Ser madre es un trabajo duro y muy esclavo. Entiéndase en el buen sentido de la palabra, yo adoro a mi pequeño. Pero si a la tarea de ser madre, le añades el extra de tener un blog… la cosa empeora un poco. Pero si no es solo un blog por hobby sino el blog con el que quieres dar a conocer tu marca personal… ¡empieza el verdadero caos!
Esa es mi situación. Si me conoces ya lo sabes, así que no voy a entrar en más detalles. Y si es la primera entrada que lees solo tienes que darte un paseíto por el resto que enseguida te pondrás al día. Mi vida es como la de cualquier otra madre pluriempleada luchando por cumplir un sueño y mantener la estabilidad económica de su bebé.
Y claro, muchas veces me han llegado emails con la misma pregunta:
¿Cómo demonios lo haces?
Y hoy quiero ilustrar y justificar mi respuesta. Para empezar, quiero dejar muy claro que no soy ninguna superwoman, mis días duran 24 horas, igualito que los tuyos y paso las mañanas sola en casa con mi bebé de 7 (suele ser la hora en la que abre el ojo pidiendo fiestas) hasta las 4 de la tarde que viene mi marido y me voy a mi oficina (mi segundo trabajo que espero dejar en un futuro cercano).
Bonito panorama, ¿no crees? Y aún así, consigo publicar puntualmente los días establecidos: los martes y los tutoriales quincenales de los domingos. Además cuento con varios colaboradores estupendos que mantienen el blog con vida los días que yo no publico. Y algunos días hay publicación extra con novedades y cosas importantes que quiero compartir contigo.
Pero esos días no pienses que estoy tirada en la cama sin dar palo al agua… Tengo que diseñar, atender el correo, enviar valoraciones de blogs, preparar estrategias para blogueras y emprendedoras que quieren hacer realidad su idea con mi asesoramiento, estar pendiente de la evolución de las chicas de los Mentorings… ¡de ociosa nada! Y estar atenta a mi peque, por supuesto.
¿Quieres saber cómo lo hago? Pues allá voy.
1.- SEPARA LO URGENTE DE LO IMPORTANTE.
Lo urgente no puede esperar, hay que hacerlo sí o sí. Me da igual si es el plazo de entrega que has dado a un cliente o subir tus facturas a la plataforma que te gestiona las declaraciones trimestrales. Si hay una fecha límite y un compromiso, se saca tiempo de donde sea.
Mi “dónde sea” es la siesta mañanera de poco más de una hora de mi bebé. En esa hora me ducho, como y hago las tareas urgentes. Sí, como las balas, pero me da tiempo. Querer es poder. Cuando estés atendiendo algo urgente, concéntrate y no te entretengas mirando el whatsapp, facebook o el correo.
Optimizar tu tiempo comienza por analizar tus tareas, priorizar las urgentes y desconectar del resto mientras trabajas en una de ellas. Si te saltas alguno de estos pasos... no esperes rendir al máximo.
2.- APROVECHA CADA TIEMPO MUERTO QUE TENGAS.
¡Funciona!
Llego a casa a las 10:30 de la noche y paso directamente al dormitorio. Mi bebé a veces duerme y otras está apuntito terminando su biberón. De 22:30 a 24:00 estoy con él en la cama, él dormido y yo… respondiendo emails y actualizando las redes sociales desde la tablet.
Mi marido cena, se ducha, se fuma un cigarrito, descansa un poco viendo la tele y viene a dormir. Cuando él llega, ya tengo casi todo hecho. ¡Me toca a mí!
Analiza qué tareas menos urgentes puedes hacer en esos ratitos perdidos. A mí me viene genial para responder correos poco a poco. Seguro que tienes una tarea poco importante que puedes ir haciendo poco a poco a lo largo del día e incluso desde tu dispositivo móvil, sin necesidad de sentarte frente al ordenador.
3.- HAZ UN PLANNING LA NOCHE ANTES.
¡Muy efectivo! Al menos a mí me va genial. Me apunto en la agenda las tareas importantes que han quedado pendientes de ese día (generalmente actividades que pueden hacerse con un margen de un par de días sin que afecte al resultado) y las urgentes para el día siguiente.
Recuerda que las urgentes no pueden aplazarse. Tienes un compromiso y tienes que cumplirlo, si ves que no llegas, avisa siempre.
Los tres primeros meses con mi niño en casa fueron un poco caóticos, pero todas las personas que trabajaron conmigo estaban avisadas de que mi vida estaba en fase de adaptación. Gracias a eso no hubo problemas y todo salió bien.
Y al día siguiente, por la mañana, echo un vistazo a mi hoja de tareas y empiezo a aprovechar cada ratito disponible para ir avanzando. Si alguna de las importantes queda pendiente, por la noche vuelvo a añadirla al planning para el día siguiente.
Estas tareas importantes pueden arrastrarse un par de días... pero no mucho más. Intenta darles fin en máximo una semana. El finde seguro que tienes más tiempo para ponerte al día, solo tienes que querer hacerlo y organizarte un poco más.
4.- SI USAS TRANSPORTE PÚBLICO APROVECHA LOS VIAJES.
Este momento lo aprovecho para preparar las estrategias pendientes o repasar el temario de los cursos que tengo a medias. Pierdo dos horas al día en el metro.
Algunos días estoy agotada por haber estado desde el 7 de la mañana hasta 4 de la tarde en danza con Carlitos, pero quien algo quiere algo le cuesta. Cuando es tu sueño lo que está en juego, sacas fuerza de dónde crees que ya no tienes para seguir adelante sin desfallecer.
Me da mucha envidia ver a las señoras echándose una siestecita mientras yo me dejo la vista pero… ¡es lo que toca! Ya vendrán tiempos mejores. Ahora, de momento, sigo sembrando y cultivando. Ya sabes que los resultados no se ven de un día para otro y si eso es lo que quieres, creo que deberías volver a analizar tu idea...
Yo llevo dos años y medio con mi Perro de Papel y aunque a los 6 meses de vida ya fui capaz de sacarle partido ¡nada que ver con la estabilidad que me proporciona desde hace unos meses! Hoy por hoy puedo decir que puedo vivir de mi blog ya que recibo más ingresos gracias a él que a mi trabajo habitual.
Así que posible es... ¡pero he perdido la cuenta de horas invertidas!
5.- LOS FINES DE SEMANA, LO SIENTO, NENA, TOCA CURRAR.
El fin de semana, sobre todo el sábado, es mi día de trabajo completo. Si nos quedamos en Madrid, mi marido está por la mañana con el niño hasta las 12:00 que vamos a dar un paseíto, comemos y sobre las 17:00 vuelvo a trabajar hasta las 20:00 que toca baño, cena, nanas y bracitos…
Trabajo 8 horas y pongo al día todo lo pendiente e importante. Eso sí, por la noche caigo a la cama como una marmota, no me entero de nada hasta que me despiertan las risas del enano. Pero es que es lógico, tengo cansancio acumulado de toda la semana y, como te digo, soy tan humana como tú.
Si vamos al pueblo es diferente. No puedo diseñar porque la licencia de Corel la tengo solo en el ordenador de Madrid y ocupa mucho para llevarlo, pero puedo encargarme de todo lo demás. Y como están los abuelos, bisabuelos, tíos, primos… y cien mil personas más deseando achucharte y este niño se va con todo el mundo… ¡a descansar!
No, ni en broma. No me pego las 8 horas del tirón trabajando pero si 4 horitas cada día. Además… ¡podemos echarnos la siesta! Volvemos a Madrid con las pilas cargadas y viendo la vida de un color diferente. ¡Me encanta ir al pueblo! Y creo que a mi peque más porque se lo pasa pipa con tantas cosas nuevas por descubrir en cada viaje.
Y este es mi secreto.
En 3 palabras:
- ORGANIZACIÓN
- PLANIFICACIÓN
- COOPERACIÓN DE LA FAMILIA LOS FINES DE SEMANA.
Y se puede.
Eso sí, olvídate de peluquería, cañas con las amigas y salidas nocturnas… Los milagros, siento decirte, que no existen. Y si descubres la fórmula mágica para hacer de tu blog tu forma de vida sin mover un dedo... ¡por favor, cuéntamelo! Que llevo buscándolo muchos tiempo, sobre todo desde que tengo al peque pululando por casa día y noche.
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