Para aquellos que no saben de lo que estamos hablando, los empáticos son personas que realmente pueden sentir las emociones por las que está pasando la gente a su alrededor. Pero antes de que empieces a sentir envidia, no es tan glamuroso como parece.
Los empáticos no pueden simplemente activar sus poderes cuando quieren sentir si una persona es culpable y desactivarlos cuando entran en una fiesta en la que todo tipo de emociones se están desatando.
La vida de un empático es un ciclo interminable de escucha de frecuencias de radio por las que no negocian, con un hardware que no pueden apagar.
Así que aquí hay algunas cosas que debes tener en cuenta:
1. Es natural que un empático tome la carga del mundo sobre sus propios hombros. Pero antes de que puedas ayudar a alguien más, tienes que asegurarte de que estás completo. No te descuides, tienes que ser tu propia prioridad.
2. Los límites son más esenciales para ti que para cualquier otra persona en el mundo. No te preocupes por lo que piensen los demás. No son ellos los que cada día se agotan con las emociones que ni siquiera son las suyas. Hazlo por ti mismo.
3. Tiendes a ser más emocional que los demás. Las cosas te afectarían más que a los demás. A veces, necesitas disculparte y dejar que personas comparativamente más racionales lo manejen.
4. No puedes rescatar a todo el mundo. Puede que sepas exactamente por lo que está pasando alguien, y puede que te afecte mucho debido a tus habilidades. Pero tienes que dejar que se ocupen de las cosas por su cuenta. No puedes tomar responsabilidad y/o control de las vidas de otros.
5. Ser empático significa que a veces tendrás que ver que las cosas no salen como quieres. Es posible que veas a la gente en un profundo sufrimiento y sin embargo no encuentres en tu poder el poder de ayudarlos. Necesitas aprender a superar esas situaciones. Nada bueno saldrá de lastimarte y pensar en cosas que no puedes cambiar.