A menudo, mis amigos y conocidos me comentan que les gustaría tener un pequeño huerto en el balcón, pero que sus intentos por conseguirlo nunca han dado resultado. Para que un “macetohuerto” tenga éxito, debemos tener en cuenta cuáles son las necesidades de las plantas en estas condiciones tan especiales:
1. Luz: Uno de los factores más importantes para que un “macetohuerto” funcione y que no siempre se tiene en cuenta. La mayoría de hortalizas requieren un mínimo de 5 o 6 horas de luz directa al día, sobre todo las hortalizas de verano. Si no reciben suficientes horas de luz, algunas plantas producen más hojas y más verdes para compensar esta carencia, por lo que aparentan tener un aspecto frondoso y saludable. Pero estas hortalizas no llegan a fructificar o producen frutos escasos y pequeños. Esto es debido a que las plantas utilizan la luz del sol para realizar la fotosíntesis, de la cual obtienen toda su energía.
2. Agua: Las plantas que crecen en macetas necesitan un régimen de riegos más constante que las plantas que se encuentran en el suelo. En verano, algunas hortalizas como las tomateras pueden necesitar hasta dos riegos al día, pues pierden agua mediante la transpiración por toda la superficie de sus hojas y sólo disponen de unos pocos litros de tierra de la que pueden obtener el agua. Si no queremos estar tan pendientes del riego, podemos usar macetas con depósito o sistemas de riego sencillos por goteo.
3. Nutrientes: Las plantas necesitan varios elementos químicos esenciales, que absorben a través de las raíces y que utilizarán para formar nuevas hojas, tallos y frutos. Después de una temporada de cultivo, la tierra de las macetas está agotada de nutrientes y, por esta razón, es recomendable renovarlo. La mejor solución es vaciar todo el contenido de las macetas y mezclar la mitad de esta tierra vieja con compost de calidad. Además, en primavera, cuando las hortalizas estén en pleno crecimiento, será aconsejable añadir algún abono orgánico en pequeñas cantidades para asegurar una buena cosecha.
4. Aire: Las raíces de las plantas respiran y necesitan oxígeno para poder hacer sus funciones de absorber el agua y los nutrientes del suelo. En el suelo natural hay varios organismos que lo remueven y airean, como las lombrices de tierra. Pero en las macetas somos nosotros quienes tenemos que asegurar la aireación. Con este fin, podemos añadir al sustrato bolas de arcilla, perlita o arena gruesa, que propiciarán la creación de poros por los que circulará el aire. Y nunca debemos usar tierra mineral para llenar macetas, pues se compacta, pesa mucho y no deja crecer las raíces de las plantas.
5. Diversidad: Los pequeños huertos de jardín o balcón deben diseñarse para albergar una gran diversidad de hortalizas. De esta forma repartiremos las cosechas y las tareas del huerto en el tiempo, y además, evitaremos problemas serios con las plagas. En este sentido, es aconsejable plantar también plantas aromáticas o repelentes de insectos, que nos ayudarán a conseguir un equilibrio natural.
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Licenciada en Biología. Master en Agrobiología Ambiental Ver perfil