He hablado en este blog de usabilidad web y de tácticas para convertir visitantes en clientes/leads pero hoy voy a dar 5 ideas para mejorar la estrategia web, esas cosas que, si no tuviste en cuenta cuando encargaste la web siempre puedes ir mejorando con el tiempo, especialmente cuando el negocio crece y empezamos a poner más productos, más servicios, más propuestas.
En alguno de esos artículos que cito hablo mucho desde un plano más estratégico, más de ideas o peticiones iniciales y hoy quiero bajar a cosas del detalle.
¿Por qué tu web necesita mejoras constantes?
Una web no se construye una vez y ya está. Como cualquier herramienta de negocio, debe evolucionar. La competencia cambia, tus clientes también, y lo que ayer funcionaba, hoy puede estar frenando conversiones. Además, como digo al principio, es posible que en un punto de la vida de tu negocio quieras añadir más servicios, productos, secciones, otras líneas de negocio, etc… y la web se va complicando.
Afortunadamente, muchas mejoras no requieren rehacer toda la web, sino aplicar pequeños cambios tácticos que tienen gran impacto.
En 16 años que hace que tengo mi web habré cambiado mi plantilla, el diseño base, unas 4 veces (que tampoco era necesario cambiar la plantilla, con hacer unos retoques de código era suficiente, pero esa es otra historia), y cada año dedico unas 15-20 horas a hacer cambios como los que aquí propongo. Pequeños cambios pero que marcan la diferencia en el punto en el que estoy. Y hago lo mismo con los clientes con los que trabajo, siempre estoy introduciendo cambios (este verano, por ejemplo, he rehecho dos webs de clientes para introducir nuevos idiomas, líneas de negocio y hacer un cambio de branding en un caso).
1. Añade llamadas a la acción visibles y contextuales
Las CTAs (Call to Action) son esos botones o frases que invitan a hacer algo: pedir presupuesto, descargar un recurso, suscribirse, etc. Probablemente al principio pusiste «los clásicos» pero luego te das cuenta que necesitas uno para la suscripción a una news, para ver un vídeo, para ir a una red que estás trabajando mucho, etc.
CTA arriba, en medio y al final: no es demasiado
No es intrusivo repetir el CTA si está bien contextualizado. Un visitante puede estar preparado para hacer clic al llegar a la web, después de leer un poco, o justo al final de una página. Haz que el botón esté presente cuando creas que lo necesita.
Una filosofía similar, pero igual no tan agresiva como un “simple” CTA, valdría para los formularios.
El caso es que no todos los usuarios hacen scroll por la página y otros no necesitan todos los argumentos que tienes preparados para tomar la decisión de hacerte una consulta.
Cómo siempre digo, las landings, entendiendo éstas como las páginas que venden algo y dónde se espera una acción por parte del usuario, tienen que reflejar el argumentario de ventas como si fuera una persona la que lo estuviera diciendo.
Ah, y asumiendo que un CTA no es sólo un “COMPRA AHORA”, puede ser, simplemente, una indicación de “lo que puedes hacer ahora o por dónde puedes seguir con la navegación”. Todo depende, una vez más, del argumentario de ventas.
Ejemplos que funcionan en B2B: “Descarga el dossier en PDF”, “Solicita una demo sin compromiso” o “¿Hablamos por teléfono?”. Mejor que el genérico “Contáctanos” (aunque, a veces, es inevitable usar esta expresión … yo lo hago). También valen “Lee más acerca de X”, “Descubre los packs que …”.
2. Usa imágenes y vídeos explicativos
La verdad es que encontrar el punto entre texto e imágenes y vídeos no es fácil. Algunos pecan por decantarse en exceso por uno o por el otro. Pero es importante que tu web no sea un tocho infumable lleno de explicaciones porque, al final, sólo tienes que dar la información mínima necesaria para que te pregunten (en caso de que busques leads). En compra ya es distinto pero las imágenes siempre ayudan.
En cualquier caso, las imágenes hacen más digerible la navegación, ayudan a entender qué me estás vendiendo/explicando y, a menudo, generan confianza. Y los vídeos bien usados también pueden marcar la diferencia.
Y ya si puedes mostrar cosas reales de tu negocio, el nivel sube estratosféricamente. Yo no puedo mostrar mi oficina porque no la tengo (bueno, sí, se ve en todos mis vídeos “mi oficina”), pero está presente en muchas páginas estáticas aunque sea por los vídeos que incrusto en ellas.
Nota: hay negocios, como mi cliente colegio, dónde mostrar imágenes, y vídeos, de las instalaciones es indispensable. Y lo hacemos. O un cliente que vende formación para profesores, dónde es importante ver cómo maneja sus formaciones, dónde lo hace y mostrar testimoniales (en vídeo) de antiguos alumnos satisfechos.
Qué tipo de contenido visual transmite más confianza
Fotos de tus oficinas, equipo, clientes o productos reales. Aunque no sean perfectas, transmiten autenticidad.
Para servicios cuesta un poco más pero busca o crea imágenes que puedan transmitir tu solución. Es lo que hacemos, o pretendemos, con las imágenes destacadas de los post, vamos.
Pero, muchas veces, los clientes no quieren poner las oficinas o el equipo y pierden una oportunidad de humanizar la empresa y transmitir confianza.
¿Merece la pena grabar un vídeo?
Sí, si es breve y bien planteado. Un vídeo de 1 minuto explicando qué haces, cómo lo haces y por qué elegirte, puede reducir la tasa de rebote y aumentar conversiones.
Yo soy un ejemplo de esto. Tengo un vídeo en la home y en dos de mis páginas de servicios. Y, obviamente, en mi página de “Multimedia”. No grabo vídeos para ser «youtuber» sino porque me parece que es una forma de generar confianza, además de que lo hago por puro gusto, claro.
3. Optimiza los textos pensando en tu cliente, no en ti
Muchas webs hablan solo de sí mismas: “somos líderes”, “tenemos 20 años de experiencia”… pero no responden a la gran pregunta del visitante: ¿qué puedes hacer por mí?
Eso lo aprenderás si has hecho una muy buena definición de tu Buyer Persona porque te dirá sus “pains” que, como digo siempre, son los problemas que busca resolver en Internet.
Es necesario hablar de lo bueno de tu producto o servicio, pero plantéalo del cliente a ti y no al revés. Y destaca todo lo que sea crucial.
¿Qué quiere saber el visitante en los primeros 5 segundos?
Quién eres, qué haces, para quién lo haces y por qué debería confiar en ti. Eso tiene que estar claro al primer vistazo.
Y luego ya le dirás por qué tu eres la mejor elección, qué aportarás a su negocio, en qué te diferencias y otras ventajas que tienen tus soluciones.
Cómo redactar una propuesta de valor
Una frase simple, centrada en el cliente: “Ayudo a pequeñas empresas a tener visibilidad online con acciones de marketing digital”. O si quieres ser más directo «… a generar leads…» o «ventas», dependerá de cuán directos queramos ser.
De Propuesta de valor he hablado mucho en este blog y en mi canal de Youtube. Toma cualquiera de esos artículos para entender este punto básico de nuestra estrategia digital.
4. Trabaja las palabras clave… pero sin obsesionarte
El SEO es importante, sí. Pero si tu contenido solo piensa en Google, tu lector lo notará. Es cómo escribir textos con IA, que suena metálicos si no los trabajas antes de publicar.
Pues cuando fuerzas colocar tus KW en los textos, también se nota. Y tampoco sirve porque hasta Google se da cuenta de ello. Ahora, además, con los resultados de búsqueda por IA, los IA Overviews que son los resúmenes que salen al principio de los resultados de búsqueda y que ya responden muchas veces a la pregunta del usuario, es mejor centrarte en que Google elija tu contenido para eso y, por lo tanto, hay que centrarse en explicar algo bien y no en posicionar tanto una palabra (que sí, que posicionar la KW es importante, por supuesto. Es una cuestión de orden mental y de razonamiento).
Cómo hacer un mínimo de SEO que sí ayuda
Usa una keyword principal por página (ya sea estática, de servicios, presentación, de producto o un post), colócala en el título, en la URL, en el primer párrafo y en algún subtítulo. Y usa sinónimos de forma natural en el resto del texto.
La idea es que debemos tener claras las 6, 7 ó 10 palabras que son básicas para transmitir nuestro valor y ayudar a Google a posicionarnos.
5. Simplifica el menú y la navegación
A veces esto es una tortura, especialmente en webs “grandes”. Acaban haciendo un menú tan largo o tan profundo que se vuelve casi inservible. Un menú con demasiadas opciones abruma. Y si el visitante no entiende a dónde ir, se irá.
¿De verdad necesitas 9 apartados?
Agrupa contenidos, reduce pasos. “Sobre mí”, “Servicios”, “Blog” y “Contacto” suele ser suficiente (ojo, estoy usando un ejemplo simple, eh?). Lo demás puede ir a páginas secundarias o hay cosas que pueden agruparse en una página general, dónde están los servicios de “menor” valor.
Esta es una de esas típicas cosas que no haces cuando creas la web sino que vas cambiando con el tiempo porque te das cuenta que te faltó añadir tal servicio o que esto no era necesario ponerlo aislado.
En cualquier caso en el menú principal está eso, lo principal.
Afortunadamente, la mayoría de plantillas permiten crear diferentes menús, así que puedes también categorizar los menús por “principal”, en toda la web, “secundario” que está en una página o en un lateral o en un punto de la home, etc.
El menú como guía estratégica, no como cajón de sastre
Piensa el menú como un camino lógico que lleva al visitante de la curiosidad a la acción. Menos es más. En el menú tenemos aquello que nos parece que el visitante sí o sí debería leer (que luego lo lea es otra historia), no todo lo que tienes en la web.
Por ejemplo, en webs con muchos productos (aunque sean B2B, como en el caso de mis clientes de embalaje para logística) en el menú podemos poner las categorías principales, dónde se agrupan diferentes productos.
Los “mega-menús” me gustan porque ayudan a combinar la necesidad de poner muchas cosas con darle un poco de estilo y poner lo que toca pero bien ordenado.
Espero que estás ideas y tácticas te ayuden a repensar la web de tu negocio. Os espero en la segunda parte del post.
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