¿Qué es lo más importante que todo soltero inteligente sabe? Que no todas las solterías son lo mismo, ya que no es igual la que se vive como una imposición de la vida, como un compás de espera hasta el matrimonio -o hasta tener una pareja- que la que se elige por convicción.
Hay quien contempla el matrimonio como una etapa más en su vida y se casa con la misma naturalidad con la que se sacó el carnet de conducir, porque es lo normal, porque es lo que toca y porque todo el mundo lo hace.
Luego están aquellos que desde siempre se vieron formando parte de una pareja y de una familia creada por ellos; establecer una relación y tener hijos era una meta importante para su felicidad.
Y por último estamos los que como yo (aunque he estado casada) nunca nos planteamos que unir nuestro destino al de otra persona fuera el ideal a alcanzar. Cuando era pequeña mi sueño era tener un caballo. Todos los días le pedía a mi padre que me comprara uno, me moría por salir galopando libremente por las praderas, como los cowboys. Un poco más adelante quise ser egiptóloga. Y también escritora. Y viajera. Pero nunca soñé con bodas ni con ser la esposa de nadie.
Si tú tampoco has pensado nunca en el matrimonio como un fin en sí mismo; si ya desde pequeño te decían que eres un espíritu libre (a mí mi madre siempre me ha dicho que soy "más independiente que la República de Andorra"); si tienes naturaleza de explorador -sobre todo mentalmente hablando-, el post de hoy es para ti. Y para mí. Para que celebremos juntos esas cosas que los solteros por libre elección sabemos hacer mejor que nadie.
5 Cosas Que Los Solteros Inteligentes Hacemos Mejor
Estar solos
Nuestro mantra es "mejor solteros que estar por estar en una relación". Aunque a día de hoy aún no he conocido a nadie que reconozca abiertamente estar por estar con su pareja, este tipo de relaciones descafeinadas existen, vaya que si existen.
En unos casos la inercia se instala con el desgaste del tiempo y de la convivencia. En otros los dos miembros de la pareja evolucionan de manera diferente. Y otras veces lo que sucede es que desde el principio fue una relación que ambos iniciaron por pánico a "quedarse solos", a ser los únicos de su círculo sin pareja.
Lo mismo da. Al final el resultado es el mismo: dos personas que se aburren mutuamente y a las que solamente el miedo al cambio, incluso aunque ese cambio les conduzca a una vida más feliz, les mantiene juntas, que no unidas.
Todo esto lo saben los solteros más avispados y es por ello que rehúyen verse involucrados en una relación de segunda categoría. Ellos son auténticos, permanecen fieles a su máxima de "mejor solos que estar con alguien por estar". Conformarse no entra en sus planes.
¿Son demasiado optimistas, exigentes o ilusos? Tal vez. Pero algo les dice que por ahí, en alguna parte, tiene que estar su pareja ideal.
A decir verdad los solteros inteligentes nunca están solos, en la mayoría de los casos su propia compañía les basta y les sobra para estar entretenidos. Pero cuando quieren estar con gente hacen algo que se les da de maravilla y que no es salir de fiesta hasta que el cuerpo aguante, sino hablar.
Conversar
Los solteros inteligentes son normalmente unos gourmets de la compañía, unos sibaritas a la hora de elegir con quién pasan su tiempo. Han desarrollado un paladar muy refinado para las conversaciones y no les vale cualquier "tópico de gran consumo". Charlar por charlar no va con su naturaleza. No, ellos prefieren esas conversaciones que fluyen solas, en las que se intercambian puntos de vista sobre todo tipo de cuestiones, que van saltando alegremente de un tema a otro, que les enriquecen y que quizás les enseñen algo que antes no sabían.
Y es lógico, porque el tipo de solteros del que estamos hablando suelen ser personas bastante interesantes, informadas y con una vida rica en experiencias. No esperes que alguien así encuentre apasionante quedar para recorrer un centro comercial masificado mientras le comentas las últimas aventuras de Belén Esteban.
Como suelen poseer una mente inquieta les produce un placer enorme hablar con individuos de ámbitos muy diferentes al suyo. Siempre están abiertos a conocer gente. Y claro, al final se convierten en unos fabulosos directores de casting de su vida sentimental. Toda esa actividad social les sirve para ir haciéndose una lista mental en la que van apuntando qué características tendría que tener esa persona por la que se plantearían abandonar su soltería.
Querernos a nosotros mismos
Vigilando que ese amor por nosotros mismos no se nos vaya de las manos -mira lo que le pasó a Narciso-, un soltero inteligente y emocionalmente evolucionado ha pasado el suficiente tiempo tratando de conocerse, aceptarse y mejorar como ser humano como para poder presumir de tener una relación envidiable consigo mismo.
Una vez que has asumido que eres humano, falible y que aún te queda espacio para seguir aprendiendo te has construido el trampolín perfecto para dar el salto. ¿Hacia dónde? Sigue leyendo.
Enamorarnos
Dicen que para poder amar a otro antes hay que amarse a uno mismo. Lo suscribo sin duda ya que creo que es la única manera de establecer relaciones sanas, positivas, alegres y generosas. Relaciones en las que las inseguridades, las necesidades de dependencia, de control y de intentar huir de los propios demonios no sean las principales razones para unirse a alguien.
Un soltero inteligente es único enamorándose. No espera que el objeto de su amor solucione sus problemas, le complete o llene su vida. Más bien es al revés, está dispuesto a hacer el mayor acto de generosidad que alguien como él puede hacer: abrir de par en par las puertas de su vida y de quien es, para reservarle un espacio privilegiado en su corazón, en su mente y en su ajetreado día a día a alguien que sea su mejor amigo, su amante y su Huckleberry Finn.
Esperar
¿Existe el momento ideal para comenzar una relación? Yo creo que sí. Es ese en el que una mañana un soltero inteligente se mira al espejo y se da cuenta de que le ha costado mucho llegar a ser quien es hoy, y de repente una idea sorprendente cruza por su cabeza: ahora sí, ahora quiero compartir lo que soy con otra persona; y lo que he aprendido, y lo que me queda por aprender.
Fíjate, si hasta ha utilizado la palabra compartir. No está nada mal para alguien que hasta hace poco parecía estar lleno solo de sí mismo.
¿Eres o has sido un soltero/ soltera inteligente?
Foto: Frida Ramstedt, Trendenser.se