En nuestra vida diaria estamos acostumbrados a hacer nuestro día a día sin preocuparnos por lo que nos rodea. Nos levantamos con ganas de pasarlo bien, realizar nuestras obligaciones lo antes posible y poder tener tiempo libre para nosotros y nuestros hobbies. Lo que no nos damos cuenta, es que muchas de nuestras acciones diarias pueden estar perjudicando al medioambiente y a nuestra salud. Si perjudicamos al medioambiente, tarde o temprano, nos va a afectar a nosotros, porque vivimos en él.Algunos de los errores cotidianos son los siguientes:
Cogemos el coche para hacer un recado: Si el lugar a donde tenemos que ir no está muy lejos, podemos ir andando o en bicicleta. Normalmente, en las ciudades hay mucho tráfico. El vehículo emite grandes cantidades de contaminantes a la atmósfera y reduce la calidad del aire que respiramos. Si os fijáis, las personas que viven en los centros urbanos tienen más mucosidad en la nariz y a menudo más oscura.
Dia de alta contaminación por la mañana
París prohíbe circular a vehículos por matrículas para evitar la contaminación excesiva
Compramos agua embotellada: El agua embotellada tiene grandes mitos a su espalda. Uno es que es “más sana” que la del grifo. Las aguas embotelladas y las del grifo, generalmente, son igual de “sanas”. Ambas aguas tienen contenidos minerales. Cuando bebemos del grifo y decimos “es que sabe a cloro” de lo que nos tendríamos que preocupar, es si esa agua no supiera a cloro. El cloro es un agente desinfectante que se utiliza en el proceso de potabilización de aguas. Es decir, agua que tiene cloro en su necesaria cantidad, agua que estará libre de patógenos. En las etiquetas de las botellas de agua nos ponen fotos de naturaleza pura y ello nos hace creer que el agua es más limpia y sana.
Abrir las ventanas en las mañanas: Este es un hábito que creo que lo hace casi todo el mundo. Este error se da en las ciudades, en pueblos con poco tráfico o campos no ocurre nada. Lo que se intenta al realizar este hábito es despertarse y recibir un aire fresco. El problema reside cuando vivimos en una ciudad. Por las mañanas, el uso del vehículo es el mayor de casi todo el día. Los picos de emisión de gases de efecto invernadero como el CO2 y los óxidos de nitrógeno son más altos en las mañanas. Por lo que se debe de evitar salir al balcón en la mañana y respirar aire fresco, porque lo que realmente haces es recibir una dosis directa de contaminantes, la que provoca dolores de cabeza, problemas al corazón y cáncer.
El aire contaminado de las mañanas puede provocarnos enfermedades respiratorias
Fiarnos de publicidad verde falsa: Cuando vamos a comprar algún producto y lleva una etiqueta que dice “producción verde” o “amigable con el medioambiente”, tenemos que comprobar hasta qué punto es así. Un claro ejemplo es el de los desodorantes o sprays. Algunos vienen con la etiqueta de “libre de CFCs” como dándote a creer que no emiten contaminantes que dañen la capa de ozono. Como leísteis en mi artículo de Gases de Efecto Invernadero, los CFCs son gases CloroFluoroCarbonados que dañan severamente la capa de ozono. Estos gases fueron prohibidos por el Protocolo de Montreal hace más de 20 años, por lo tanto, no es que sea una ventaja el que esté “libre de CFCs” es que para ellos, es una obligación. Normalmente, una persona que compra un producto con publicidad verde puede estar ignorando que la fabricación de dicho producto generó impactos ambientales significativos, aunque su uso final tenga un impacto nulo o reducido sobre el entorno. Esto ocurre porque nos encontramos en desventaja respecto a la cantidad y calidad de la información que poseemos al momento de tomar decisiones y comprar el producto.
Pegatina de "libre de CFCs"
Un camión eléctrico no contamina en su uso, pero para crear electricidad se quema petróleo
Tiramos las bombillas al contenedor de vidrio
Estos son 5 de los fallos que cometemos a la hora de hacer nuestra vida diaria. Sin darnos cuenta, estamos fallándole a nuestro medioambiente. Tenemos que ser conscientes y analizar nuestro entorno. Podemos ser más que simples robots programados para trabajar, dormir y divertirse. Tenemos que aprender a analizar las cosas que hacemos y con las que vivimos y sacarle el máximo provecho para poder respetar el mundo en el que vivimos.