que tenían sirvientes humanos y solamente los nobles podían tener un pequinés.

Durante un largo tiempo fueron un privilegio para los nobles chinos, estando prohibida totalmente su exportación. En esa época, el valor de joya de la familia imperial de esta raza de perros, invocaba leyes especiales en las cuales una falta de protocolo frente a ellos se castigaba por cárcel; el robo, el secuestro o el asesinato de un pequinés se pegaban directamente con la vida del infractor.

En 1860, durante la segunda guerra del opio, tropas anglo-francesas saquearon e incendiaron el Palacio de Verano de Pekín poco después de la huída del emperador chino Xianfeng. Afortunadamente, antes de incendiarlo, rescataron (o mejor dicho, capturaron) a cinco perros pequineses que habitaban en ese palacio. Esos cinco perros fueron llevados poco después a Inglaterra, donde fueron regalados a nobles y aristócratas. Uno de ellos incluso fue a dar a las manos de la Reina Victoria.

Esos cinco perros fueron la población fundadora del actual pequinés, debido a que los demás pequineses de China fueron muertos o simplemente escondidos y no se sabe nada de sus posibles descendientes. Hoy en día el pequinés es un perro de compañía y exposición, aunque sigue siendo reverenciado por miles de personas en el mundo, sólo que ya no se trata de monjes ni emperadores chinos, sino de grandes aficionados a la raza.

En la mañana del 15 de abril de 1912, un pequinés llamado “Sun Yat Sen”, propiedad del millonario británico Henry Harper fue uno de los tres perros que lograron sobrevivir el naufragio del Titanic.

2. Apariencia física
Se trata de un perro de tamaño reducido, robusto, que debería parecer pequeño pero que tendría que ser sorprendentemente pesado al cogerlo. El peso ideal para los machos no supera los 5 kilogramos y en el caso de las hembras los 5,5 kilogramos. Al contrario que en la mayoría de las razas, los machos tienen un tamaño algo menor que el de las hembras.

El Pequinés es robusto, tiene un gran cabeza y es, proporcionalmente, más ancho que alto. Sus ojos son redondos y negros son brillantes, y con su trufa chata y con su pigmento negro es difícil no enamorarse de esta raza tan especial. La cabeza de este perro es muy llamativa por su tamaño y aspecto leonino. Es grande y ancha. El cráneo es aplanado entre las orejas y el stop está bien definido. El hocico es corto. Las orejas tienen forma de corazón y cuelgan a los lados de la cabeza.

El pelaje completo del Pequinés se puede comparar con las joyas de la corona de esta peculiar raza, pero para mantenerlo en este estado hace falta tiempo y mucha dedicación. El pequinés no sólo tiene un pelaje largo, sino que también una subcapa densa, por no hablar de la gran melena que cubre sus hombros y los bigotes largos que crecen hacia abajo desde la mandibula. Esto significa que el mero acicalado de su capa externa puede dar un aspecto general razonablemente bueno, pero en poco tiempo, empezarán a formarse nudos en la subcapa. Los nudos y las bolas de pelo son increíblemente difíciles de eliminar si se les permite crecer, así que se debe tomar muy en serio este aspecto antes de encapricharse con esta raza.

Las sesiones de limpiezas diarias y breves pueden suponer una gran diversión tanto para el propietario como para el perro, y los cepillados deberían iniciarse tan pronto como su nuevo cachorro llegue a casa. Los buenos cuidados no sólo resultarán beneficiosos para el aspecto de su amigo perruno, sino también para su salud. Una capa que esté descuidada puede convertirse en un caldo de cultivo para los parásitos, y, debido a su densidad, esto puede pasar desapercibido hasta que la salud de su perro se vea afectada.

Se pueden encontrar pequineses de distintos colores, todos ellos permitidos e igualmente valorados, con la excepción de los albinos y los de color hígado. Los particolores deberían tener claramente separados los colores. Aunque no hay mención alguna de una máscara negra en el estándar de la misma, a la mayoría de los criadores y de los jueces les gusta que los pequineses la tengan, lo que logra un hermoso conjunto con la encantadora trufa negra.

Como en el caso de esta raza no hay preferencias en cuanto al color, el propietario no debería obsesionarse por este aspecto. Dicho esto, es muy natural que haya gente que tenga preferencias personales por un determinado color, al igual que les puede pasar en el caso de la ropa o de los muebles. Lo que realmente importa es la calidad en cuanto a la constitución del perro, la calidad de su pelaje y su temperamento. De todas maneras, si va a escoger un animal para tenerlo como mascota, el color puede ser un factor decisivo y esto es algo perfectamente comprensible. Después de todo, no tiene algún sentido comprar un Pequinés negro y pensar, durante los 14 años siguientes, que fue una lástima no haber adquirido uno de color dorado, que era el que usted prefería en realidad.

La cola del Pequinés está implantada, alta, se lleva tiesa y ligeramente curvada por encima del dorso, así que es improbable que provoque tantos destrozos en casa como podría la alegre y entusiasta cola de un perro grande como un Dálmata o un Labrador Retriever. De todas formas, los largos flecos de la cola necesitarán atenciones regulares, limpieza y nunca debe descuidarse.

Aunque no hay estipulación alguna respecto a si se deberían amputar o no los espolones en el caso del pequinés, a muchos criadores les gusta extirparlos cuando los cachorros tienen unos tres días de vida. Esto hace que el cuidado de las uñas resulte más fácil bajo el largo pelaje del perro adulto Si a su pequinés no se le han amputado los espolones, se deberán vigilar y cortar sus uñas regularmente. No se desgastarán de forma natural, debido a que no están en contacto con el suelo. Si se permite que crezcan en exceso, lo harán curvándose y podrían clavarse en la pata, lo que causaría un gran dolor y posiblemente necesitaría asistencia veterinaria.

3. Carácter y temperamento
El temperamento de estos peculiares perros es muy característico de la raza. El pequinés es un gran perro guardián, debido a que no ladra en exceso, pero hará sonidos inmediatamente cuando aparecen extraños. Ama la comodidad del hogar, y no requiere de demasiado ejercicio. Es seguro, alertar y muy valiente, aunque también afectuoso. Como a la mayoría de los perros no les gusta estar solos por periodos largos. Los pequineses son perros leales y muy valientes a pesar de su pequeño tamaño. Sin embargo, también son independientes y reservados.

El perro de raza pequinés es un perro de moderado nivel de actividad. Como no es muy destructor puede adaptarse muy bien a la vida en departamento. Sin embargo, los ejemplares de esta peculiar raza pequinés son bastante ladradores, detalle a tener en cuenta en estos casos.

Otra de las particularidades del comportamiento de la raza pequinés es que es bastante temperamental con sus congéneres: no se amedrenta ni siquiera ante perros de mayor tamaño que él. Por el contrario, sin un pequinés se encuentra con otro perro, de inmediato intentará demostrarle que su poderío y fortaleza son inversamente proporcionales a su tamaño.

Aunque el pequinés debería ser valiente, no es una raza totalmente agresiva. De todas formas, no debería ser tímido. De hecho, el pequinés ha sido conocido desde hace mucho tiempo por su despreocupación bastante majestuosa por el resto de las criaturas, una característica que fascinó a la emperatriz Tzu Hsi.

Tan dignos como puedan llegar a ser, muchos pequineses disfrutan enormemente divirtiéndose con un juguete, aunque los propietarios deberían tener en cuenta que, como la raza tiene un hocico tan chato se le deberían proporcionar juguetes bastante planos, ya que no podrán sujetar una pelota con los dientes, Por lo general, no es una raza destructiva y un juguete adecuado satisfacer usualmente y de forma bastante adecuada su necesidad de disponer de algo para morder.

Mucha gente parece ser de la opinión de que a los pequineses no les hace falta, en realidad, hacer ejercicio, pero esto no es totalmente cierto. Todos los perros necesitan hacer ejercicio para mantener un buen tono muscular y evitar la obesidad. De todas formas, los pequineses se sentirán felices dando una pequeña vuelta por el jardín, si eso es lo que corresponde al ritmo de vida del propietario. Por supuesto, la mayoría estará más que contentos yendo a dar un paseo, pero se deberían evitar las zarzas debido a su pelaje. También debería recordarse que pueden moverse con bastante rapidez cuando quieren.

En cuanto a su relación con los chicos no suele ser de las mejores, debido a que no sólo les tiene poca paciencia sino que tampoco le agradan los juegos prolongados. De este modo si a una persona que no convive con chicos le gusta tener un compañero pequeño y afectuoso, no demasiado obediente pero sí con un temperamento fuerte que inspire respeto, puede estar segura de que el perro de raza pequinés es el perro ideal.

Los pequineses tampoco destacan en el adiestramiento canino. Tradicionalmente se les considera perros tercos y difíciles de entrenar. Muchos entrenadores inclusive los consideran perros tontos. Sin embargo, eso tiene que ver más con las técnicas de adiestramiento empleadas que con la inteligencia de los pequineses. Estos perros pueden ser entrenados con facilidad para tener buenos modales y responder a muchas órdenes de obediencia canina cuando se los entrena en positivo. El adiestramiento tradicional no da buenos resultados y puede generar ciertos conflictos entre el perro y su propietario.

Al ser perros muy independientes y bastante reservados, los pequineses tienen tendencia a desarrollar algunas conductas que pueden ser problemáticas. Su agresividad hacia otros animales y desconfianza hacia personas extrañas puede hacerlos pendencieros y mordedores cuando no están bien socializados.

A nivel de inteligencia, el pequinés ocupó el puesto número 73 en la clasificación de Stanley Coren acerca de la inteligencia de los perros.

4. Aspectos de salud
A pesar de ser un perro pequeño y chato, el pequinés es por lo general, una raza sana y robusta. Se dice que parece tener una resistencia innata a las enfermedades y muchos tienen un increíble poder de recuperación. Es difícil saber a qué podría ser debido, pero podría remontarse a la selectiva y cuidadosa cría que se llevaba a cabo en las cortes imperiales chinas.

Cuando se siente enfermo, el pequinés, al igual que otras razas caninas, puede ser un poco arisco, pero debe reconocérsele el mérito de que hará todos los esfuerzos posibles o que estén a su alcance para recuperarse rápidamente. Aunque no se pueden abarcar todas las enfermedades en este artículo, la prevención vale más que la curación, así que puede que los siguientes consejos sean útiles para indicarnos sobre algunos de los problemas que podrían surgir.

Trufa y garganta: El pequinés es una raza braquiocefálica (significa que tiene unos huesos nasales cortos, lo que se pone de manifiesto por su hocico chato). Debido a ello, tiene mayor tendencia a sufrir más problemas nasales y respiratorios que las razas de hocico más largo, aunque gracias a la cría cuidadosa estos problemas son menos frecuentes que antaño. De todas formas, cualquier estertor o ronquido excesivo debería ser examinado por un veterinario, inclusive aunque sólo sea para asegurarse de que nada va mal.

Algunos pequineses son susceptibles a las faringitis y tonsilitis, pero éstas, aunque suenen molestas, no suelen ser muy graves y se pueden tratar rápidamente. De todas formas, a veces pueden suponer el preludio de otras enfermedades, así que deben ser sometidas a exámenes. Los pequineses pueden, en ciertas ocasiones, padecer algo muy parecido a un resfriado humano, con sonidos acatarrados y una ligera fiebre. De nuevo, si se detecta pronto, la asistencia veterinaria podrá frecuentemente remediarlo sin grandes problemas.

Los resoplidos no suelen suponer un grave problema, pero es algo que puede preocupar a un propietario sin experiencia y desinformado. Es algo bastante habitual en todas las razas chatas. Debido a la elongación del paladar blando, el perro respira repentinamente a golpes cortos y bruscos, tiene un aspecto muy tenso y está de pie. Esto suele suceder debido a que el perro se excita mucho y generalmente sólo dura unos pocos segundos. Aunque no es un problema grave, puede resultar un poco alarmante y siempre debería ser estudiado por el propietario. Pueden existir otras razones para estos resoplidos. Por ejemplo, podría haber una semilla de hierba atorada en la cavidad nasal y ésta debería ser, por supuesto, retirada inmediatamente.

Corazón: Se ha publicado que se dan enfermedades cardíacas en los pequineses y que no son exclusivas de los perros ancianos. De todas maneras, existen muchos tipos de enfermedades cardíacas y no todas son hereditarias. Por supuesto, cualquier síntoma anómalo debería ser examinado concienzudamente por un veterinario, aunque, obviamente, muchos pequineses llega a vivir muchos años sin problemas cardíacos.

Ojos: Debido a los ojos bastante prominentes de esta raza, no es difícil que se los dañen. Una úlcera puede ser provocada por una rascada o inclusive por un golpe que pudiera haber pasado inadvertido. De todas formas, ante el primer síntoma de algún problema ocular se debería consultar con el médico veterinario, ya que la actuación rápida puede llevar a un total restablecimiento de la vista y no a una pérdida parcial o total de la misma.
Es importante que tenga un especial cuidado de que las semillas de la hierba, las pelusillas o que el pelo no se acumulen en los ojos. Un síntoma temprano de esto puede ser el excesivo lagrimeo.

Algunos pequineses padecen de ojo seco, que puede aparecer por muchas distintas razones. Si se sospecha de eso, el veterinario debería confirmarlo y recetarle o recomendarle algún tratamiento para aliviar dicho problema.

Extremidades: Muchas razas miniaturas y otras de pequeño tamaño tienen problemas con sus rodillas y esto se conoce como luxación patelar o rotuliana aunque, por supuesto, pocos animales son afectados. Es importante que el perro no esté demasiado gordo, debido a que esto tendería a empeorar el problema. Muchos perros con luxación rotuliana viven con este problema sin experimentar dolor, pero a veces deberá pensarse en una operación quirúrgica (suele ser exitosa).

Dorso: No es nada recomendable animar a los pequineses a que salten desde los muebles, ya que, al igual que otras razas de dorso largo, habitualmente sufren de problemas relacionados con los discos intervertebrales. Por supuesto, la mayoría de los pequineses viven una vida perfectamente sana sin problemas de este tipo, pero se debería tener presente que este problema podría surgir.

Dientes: Al igual que con muchas de las razas de pequeño tamaño, muchos pequineses pierden sus dientes a una edad relativamente temprana. Por ello, es muy importante prestar especial atención al cuidado de los dientes y las encías para que se conserven lo más sanas posibles, previniendo de esta forma las caries, las infecciones y las consiguientes pérdidas de piezas dentales.

La infección de las encías puede no detenerse ahí. Las bacterias causantes de esta infección pueden entrar también en el torrente sanguíneo y dar como resultado enfermedades hepáticas, renales, cardiacas y articulares. Todo esto supone una razón de más para darse cuenta de que los buenos cuidados dentales son de la máxima importancia a lo largo de la vida de un perro.

Mal aliento: La halitosis suele ser el resultado de problemas dentales y gingivales, aunque también puede ser causada por la indigestión o a veces estar relacionada con los riñones. En caso de problemas digestivos, el carbón activado, ya sea en forma de tabletas o gránulos, ayudará a aliviar el problema. Una buena solución para enmascarar el mal aliento es el uso de tabletas de clorofila.

Orejas y oídos: Los signos y síntomas de una infección del oído son una descarga marronosa y maloliente que da lugar a que la oreja se enrojezca, se inflame y además, se irrite. En esta etapa, el perro se rascará y puede que tenga la cabeza ladeada debido al dolor. Es importante tomar en cuenta que siempre hay que mantener limpias las orejas y el oído externo, pero si aparece una infección, el veterinario le recetará unas gotas adecuadas como tratamiento.

Semillas de hierba: Debido a que estos ejemplares son de baja estatura, tienen un pelaje largo y unas orejas también un poco largas, a los pequineses les pueden quedar enganchadas semillas de hierba que pueden atravesar la epidermis. Frecuentemente quedan prendidas en el pelaje, pero a veces pueden llegar hasta la piel y causar dolor e incluso abscesos. Pueden inclusive quedar clavadas en los orificios nasales o entre las almohadillas de las patas. Así, es sumamente importante examinar el pelaje después de cada paseo, especialmente a finales del verano y principios del otoño. Cualquier síntoma de incomodidad debe ser investigado de inmediato.

Sensibilidad al calor: Los pequineses tienden a no tolerar las temperaturas extremas, debido en parte a su profuso pelaje. Por tal motivo, se debería tener sumo cuidado en no ejercitar a un pequinés cuando el calor sea excesivo.

5. Cuidados
El pequinés requiere de muchos cuidados ya que se resfría constantemente debido a su frágil nariz. El cuidado del pelaje demanda tiempo, ya que el pequinés debe ser cepillado una vez al día para que pueda crecer con libertad y no se enrede; por lo general, se hacen nudos detrás de las orejas y en los muslos, este pelo no debe cortarse ya que si se hace no volverá a crecer. El pequinés se ensucia con facilidad, ya que su pelo es largo y al caminar toca el suelo. Además, también hay que limpiar las arrugas de su hocico con un paño húmedo y secarlas para así evitar infecciones en la piel. Se recomienda bañarlo una vez por mes.

Como contrapartida, este perro no necesita de mucho ejercicio. Suele ser suficiente con uno o dos paseos diarios, que pueden ser cortos o moderados, y algún tiempo de juego no muy intenso. En general, el pequinés es un perro tranquilo que prefiere pasar el tiempo sin mucha actividad. Sin embargo, es muy importante sacarlo a pasear para que socialice con personas y otros perros, además de darle alguna actividad física.

La necesidad de compañía es otra cosa. Aunque esta raza es muy independiente, el pequinés no es un perro para vivir aislado. Puede pasar a solas más tiempo que otros perros de compañía, pero también necesita estar junto a su familia la mayor parte del tiempo. La ventaja, para quienes no quieren un perro “velcro”, es que al pequinés le basta con estar en el mismo cuarto que sus propietarios, y no necesita estar todo el tiempo siendo acariciado o en brazos.

Este ejemplar perro se adapta muy bien a la vida en departamentos pequeños.

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