Hoy sólo me detengo en 5 comportamientos clave que hacen estas personas y que te pueden ayudar a ti también para avanzar hacia tus metas:
1. PREGUNTAN«La pregunta es la forma suprema del saber», decía el filósofo alemán Martin Heidegger. Tenemos demasiado miedo a preguntar porque tenemos demasiado miedo al ridículo. No queremos quedar en evidencia. Y así permanecemos en la ignorancia. Por el contrario, los grandes maestros de la vida, los niños, son grandes preguntones: todo lo preguntan, todo lo quieren saber. Y siempre acuden a quienes ellos piensan que son los mejores y más saben: sus padres. Preguntan y lo hacen con quienes consideran las personas adecuadas. Así hay que actuar. A menudo, más importante que saber, es saber quién sabe, porque no se puede saber de todo.
2. DELEGANNos cuesta delegar porque pensamos que los demás no son tan competentes como nosotros. Que no lo harán tan bien. Quien no sabe delegar no sabe dirigir, ni a otros ni a su propia vida. Ya hemos dicho en alguna ocasión que el ‘mal del freelance’ es querer hacerlo todo. Eso no lo hacen los ganadores. Ellos se centran en lo que es su área de expertise y el resto se buscan la vida para que lo hagan otros. Entonces, pueden estar cien por cien concentrados allí donde aportan valor y marcan una diferencia, porque en esta vida sólo hay una opción rentable: ser experto en algo, y eso exige FOCO obsesivo. Lo primero de todo en esta vida es decidir a qué quiere uno jugar, quién quiere ser, para poner ahí todas las energías y fuerzas (ver post El peligro de perder el foco).
3. PIDEN AYUDALos ganadores piden ayuda porque saben que solos no pueden con todo. Saben que sus conocimientos son limitados, su red de contactos llega hasta donde llega, que vemos lo que queremos ver. De ello hablamos en el post ¿Eres una persona competente o brillante? La gente ‘brillante’ sigue el principio ‘yo me apoyo en los demás’ y cuenta con otros para conseguir sus objetivos, les hacen partícipes. La gente ‘no-brillante’ sigue el principio ‘yo puedo con todo’, se encierra en su despacho e intenta cargar sus espaldas todo el peso. Esa no es la actitud más adecuada y al final la presión y el estrés producto de esa actitud hace que todo salte por los aires.
4. BUSCAN MENTORESSaben que no hay dos vidas iguales, pero sí hay principios y cosas que se repiten. Ellos allanan el camino, aportan feed–back, dirección y apoyo emocional. Un buen mentor ahorra tiempo, esfuerzo y energía. Un buen mentor es un gran ‘factor acelerador’ para la consecución de nuestras metas. Lo decía Bertrand Russell, uno de los autores incluidos en Aprendiendo de los mejores (Alienta, 2013, 4ª edición): «La mejor prueba de que algo puede hacerse es que antes alguien ya lo hizo». Las personas inteligentes aprenden de la experiencia de los demás. Se dejan enseñar y no van por la vida de lobos de estepa solitarios.
5. PIDEN FEED-BACKKenneth Blanchard, co-autor de El ejecutivo al minuto, apuntaba: «El feed-back es el desayuno de los campeones». No hay nada más rentable que un feed-back crítico, honesto y con tacto, realizado por parte alguien con credibilidad y que quiere lo mejor para nosotros. A veces será un amigo, o la pareja, o un familiar, o el propio mentor... pero es sanísimo. Lo peor para el propio crecimiento personal y profesional es tenerle miedo a la verdad. No hay mejor cosa que mirar a los hechos, a la realidad, a pecho descubierto. Y, sin embargo, el ser humano es especialista en negar la realidad para no asumir la propia responsabilidad. Si tu vida no es como te gustaría que fuese, hay algo que no sabes o no estás haciendo. Los resultados no mienten.
Al final, si observamos estos 5 comportamientos, todos ellos son producto de una cualidad: la HUMILDAD, que como decía Cervantes, «es basa y fundamento del resto de virtudes». Lo contrario es el orgullo —producto del EGO— cuya secuencia es la siguiente:
El orgullo nos lleva a la autosuficiencia y la autosuficiencia a la ineficiencia
El orgullo nos hace permanecer en la ignorancia; la humildad a avanzar y crecer. De ello ya hablamos en el post El peligro de la autosuficiencia. Creemos que la gente que consigue resultados, digamos excepcionales, son personales especiales, con poderes, con talentos innatos, superhéroes... y no es así. Son gente de ‘carne y hueso’ —como todos lo somos— que saben apalancarse en otros: conocimientos, mentores, red de contactos... Saben que con el traje de ‘llanero solitario’ las probabilidades de éxito son muy limitadas.
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